Un diputado francés rico, el último 'exiliado fiscal': "Estoy hasta las narices de pagar"

“Si continúa la subida de impuestos en Francia me iré de aquí. Por ejemplo, a la República de Mauricio, que es un país con una fiscalidad mucho más atractiva”. El último francés que ha amenazado al Gobierno de François Hollande con sacar su fortuna del país si se consuma la llamada ‘tasa de los ricos’ es el diputado del MoDem Thierry Robert. El político del partido de centro liderado por François Bayrou cuenta con una fortuna de nueve millones de euros en propiedades inmobiliarias y unos ingresos mensuales de 90.000 euros según aseguró él mismo a la prensa gala, que “no he robado a nadie, sino que he sudado para ganarla”. “Ya estoy hasta las narices de pagar tanto, y si esto sigue así no me voy a quedar”.

Robert es el primer político galo en justificar la retirada de los depósitos a otros países donde las grandes fortunas gozan de una mayor benevolencia fiscal. Antes lo hicieron empresarios y actores, desde el propietario de Louis Vuitton Bernard Arnault (el hombre más rico del país) hasta el actor Gerard Depardieu, que consiguió la nacionalidad rusa y renunció a su pasaporte francés para no pagar impuestos en este país. Lo que se conoce como “exilio fiscal” está comenzando a generalizarse, provocando así un efecto llamada muy peligroso para la economía del país, a pesar de que el Consejo Constitucional francés tumbó el impuesto del 75% a las grandes fortunas. Unas medidas que, para Robert, no hacen más que “dificultar el desarrollo económico”.

El exilio fiscal como consecuencia “natural” de la presión fiscal

Para el consultor del Banco Mundial y exconsejero del FMI Mario Weitz, las consecuencias naturales del establecimiento de una “elevada presión fiscal” no son otras que la huida de capitales, “lo que acabaría por destruir la economía”. Partidario de que se modifique la legislación “para garantizar que los ricos paguen más que las clases medias”, así como de incrementar la tributación de las Sicav (sociedades de inversión de capital variable que tributan el 1% de sus plusvalías), Weitz entiende que “las subidas deben ser moderadas, y no como se ha hecho en Francia”.

El exilio fiscal no es un fenómeno exclusivo de Francia, sino que se reproduce allí donde se intenta aumentar la recaudación pública mediante la subida de impuestos. El Gobierno de Israel ha recibido presiones de las grandes fortunas nada más anunciar su intención de subir los impuestos para tapar el agujero fiscal que supera los 4.000 millones de euros. El multimillonario Idan Ofer, cuya fortuna está estimada en 6.500 millones de dólares según Forbes, ya ha cambiado su domicilio fiscal en Tel Aviv por Londres. Una decisión que tomó porque “mi actividad comercial es internacional”, al tiempo que reconoció los cambios en el régimen fiscal israelí como un factor determinante.

En los próximos meses se prevé que tanto multimillonarios como sociedades de inversión israelís siguen los pasos de Ofer (su hermano, por ejemplo, ya tributa en Mónaco). Y es que, según un editorial del periódico Haaretz, los más de 4.000 millones que se prevén recaudar incluirán subidas de impuestos sobre la renta, las plusvalías empresariales, el IVA y las Sicav.

El obstáculo de los paraísos fiscales

La tendencia a refugiarse en países con mejores condiciones fiscales, cuando no en paraísos fiscales, no es nueva, pero los analistas económicos tienen claro que se multiplicará a corto plazo. La razón es que los ajustes fiscales exigidos por Bruselas pueden llevar a los países de la unión a seguir el camino más corto, explica Weitz, que es “subir impuestos para recaudar más, en lugar de reducir los gastos políticos o perseguir el fraude fiscal”.Los sacrificios económicos deben afectar a todo el mundo por igual

Para el consultor del BM los sacrificios económicos deben afectar a todo el mundo por igual. No se trata de que el peso recaiga más sobre las clases trabajadoras o sobre las grandes fortunas, sino de establecer una tributación “razonable” que no perjudique a unos frente a los otros. De lo contrario, añade el economista, tendrán que echar atrás estas leyes porque será peor el remedio que la enfermedad.

La existencia de los paraísos fiscales no facilita la labor de los Gobiernos para perseguir el elevado fraude fiscal o la huida de capitales, como han puesto de manifiesto las investigaciones publicadas por El Confidencial y coordinadas por el International Consortium of Investigative Journalists (ICIJ). Desde el Banco Mundial son plenamente conscientes de las serias amenazas que representan los territorios offshore para la economía mundial y, según ha adelantado Mario Weitz, la institución está preparando una serie de medidas para reformarlos.

“Queremos aumentar el control sobre los paraísos fiscales poco a poco para que cada vez tengan menos peso en la economía mundial”, pues según las filtraciones del ICIJ se calcula que el total del dinero depositado en paraísos fiscales es el equivalente al PIB de EEUU y Japón juntos. La estrategia a seguir por el BM no consiste en implementar medidas de control disuasorias de la noche a la mañana, sino de ir poco a poco con un horizonte a medio plazo pues, como reconoce el propio Weitz, la telaraña de intereses y la gran cantidad de lobbies que defienden su existencia impiden darle una mayor celeridad al proceso.