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Cómo los Simpson cambiaron para siempre el idioma inglés (y el español)
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LAS DOS PALABRAS MÁS IMPORTANTES

Cómo los Simpson cambiaron para siempre el idioma inglés (y el español)

El 17 de diciembre se cumplieron 25 años de la emisión del primer capítulo de Los Simpson, y en ese tiempo, la serie ha introducido nuevas palabras en nuestra lengua

Foto: 'Los Simpson' acaban de cumplir 25 años, en los que han cambiado para siempre la cultura popular y nuestro habla. (Fox)
'Los Simpson' acaban de cumplir 25 años, en los que han cambiado para siempre la cultura popular y nuestro habla. (Fox)

El 17 de diciembre se cumplieron 25 años de la emisión del primer capítulo de Los Simpson (sí, uno de esos en los que el trazo era un tanto titubeante y Smithers aún era negro). A propósito de tan señalada fecha, son muchos los que están recordando la vital importancia que la serie de animación ha tenido tanto en la cultura popular como en nuestras vidas diarias –hay una escena de la serie para cada situación vital, y Oxford no ha querido quedarse atrás–.

En un pequeño texto firmado por el profesor Michael Adams de la Universidad de Indiana de Bloomington, este ensalza la capacidad de creación de lenguaje de la serie ideada por Matt Groening, a la que comparan con otros rupturistas del lenguaje como Lewis Carroll, creador en Alicia en el país de las maravillas del jabberwocky (poema sin sentido) entre muchos otros términos. Las expresiones creadas por los Simpson no comparten ese carácter imaginativo, sino más bien, reflejan la personalidad de sus personajes.

Aunque la mayor parte de nosotros conozcamos los términos más famosos por su traducción española, muchas de estas palabras han entrado en nuestra habla de manera similar a lo que ha ocurrido en el ámbito anglosajón. Es el caso del “cómete mis calzoncillos” empleado por Bart y que en el inglés original era eat my shorts! o del “mola” que sustituye a cool o awesome y que forma parte de nuestro vocabulario diario. Curiosamente, ese “¡ay, caramba!” que exclamaba el pequeño en repetidas ocasiones no era ninguna traducción, sino que se pronunciaba –con un marcado acento americano, claro está– en español en el original.

“¡Ouch!”, mosquis y otros neologismos importados de Springfield

¿Qué ocurre con ese proverbial “mosquis” empleado por el cabeza de familia Homer, y que tan poca implantación tiene en nuestra vida? Como explica la traductora de la serie en España María José Aguirre de Cárcer en un artículo publicado en Yorokobu, se trata de una simple traducción de wow!, mientras que se transforma en “¡mola!” o “¡toma!” cuando son Bart y Lisa quienes lo pronuncian.

Quizá haya sido la palabra peor parada de todas, sobre todo en comparación con otros neologismos que sí han perdurado entre nosotros como ese inconfundible “¡ouch!” al que hace referencia el filólogo en el artículo publicado por Oxford y que en inglés se convierte en el celebérrimo d’oh. Es la primera de esas dos poderosas y pequeñas palabras que según el autor han penetrado en el léxico occidental, y que en este caso se emplean como una interjección contrariada ante un contratiempo o un problema, y que incluso aparece recogida por el diccionario online de Oxford. Este señala que se utiliza “para comentar sobre una acción estúpida o tonta, especialmente de uno mismo”.

Adams define dicho término como “existencialista” y, en su opinión, señala que “las cosas no están marchando como deberían ir”, por lo que es una palabra que transmite la frustración del que la pronuncia. Según ha explicado el doblador de la serie Dan Castanella, dicho sonido es la evolución de una interjección pronunciada por Jimmy Finlyaston, un secundario habitual en las películas de Laurel y Hardy. Castanella empezó a utilizarlo cada vez que aparecía en el guion un “gruñido preocupado”.

Para Adams es un buen ejemplo del largo proceso que puede sufrir una palabra hasta entrar en nuestro vocabulario, ya que data sus primeras utilizaciones en los años cuarenta. El filólogo explica que lo decisivo para una palabra no es su mera aparición, sino su utilización a lo largo del tiempo hasta que empieza a ser considerada parte natural de la lengua y desarrolla su propia identidad semántica.

La generación “meh”

La joya de la corona de todas las interjecciones empleadas por la familia Simpson quizá sea el habitual meh proferido por Bart, y que en español tiene un equivalente tan claro que ha impedido que entrase directamente en nuestra lengua: es ese despectivo “bah” que, según la RAE, se utiliza “para denotar incredulidad o desdén”. O, como afirma el propio Adams, indiferencia. Una actitud que identifica con la generación millenial, como una manera de representar lo poco que les importa lo que tengas que decirle.

Las redes sociales y el empleo de la palabra por celebridades le ha dado una nueva vida. Hasta The New York times hace listas con cosas meh, y famosas frías y distantes como Gwyneth Paltrow han sido consideradas las “reinas del bah”. Es, también, un popular hashtag en Twitter, cuya búsqueda arroja resultados como “estoy enamorada y no sé si él siente lo mismo, pero meh”, o “creo que mi mamá ya vio mis notas pero meh, qué me importa”. La actitud de Bart ante el mundo se ha transmitido a millones de jóvenes de varias generaciones identificados con él desde hace décadas. ¡Mola!

El 17 de diciembre se cumplieron 25 años de la emisión del primer capítulo de Los Simpson (sí, uno de esos en los que el trazo era un tanto titubeante y Smithers aún era negro). A propósito de tan señalada fecha, son muchos los que están recordando la vital importancia que la serie de animación ha tenido tanto en la cultura popular como en nuestras vidas diarias –hay una escena de la serie para cada situación vital, y Oxford no ha querido quedarse atrás–.

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