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El retorno de los Templarios: “siempre aparecen cuando se habla de historias secretas”
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SE REABRE LA ERMITA DE SAN BARTOLOMÉ

El retorno de los Templarios: “siempre aparecen cuando se habla de historias secretas”

Los Templarios vuelven a estar de actualidad, y esta vez no se trata de una nueva novela histórica o de ninguna película ambientada en el Medievo.

Foto: El retorno de los Templarios: “siempre aparecen cuando se habla de historias secretas”
El retorno de los Templarios: “siempre aparecen cuando se habla de historias secretas”

Los Templarios vuelven a estar de actualidad, y esta vez no se trata de una nueva novela histórica o de ninguna película ambientada en el Medievo. El acontecimiento que ha devuelto a la vieja Orden a los medios de comunicación es la apertura al público de la mítica ermita de San Bartolomé, en el Cañón del Río Lobos (Soria), vinculada con el Temple. Hasta la fecha, el lugar religioso sólo se abría el 24 de agosto de cada año, el día de San Bartolomé, cuando se celebra una romería en honor del santo, pero la diócesis de Osma-Soria acaba de anunciar la apertura del edificio a lo largo de varios días en 2013. Las fechas en las que el edificio puede visitarse son esta Semana Santa, así como todos los fines de semana hasta finales de junio. En verano, la ermita permanecerá abierta todos los días (excepto los lunes).

Es la oportunidad perfecta para visitar uno de los que ha sido considerado como mejores ejemplos del simbolismo iniciático pétreo templario, y que ha estado siempre rodeado por la leyenda. Hoy en día, se cree con casi total seguridad que este templo era uno de los cinco bajo el poder del Temple en Castilla cuando fue disuelto en 1312. Una de las razones para defender esta tesis es que, junto a los otros cuatro lugares religiosos bajo el control de la orden, dibujan sobre el mapa español una Cruz de Malta, lo que explicaría la peculiar ubicación de la ermita. Además, está localizada a la misma distancia de los dos puntos que en la época se pensaban que se encontraban en el oriente y el occidente de la península, el cabo de Finisterre en Galicia (que sólo más tarde se descubrió que no era el auténtico “fin del mundo” europeo) y el de Creus en Cataluña.  

¿Existió realmente el culto al bafometo?Como ocurre con todo lo relacionado con los Templarios, se han generado un gran número de mitos alrededor de su papel durante el Medievo. También en España, donde tuvieron un papel muy diferente a otros países de Europa. La literatura histórica relacionada con este tema, muchas veces compuesta a partir de mitos sin confirmar y de ficcionalizaciones con un alto grado de libertad poética no han ayudado precisamente a esclarecer la andanza de la orden en España. Sólo ha sido en tiempos recientes cuando libros como Los Templarios en los Reinos de España (Planeta) de Gonzalo Martínez Díez han contribuido a arrojar una luz más rigurosa sobre la Orden del Temple. Ya el propio Umberto Eco hacía chanza de las leyendas que rodeaban a la organización, al señalar en El péndulo de Foucault (DeBolsillo) que “las historias secretas venden, y en todas ellas aparecen los templarios”. Pero, ¿qué ocurrió realmente con ellos, y qué ha sido producto de las leyendas urbanas?

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  • Dieron origen a la masonería. Una de las leyendas más extendidas, a pesar de que no exista ningún dato histórico que permita afirmar esta relación, más allá de las toneladas de libros que especulan con la posibilidad de que los templarios fundasen en Tierra Santa la masonería. Sin embargo, declaraciones como la del masón escocés Andrew Mitchell Ramsay, que en el siglo XIX afirmó que la masonería no es otra cosa que la Orden del Temple, no ayudan a esclarecer el asunto.
  • Adoraban al bafometo. ¿Existió realmente el culto a este macho cabrío, sentado en un trono y que portaba una estrella de cinco puntas en su frente? La leyenda afirma que una parte de los templarios rendía tributo a dicho Dios, debido a la influencia en Tierra Santa de los sarracenos. Lo que es seguro es que un gran número de ellos fueron sometidos a juicio por herejía y torturados por el culto a dicha deidad. Algunos confesaron haber rendido culto a este ser, aunque la tortura probablemente tendría mucho que ver en su declaración. Cómo no, la criatura realiza un breve cameo en El código Da Vinci (Planeta) de Dan Brown.
  • El Vaticano acabó con los Templarios. El código da Vinci defendía una tesis que ha sido repudiada por la mayor parte de los historiadores especializados en el Medievo, ya que no se sostiene de ninguna manera. La novela de Dan Brown afirmaba que la auténtica desaparición del Temple fue obra del Vaticano, que había sido chantajeado por los caballeros, que conocían la relación entre Jesucristo y María Magdalena, un secreto gracias al cual obtuvieron su amplio poder. En realidad, su fin fue organizado tanto por el papa Clemente V como por Felipe IV, que solicitó financiación a los templarios para una de sus campañas y estos se la negaron. Este fue uno de los hechos desencadenantes del fin de la orden, según un gran número de historiadores.
  • Llevaban barba y la cabeza rasurada. ¿Cómo lucían los templarios? ¿Como James Purefoy en la película Templario (Jonathan English, 2011), es decir, con una recortada barba y el pelo un poco revuelto, a lo Russell Crowe? En realidad, parece ser que no hay nada más lejos de la realidad. Según señala Martínez Díez en su libro, los templarios solían portar un poblado vello facial y la cabeza afeitada por completo. Desde luego, un look mucho más moderno del que cabría pensar. 
  • El Gran Maestre maldijo al papa, que moriría poco después. Esta es una de las leyendas más extendidas respecto a los templarios. La historia cuenta que Jacques de Molay, el último Gran Maestre de la Orden del Temple, fue detenido por el papa Clemente V y condenado a la hoguera bajo acusaciones de sacrilegio, simonía y herejía. En definitiva, una manera rápida de terminar de deshacerse de los templarios. Según cuenta el mito, De Molay maldijo mientras ardía frente a la Catedral de Nôtre Dame al papa, a Felipe IV y a Guillermo de Nogaret, que morirían en el plazo de menos de un año. Sin embargo, esta maldición parece pertenecer al mundo de la leyenda, aunque circulase de manera amplia durante los siglos posteriores, contribuyendo a dibujar esa imagen ocultista de la Orden. Esta se ha recuperado de manera recurrente a lo largo de los siglos, como cuando en el siglo XIX Fabré Palaprat falsificó un hipotético documento que presentaba a todos los maestres que sucedieron a De Molay.
  • Custodiaban el Santo Grial. A todos nos gusta Indiana Jones, pero esta idea es simplemente producto de la mente de Joseph von Hammer-Purgstall, que en El misterio revelado del bafometo, publicado a comienzos del siglo XIX –la era del gran revival templario– además de dar pábulo a la teoría de la adoración del macho cabrío, señalaba que los templarios eran devotos mahometanos y que tenían en su haber la custodia del Grial y del conocimiento gnóstico asociado a él.
  • No pueden cazar. Parece ser que los templarios tienen prohibida la caza, tal y como aparece contemplado en sus votos, salvo en caso de extrema necesidad y con la única excepción de un animal: el león, ya que era considerada una de las bestias más peligrosas del Oriente y simbolizaba el mal.
  • Los templarios denunciaron al Papa Benedicto XVI. Efectivamente, esto ocurrió en 2008, cuando la llamada Asociación Orden Soberana del Temple de Cristo presentó una demanda en un juzgado de Madrid ante el papado de Roma, exigiendo la rehabilitación de la organización, y la devolución de los bienes incautados, valorados en alrededor de 100.000 millones de euros. La disolución de la orden en 1307 hizo que los templarios fuesen desposeídos de sus bienes y sus territorios, pero resulta un tanto extemporáneo pensar que este tipo de cuentas se pueden ajustar siete siglos más tarde.

Los Templarios vuelven a estar de actualidad, y esta vez no se trata de una nueva novela histórica o de ninguna película ambientada en el Medievo. El acontecimiento que ha devuelto a la vieja Orden a los medios de comunicación es la apertura al público de la mítica ermita de San Bartolomé, en el Cañón del Río Lobos (Soria), vinculada con el Temple. Hasta la fecha, el lugar religioso sólo se abría el 24 de agosto de cada año, el día de San Bartolomé, cuando se celebra una romería en honor del santo, pero la diócesis de Osma-Soria acaba de anunciar la apertura del edificio a lo largo de varios días en 2013. Las fechas en las que el edificio puede visitarse son esta Semana Santa, así como todos los fines de semana hasta finales de junio. En verano, la ermita permanecerá abierta todos los días (excepto los lunes).