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El salario de la felicidad: el buen rollo hace que ganes 1.700 dólares más al año
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EL DINERO NO HACE FELIZ, PERO SÍ AL REVÉS

El salario de la felicidad: el buen rollo hace que ganes 1.700 dólares más al año

Nos han repetido hasta la saciedad que el dinero no da la felicidad, pero según un economista australiano lo que ocurre es precisamente lo contrario

Foto: El bienestar emocional nos puede ayudar a aumentar nuestra nómina. (Corbis)
El bienestar emocional nos puede ayudar a aumentar nuestra nómina. (Corbis)

Nos han repetido hasta la saciedad que el dinero no da la felicidad, una afirmación que, pese a estar muy extendida, no todo el mundo considera cierta. Pero nadie se había planteado, hasta ahora, si la ecuación funcionaba en sentido inverso: ¿puede la felicidad darnos dinero?

Después de estar varios años estudiando la influencia del dinero sobre la felicidad, el economista de la Universidad de Sidney Oeste Satya Paul decidió investigar lo contrario. “Los ingresos no tienen un efecto significativo sobre la felicidad”, ha explicado Paul al Sidney Morning Herald, “pero me preguntaba si la gente feliz podía ser más productiva, y si esa felicidad podía afectar a sus ingresos, debido a cómo desempeñan su trabajo”.

Gracias a los datos de la encuesta Hogares, Ingresos y Dinámicas del Trabajo en Australia (HILDA, por sus siglas en inglés) descubrió que la relación entre felicidad e ingresos no sólo era una realidad, además podía cuantificarse. La encuesta, en la que participaron 9.300 australianos entre 2001 y 2005 incluía preguntas sobre la situación económica y el bienestar, lo que permitió a Paul comparar la felicidad percibida (medida de cero a diez) con los ingresos y otras variables económicas.

Cómo la felicidad alimenta tu cuenta corriente

Usando un modelo matemático, Paul ha llegado a la conclusión de que por cada punto en que aumentamos nuestra felicidad, nuestros ingresos anuales crecen en 176,76 dólares. Esto implica que“una persona que está completamente satisfecha con su vida gana 1.766,7 dólares más que alguien completamente insatisfecho”, asegura el economista.

La gente feliz es más activa, más productiva y tienen menos preocupaciones en lo que respecta al trabajo

“La gente feliz es más activa, más productiva y tienen menos preocupaciones en lo que respecta al trabajo”, asegura Paul. El efecto de la felicidad, no obstante, es más complejo de lo que cabría pensar. Existen dos perfiles de empleados felices, aquellos que trabajan más horas, a motu proprio, porque disfrutan de su actividad –y, por lo tanto, ganan más– y aquellos que deciden trabajar menos para gozar de más tiempo libre y bienestar, lo que hace que, cuando están en el trabajo, sean más productivos. Este último tipo de empleados pierden dinero para ganar felicidad, pero la inversión compensa, pues por cada punto de bienestar que se gana sólo se pierden 27,41 dólares anuales, una cifra menor de la que, según el modelo del australiano, se gana gracias a ese incremento de la felicidad.

El estudio australiano es el primero que cuantifica la relación entre felicidad e ingresos, pero no es el primero que asocia ésta con el rendimiento. En 2008, el profesor Andrew Oswald, de la Universidad de Warwick, realizó un experimento para medir la influencia de la felicidad en los entornos laborales. El investigador dividió a 182 trabajadores en dos grupos, a uno le puso un vídeo cómico de 10 minutos, y al resto les dejó esperando en una sala. Tras esto, ambos grupos tuvieron que realizar un pequeño ejercicio matemático y se les dijo que su paga se establecería en función de los resultados obtenidos. El grupo que había visto los vídeos contesto un 10% mejor que los que no los habían visto.

La salud también influye

En opinión de Paul, trabajar en pos del bienestar de los trabajadores sería una buena herramienta para reducir la desigualdad, ya que los empleados felices lograrían aumentos superiores a los de sus colegas con mayores ingresos. “Es una lección que podemos aprender, cuanto más feliz es la gente, menos desigualdad económica tendremos en la sociedad”, asegura el economista. Pero la felicidad no es la única variable que influye en nuestras nóminas.

Como parte del estudio, Paul ha examinado también la relación entre los ingresos y el resto de variables contempladas en HILDA. La salud también es un importante factor para determinar nuestras ganancias: las personas enfermas ganan 793,83 dólares menos al año que las que están en buen estado de salud.

Otro factor importante son los estudios. Las personas con grados universitarios ganan 8.408 dólares más al año, una cifra menor, por desgracia, de la que se pierde sólo por ser mujer: 8.781. A ellas, para ganar más, no sólo les basta con ser felices.

Nos han repetido hasta la saciedad que el dinero no da la felicidad, una afirmación que, pese a estar muy extendida, no todo el mundo considera cierta. Pero nadie se había planteado, hasta ahora, si la ecuación funcionaba en sentido inverso: ¿puede la felicidad darnos dinero?