Es noticia
Mercromina y otros medicamentos que antes usábamos: el botiquín de los ochenta
  1. Alma, Corazón, Vida
¿POR QUÉ DESAPARECEN LOS MEDICAMENTOS?

Mercromina y otros medicamentos que antes usábamos: el botiquín de los ochenta

En los años 80 los niños se caían igual que ahora, pero entonces se les embadurnaba con un líquido rojo que impregnaba la piel durante días. ¿Por qué?

Foto: Anuncio de mercromina de los años 80. (Creative Commons)
Anuncio de mercromina de los años 80. (Creative Commons)

En los años 80 los niños se caían igual que ahora, pero entonces se les embadurnaba con un líquido rojo que impregnaba la piel durante días: la mercromina. Sin embargo, como explica Veronica Fuentes en el SINC, ahora ante cualquier herida el producto utilizado es la povidona yodada, más conocido como una de las marcas que lo comercializa, Betadine.

“Con el paso de los años se ha demostrado que la mercromina es un antiséptico de baja potencia, que se inactiva en presencia de sangre y puede producir dermatitis de contacto, motivo por el que hoy no se recomienda su uso”, explica Roi Piñeiro, pediatra en el Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid.

Así, para inhibir el crecimiento bacteriano, se ha comprobado que la povidona yodada es mucho más efectiva in vivo que otros compuestos que se utilizaban antes, como la citada mercromina o el agua oxigenada, que retrasa la cicatrización e impide la adecuada irrigación sanguínea de los tejidos.

El Betadine además de ser más potente como antiséptico, es más barato y no lleva mercurio

La razón principal es que desinfecta mejor porque mientras la mercromina es bacterioestática –impide que se multipliquen las bacterias–, la povidona es bactericida –las mata–.

“Es un producto que sirvió mucho en la época, pero que ha sido desplazado por el Betadine porque además de ser más potente como antiséptico, es más barato y no lleva mercurio”, afirma Francisca González Rubio, médico en el centro de salud Delicias Sur de Zaragoza.

Por ello, como subraya Piñeiro, miembro del Comité de Medicamentos de la Asociación Española de Pediatría (AEP), “hoy en día se recomiendan como principales antisépticos tópicos la povidona yodada, la clorhexidina o incluso el alcohol rebajado con agua”.

Antibióticos para todo

Durante los años 70 y 80 en las consultas médicas y las farmacias no existía ningún control en la prescripción y dispensación de antibióticos y se empezaron a observar serias resistencias de muchas bacterias en España.

Los profesionales solían prescribir fármacos como Clamoxil o Ardine –ambos con amoxicilina como principio activo– ante cualquier catarro, faringitis, bronquitis o gripe, afecciones que no precisan antibióticos.

Los pacientes tienen la sensación de que antes a la mínima te recetaban antibióticos y ahora parece que te debes estar muriendo para conseguirlos

“Desde entonces, los médicos han ido disminuyendo su prescripción y se ha ido mentalizando a la gente de que no siempre hay que tomar antibióticos, que el proceso va a durar unos siete días porque las enfermedades virales tienen su curso”, apunta Gónzalez Rubio.

Según los últimos datos del Eurobarómetro, el consumo de antibióticos se ha reducido pero ha aumentado la resistencia bacteriana. “El cambio en España fue progresivo a partir de finales de los 90”, continúa el pediatra. “Por eso los pacientes tienen la sensación de que antes a la mínima te recetaban antibióticos y ahora parece que te debes estar muriendo para conseguirlos”.

Su uso en España está parcialmente regulado, pero los expertos apuntan que mientras en otros países no se administran en ningún caso sin receta médica, en el nuestro es raro no conseguir un antibiótico de amplio espectro sin el permiso del doctor, aunque con la subida de precio y la legislación esto ha disminuido considerablemente.

“Los antibióticos son un recurso natural que deberíamos preservar lo máximo posible porque va a llegar un momento en el que no nos van a servir”, comenta Gónzalez Rubio. “En el momento en que seamos resistentes a todos los antibióticos, no habrá con qué luchar contra las infecciones”.

“Mamá, mamá, no puedo respirar…”

Pero estos no han sido los únicos cambios en estos años en los botiquines de los hogares españoles. Uno de los anuncios más recordados de la época era en el que aparecía un niño que no podía respirar y al que su madre untaba con Vick VapoRub.

Vicks VapoRub (Creative Commons)En los años 80, el uso de este ungüento “para ayudar al alivio de los síntomas de congestión nasal, tos y dolores musculares causados por la gripe” estaba muy extendido. Sin embargo, en 2009 se publicó en la revista Chest un estudio sobre los posibles problemas respiratorios que puede causar su inhalación en niños menores de tres años.

“Efectivamente, a todos los que crecimos en los años a finales del siglo XX nos ponían este producto, pero en estudios independientes se ha demostrado que no hay evidencia científica de que mejore los cuadros catarrales en niños. Además, existen descongestionantes nasales inocuos, como el agua de mar”, indica Piñeiro.

Las pastillas infantiles más famosas

Con respecto al ácido acetilsalicílico –aspirina– infantil, la causa detrás de su limitado uso en la actualidad es la aparición de algunos pacientes tratados con este medicamento que tenían varicela y que desarrollaron síndrome de Reye, una enfermedad severa que afecta al hígado y que incluso puede producir la muerte.

La prescripción de Aspirina está contraindicada en pediatría y se debe evitar si se sospecha de una infección viral o fiebre

Así, en junio de 2003, se retiraron en España todos estos medicamentos de uso en pediatría, una vez que la Agencia de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) contraindicó el uso de salicilatos en niños menores de 16 años.

“Es un caso raro, pero cuando una varicela está en sus fases iniciales y aún no ha salido el exantema (erupción cutánea), no sabes si estás tratando una simple fiebre o no. Al tener otros medicamentos igual de efectivos –como el paracetamol o el ibuprofeno–, se tiende a no utilizar la aspirina para tratar la fiebre en niños”, afirma Piñeiro. “Es más, al tratarse de un medicamento gastroerosivo, su abuso puede producir úlcera gastrointestinal”.

Por todo ello, está contraindicada su prescripción en pediatría y se debe evitar si se sospecha de una infección viral o fiebre. Se recomienda usar otros medicamentos más seguros, excepto en indicaciones específicas como la artritis idiopática juvenil.

Calcio para los niños que no comen

Con respecto a los medicamentos para ‘abrir el apetito’ u orexígenos, muy comunes hace más de 30 años, en la actualidad solo se usan en casos de malnutrición comprobada o cuando la pérdida del apetito es debido a alguna patología. “No deben usarse porque el niño ‘no me come nada’”, enfatiza Piñeiro. “Uno de ellos, llamado ciproheptadina, puede además tener efectos secundarios perjudiciales”.

Hoy en día estos fármacos se han desechado totalmente. La dieta mediterránea es muy rica en calcio, y los expertos han comprobado que no hace falta tomar ningún aporte extra ya que está de forma natural en la fruta, el pescado, el pan y las legumbres.

La dieta mediterránea es muy rica en calcio y no se necesita ningún suplemento

Gónzalez Rubio también lo tiene claro. “Tomamos calcio a dosis necesarias, lo que de verdad deberíamos potenciar es la vitamina D3, la del sol, ya que encontramos que la piel no sintetiza dicha vitamina con motivo de toda la protección necesaria para evitar quemaduras, por lo que en definitiva el calcio no se absorbe”.

Los polvos del tarro rosa

En los años 80 no había baño sin ese característico bote rosa que contenía polvos de talco, extraídos de un mineral y muy populares por su accesibilidad y precio. En los anuncios de televisión lo anunciaban como medicamento, lo echaban en picaduras, escoceduras o dermatitis atópica de los bebés.

“Se usaban mucho en las dermatitis. Sin embargo, el talco puede penetrar en el interior de las heridas, producir granulomas de cuerpo extraño o reacciones de la piel que pueden empeorar la inflamación; por eso en general hoy tampoco se recomienda en niños”, añade Piñeiro.

Ahora sí que se puede utilizar en alguna dermatitis pruriginosa, “pero en eso hemos avanzado mucho y aunque los productos llevan algo de talco, ya todo es en crema, por no hablar de lo que han avanzado los pañales”, sostiene la doctora.

Para la regla, Saldeva

Cuando las mujeres sufrían dolores menstruales en las décadas de los 80 y 90, el medicamento más solicitado era la Saldeva, en su formato normal o forte, para los dolores más agudos. Sin embargo, aunque sigue en el mercado su presencia en las farmacias hoy en día es simbólica.

'Para la regla, Saldeva'. (Creative Commons)“La Saldeva fue muy popular a partir de los 80, cuando empezó a aparecer el paracetamol como componente principal, que hasta esa época venía camuflado con otros compuestos”, revela González Rubio. “Dicho principio ha sido desplazado por el ibuprofeno”.

De hecho, con la aparición de los genéricos, las opciones aumentaron. De hecho, si bien el paracetamol era más económico que la Saldeva, el ibuprofeno era tres veces más barato y más potente.

Para picores y golpes

Filvit, un champú para los casos de pediculosis capilar (piojos), se anunciaba a bombo y platillo en las televisiones de la época como remedio para acabar con estos parásitos y prevenir su aparición. Ahora sólo se indica en caso de diagnóstico confirmado, no para evitar la infestación. “Ahí se ha avanzado en el tratamiento pero hemos retrocedido en la prevención”, mantiene González Rubio.

Más en desuso ha caído el Reflex, muy utilizado para golpes hasta que dejó de recetarse. “Te daba calor, era untuoso y no iba mal. Pero hubiera funcionado igual con hielo y frío o con calor”, añade la médica de atención primaria.

El Reflex se vende aún en las farmacias pero se utiliza mucho menos

Este producto se vende aún en las farmacias, pero por las posibles irritaciones de ojos o reacciones dérmicas se utiliza mucho menos. También contribuyó al desuso la preocupación por el agujero de la capa de ozono, ya que es un aerosol.

Razones para el olvido

Pero, ¿por qué se retiran los fármacos o disminuye su uso con el tiempo? “La razón no es solamente que no fueran efectivos, sino que se han desarrollado otros que o son más eficaces o tienen menos tasa de efectos secundarios”, resume Piñeiro.

Lo que sí es cierto es que los profesionales médicos tienen más acceso a la evidencia científica y en el momento en que se aprueba un medicamento ya lo pueden recetar. “En aquella época utilizábamos lo que teníamos disponible, pero también la industria farmacéutica va poniendo de moda lo que les interesa”, asegura González Rubio.

En lo que los médicos y farmacéuticos están de acuerdo es en que la introducción del genérico y su rebaja de precio con respecto a la marca han marcado la diferencia desde los 80. Sin embargo, desde el año 2000 la seguridad del paciente con los fármacos es la prioridad número uno en todos los servicios sanitarios.

No es fácil decidir si el cambio ocurrido en estos más de 30 años se debe a las modas en la venta y consumo de productos o a la optimización de los medicamentos. Aunque los niños de ayer llevaban teñidas sus heridas de rojo y los de hoy del color anaranjado de la povidona, no conocemos cómo se colorearán las heridas del mañana.

En los años 80 los niños se caían igual que ahora, pero entonces se les embadurnaba con un líquido rojo que impregnaba la piel durante días: la mercromina. Sin embargo, como explica Veronica Fuentes en el SINC, ahora ante cualquier herida el producto utilizado es la povidona yodada, más conocido como una de las marcas que lo comercializa, Betadine.

Farmaindustria Farmacia Industria farmacéutica