Es noticia
Las cinco peores maneras de ir vestido a una entrevista laboral
  1. Alma, Corazón, Vida
LOS ERRORES MÁS FRECUENTES

Las cinco peores maneras de ir vestido a una entrevista laboral

Cuando no se conoce a una persona, la primera impresión es lo que más cuenta, la cual estará muy determinada por la vestimenta y el aseo

Foto: Las cinco peores maneras de ir vestido a una entrevista laboral
Las cinco peores maneras de ir vestido a una entrevista laboral

Cuando no se conoce a una persona, la primera impresión es lo que más cuenta, la cual estará muy determinada por la vestimenta y el aseo personal. Aunque la mayor parte de los responsables de recursos humanos niegan que la imagen de los candidatos sea un factor importante en el proceso de selección, sí reconocen que ejerce sobre ellos una influencia inconsciente. Por tanto, cuando se trata de elegir entre dos trabajadores con un currículum y unas aptitudes similares, el que haya dado una mejor impresión será el que normalmente consiga el puesto.

Los recién licenciados y los jóvenes en general, que en su mayoría se caracterizan por mostrar una vestimenta informal y llevar las modas hasta sus últimas consecuencias, son el grupo social más perjudicado por su imagen en los procesos de selección laboral. Poca duda cabe de que a nadie le asustan a día de hoy los tatuajes o los piercings, pero todo en exceso llama la atención y, cuanto menos destaquen, más posibilidades habrá de que se fijen en nuestras aptitudes para un determinado empleo, en lugar de la imagen.

Por supuesto que no es lo mismo optar a un puesto de trabajo de cara al público que en una oficina, así como en un bufete de abogados o en un centro deportivo. Cada uno deberá intentar adaptarse al tipo de trabajo para ir vestido de la forma más adecuada, al menos en el momento de la entrevista, tener un mínimo de sentido común y urbanidad. Recurriendo al refranero popular, no se trata más de seguir el dicho de: “Donde fueres, haz lo que vieres”.

La coach laboral Vicky Oliver, especializada en optimizar las posibilidades en los procesos de selección, recoge en su libro 301 Smart Answers to Tough Business Etiquette Questions una serie de errores comunes a los entrevistados, principalmente jóvenes, relacionados con su imagen.

Ropa deportiva y veraniega

Las camisetas de equipos deportivos, así como la ropa demasiado informal y veraniega, son prendas más apropiadas para estar por casa, ir a la piscina o hacer deporte. En ocasiones, este tipo de vestimenta es tan habitual entre los jóvenes que puede ocurrir que ni se planteen la conveniencia o no de asistir a una entrevista de empleo con ella. Alguno de los errores más comunes tienen que ver con el hecho de llevar chándal, pantalones cortos o chancletas, sobre todo en esta época del año.

Accesorios excesivos y prendas con mensaje

Las entrevistas de trabajo no son el lugar más adecuado para demostrar las afinidades políticas o aficiones personales de cada uno, ya sea llevando la camiseta de un grupo de música o un bolso con algún tipo de slogan. El exceso de accesorios tecnológicos o complementos de moda, ya sean gafas de sol, sombreros, mochilas, colgantes, móviles o tabletas tampoco generan una imagen demasiado buena en el entrevistador. Según apunta la coach, con un currículum y un bolígrafo encima de la mesa es suficiente.

Tatuajes y piercings

Aunque poco queda del estigma social que antaño generaban los tatuajes y los piercings, no es conveniente demostrarlos en demasía. Hoy en día son tan comunes que “incluso pueden estar bien, siempre y cuando no sean demasiado visibles”, insiste Oliver. Sin embargo, una vez más apela al sentido común y recomienda que se escondan más o menos en función del tipo de puesto y de empresa en la que se busque trabajo, sobre todo, si los tatuajes en cuestión son demasiado distintivos como para atraer la atención del responsable de recursos humanos.

Prendas demasiado provocadoras

En el caso de las jóvenes, los escotes excesivos o las minifaldas demasiado cortas pueden acabar arruinando una entrevista de empleo. Los estereotipos siempre están ahí, y cuando alguien va vestido demasiado sexy, las capacidades intelectuales suelen subestimarse injustamente. Para evitar ser víctima de los tópicos, lo mejor es dejar la ropa más sensual para otro tipo de ocasiones. En este sentido, las uñas demasiado largas y pintadas con diferentes colores o las pestañas postizas demasiado largas también deberían reservarse para las salidas nocturnas más que para las entrevistas de trabajo.

Vestimenta demasiado formal o inapropiada para la imagen corporativa

Todo en exceso es malo, y cómo ya se ha señalado anteriormente, no es conveniente llevar traje y corbata para una entrevista en la que optemos a un trabajo, por ejemplo, como socorrista de piscina. Lo más recomendable es adaptarse un mínimo a la imagen corporativa de la empresa para que, al menos, no llamemos demasiado la atención y aumentemos las posibilidades de conseguir un contrato, asegura Oliver.

Cuando no se conoce a una persona, la primera impresión es lo que más cuenta, la cual estará muy determinada por la vestimenta y el aseo personal. Aunque la mayor parte de los responsables de recursos humanos niegan que la imagen de los candidatos sea un factor importante en el proceso de selección, sí reconocen que ejerce sobre ellos una influencia inconsciente. Por tanto, cuando se trata de elegir entre dos trabajadores con un currículum y unas aptitudes similares, el que haya dado una mejor impresión será el que normalmente consiga el puesto.