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El plan de diez puntos propuesto a la Unión Europea para que bebas menos
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El plan de diez puntos propuesto a la Unión Europea para que bebas menos

Los científicos Jürgen Rehm y David Nutt, dos de las mayores autoridades en materia de drogas proponen un decálogo para frenar los efectos del alcohol

Foto: Los riesgos toxicológicos y adictivos del alcohol son mayores en las mujeres que en los hombres. (corbis)
Los riesgos toxicológicos y adictivos del alcohol son mayores en las mujeres que en los hombres. (corbis)

Todos sabemos que la ingesta dealcohol que va más allá de unas copas de vino o unas cañas no es saludable pero, sobre todos los más jóvenes, lo toman sin ningún tipo de mesura un fin de semana tras otro. Pensamos que no tiene ninguna consecuencia que un día se nos vaya la mano con las copas, pero el problema es que a mucha gente se le va la mano con demasiada frecuencia. Y ni siquiera sabemos en qué momento nuestra ingesta de alcohol ha empezado a ser peligrosa.

Un nuevo editorial publicado esta semana en el Journal of Psychopharmacology propone a las autoridades europeas un sencillo plan de 10 puntos para que los ciudadanos conozcan cuánto alcohol pueden tomar y cuándo es necesario echar el freno. Los creadores de esta hoja de ruta han sido los científicos Jürgen Rehm, del Centro de Adicciones y Salud Mental de Toronto (Canadá), y David Nutt, profesor de neuropsicofarmacología en el Imperial College de Londres y una de las mayores autoridades del mundo en materia de drogas (muy amigo de las polémicas). Estas estrategias, aseguran sus creadores, están basadas en la evidencia, y permitirían a los individuos y las autoridades públicas reducir los costes personales y públicos que causa el alcohol.

Las cuatroprimeras claves hacen referencia a lo que todos como individuos podemos hacer para reducir el daño que genera el alcohol en nuestra salud. Los seispuntos siguientes se centran en la intervención gubernamental.

1. Contar lo que bebes

Monitorizar cuánto alcohol estamos bebiendo es el primer paso para que su ingesta no sea excesiva. Al igual que conocemos nuestra presión arterial, nuestro nivel de colesterol y cuánto comemos, tenemos que saber cuánto bebemos.

2. Limitar el consumo

La ingesta de alcohol debe limitarse a 20 gramos por día en hombres (unas dos copas a la española) y 15 por día en mujeres (una copa y media).

3. Menos es más

Cuánto menos alcohol consumamos mejor salud y más longevidad tendremos.

4. Tomar un día libre

No beber nada uno o dos días a la semana ayuda al hígado a recuperarse de los efectos del alcohol y reduce el riesgo de padecer complicaciones hepáticas.

5. Establecer precios mínimos

Marcar por ley un precio mínimo para el alcohol reduciría el consumo de alcohol barato, algo que es especialmente importante para frenar el consumo entre los jóvenes.

6. Mejorar el etiquetado

Etiquetar los gramos de alcohol que hay en cada bebida, al igual que se hace con la comida, permitiría a los consumidores conocer exactamente cuánto alcohol están consumiendo.

7. Limitar la venta de alcohol

Al reducir los espacios y los horarios en que se puede comprar alcohol se evita la compra impulsiva, particularmente de aquellas personas que ya han bebido, y hace que las personas con problemas de adicción tengan menos contacto con el alcohol en las tiendas y supermercados.

8. Ofrecer tratamientos

Promocionar los tratamientos para reducir el consumo de alcohol –al igual que se hace con el consumo de tabaco– tendría importantes beneficios sanitarios para los individuos y la sociedad. Deberían ofrecerse a todas las personas con problemas en su consumo.

9. Invertir en investigación

Se debe invertir en investigación para crear nuevas formas de tratar la adicción. Las técnicas que utilizan la genética y la neuroimagen optimizarían las investigaciones. Además, la inversión farmacéutica en tratamientos para el alcohol es mínima, y debería incentivarse desde el gobierno.

10. Desarrollar alternativas al alcohol

Es necesario investigar la posibilidad de crear nuevas drogas que mimeticen los efectos del alcohol sin dañar la salud. Una sustancia alternativa que simulara la relajación del alcohol sin los efectos negativos de este reducirá los costes sociales y de salud que produce éste. Es en este punto en el que trabaja últimamente Nutt, que asegura que es posible sintetizar una bebida alcohólica que no emborrache pero que reproduzca los efectos placenteros del alcohol.

Todos sabemos que la ingesta dealcohol que va más allá de unas copas de vino o unas cañas no es saludable pero, sobre todos los más jóvenes, lo toman sin ningún tipo de mesura un fin de semana tras otro. Pensamos que no tiene ninguna consecuencia que un día se nos vaya la mano con las copas, pero el problema es que a mucha gente se le va la mano con demasiada frecuencia. Y ni siquiera sabemos en qué momento nuestra ingesta de alcohol ha empezado a ser peligrosa.

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