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“Ahora mismo eres tú solo contra mucha gente, vas a perder”
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LA MUJER QUE INCREPÓ AL ASESINO DE WOOLWICH

“Ahora mismo eres tú solo contra mucha gente, vas a perder”

Un soldado muerto en una acera de Londres. Un supuesto terrorista que invoca a Alá frente a las cámaras, con un cuchillo en la mano y las manos ensangrentadas. El horror

Un soldado muerto en una acera de Londres. Un supuesto terrorista que invoca a Alá frente a las cámaras, con un cuchillo en la mano y las manos ensangrentadas. El horror televisado. Confusión. Y una heroína para la historia: Ingrid Loyau-Kennett. La única que en las transitadas calles de Woolwich, el distrito del sureste de Londres donde se desarrolló la agresión,tuvo el coraje de atender a la víctima e increpar a uno de los supuestos asesinos.

Loyau-Kennet, de 48 años, madre de dos hijos y jefa de un grupo scout, no lo dudó ni un momento. Vio lo que sucedía desde el autobús en que viajaba, se bajó en una parada que no era la suya, y fue corriendo a asistir a la víctima. “Me acerqué y vi que no tenía pulso”, ha explicado a varios medios británicos. “No podía ver la cara del hombre pero tampoco nada que indicara que alguien había intentado decapitarlo. Tampoco había nada que sugiriera que era un soldado”.

Después trató de razonar con uno de los presuntos asesinos, con el que estuvo hablando más de cinco minutos. Su atrevimiento, que mantuvo distraídos a los agresores, pudo haber salvado más de una vida. Tal como ha narrado a la prensa británica, pensó que si hablaba con ellos podría evitar que atacarán a alguien más.

Me dijo que lo mató porque mató a musulmanes en países musulmanes donde están los soldados británicosNo debe ser sencillo mantener una conversación con un hombre que lleva un cuchillo en una manó y un revolver en la otra, pero la scout británica no se acobardó. “Le pregunté si lo había hecho”, ha explicado a la prensa, “y me dijo que sí. Le pregunté por qué. Y me dijo que lo mató porque mató a musulmanes en países musulmanes donde están los soldados británicos. Le pregunté si había matado a un soldado británico. Y me dijo que sí, que lo mató porque mató a musulmanes allí, que estaba harto que la gente mate a musulmanes en Irak y en Afganistán. No estaba borracho ni drogado, sólo estaba enojado, en pleno control de sus decisiones y listo para hacer lo que quisiera hacer”.

“Estoy feliz de haber evitado más problemas

Mientras Loyau-Kennet seguía conversando con uno de los presuntos asesinos, la gente se fue congregando alrededor de los asaltantes. Decenas de cámaras grabaron la escena. El otro asesino se permitió incluso pronunciar un corto discurso, un vídeo que ha dado la vuelta al mundo. Mientras, la scout británica, trato de mantener entretenido al agresor, tratando, como ha explicado, de que no notara lo que estaba sucediendo a su alrededor.

Ni corta ni perezosa le dijo al asaltante: “Ahora mismo eres tú solo contra mucha gente, vas a perder, ¿qué te gustaría hacer?”. Él le respondió que se quería quedar y luchar. “Entonces”, ha explicado Loyau-Kennet a la prensa, “le pregunté qué iba a hacer, porque la policía iba a llegar pronto. Dijo que era una guerra y que si la policía llegaba, iba a matar a los agentes”.

Poco después, la heroína de Woolwich abandonó la escena del crimen, pensando que la policía estaría a punto de llegar. En efecto. “Diez segundos después de subir al bus, vi un coche de policía y dos agentes, un hombre y una mujer, saliendo de él. Los dos hombres negros corrieron hacia el coche y los agentes les dispararon, creo que en las piernas”, ha explicado a la prensa. Ahora sabe que se podía haber buscado un problema, pero no se arrepiente de haber conversado con los supuestos terroristas: “Estoy feliz de haber conseguido hacer algo que puede que haya evitado más problemas. Me siento bien ahora mismo, pero supongo que la conmoción puede afectarme más adelante”.

Un soldado muerto en una acera de Londres. Un supuesto terrorista que invoca a Alá frente a las cámaras, con un cuchillo en la mano y las manos ensangrentadas. El horror televisado. Confusión. Y una heroína para la historia: Ingrid Loyau-Kennett. La única que en las transitadas calles de Woolwich, el distrito del sureste de Londres donde se desarrolló la agresión,tuvo el coraje de atender a la víctima e increpar a uno de los supuestos asesinos.