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No son tan buenas: efectos sobre nuestra salud de las bebidas light
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AUMENTAN LOS EFECTOS DEL ALCOHOL

No son tan buenas: efectos sobre nuestra salud de las bebidas light

Pocos son los alimentos que a estas alturas no cuenten con un equivalente considerado light, desde las tabletas de chocolate hasta la panceta, la mayonesa o

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No son tan buenas: efectos sobre nuestra salud de las bebidas light

Pocos son los alimentos que a estas alturas no cuenten con un equivalente considerado light, desde las tabletas de chocolate hasta la panceta, la mayonesa o la mantequilla, por muy contradictorio que pueda parecer a primera vista. Su proliferación nunca sería posible si no fuese por el éxito de los refrescos bajos en calorías, los primeros en salir al mercado bajo la referencia “light”, cuyas ventas no han parado de comerle el terreno a las bebidas convencionales.

La legislación vigente en España sobre este tipo de productos marca tres requisitos para poder venderse con esta denominación: contar con un homólogo no light, detallar en la etiqueta las calorías y valores y, lo más importante, presentar una reducción mínima del 30% del valor energético respecto al producto de referencia. Sin embargo, en los últimos años se han publicado numerosos estudios científicos que alertan sobre los peligros para la salud de las bebidas bajas en calorías elaboradas a base de edulcorantes y que animan a las administraciones a endurecer los controles, cuando no a restringir su venta.El alcalde de Nueva York ha prohibido la venta de bebidas light con 25 calorías o más

El alcalde de Nueva York, el independiente Michael Bloomberg, ha sido el pionero en establecer este tipo de medidas, al anunciar en mayo del pasado año su intención de prohibir la venta de refrescos de más de medio litro, incluyendo las bebidas light que tengan un valor nutricional de 25 calorías o más. Bloomberg justificó esta normativa debido al aumento del porcentaje de población con sobrepeso, pero las investigaciones van más allá al reportar otros peligros derivados del consumo abusivo de refrescos light, como que duplican el riesgo de padecer infartos cerebrales, ataques cardiovasculares y diabetes tipo 2.

Diabetes

La edición de este mes de febrero del American Journal of Clinical Nutrition destaca los resultados de un estudio epidemiológico en los que se asocia el consumo regular de este tipo de bebidas con un mayor riesgo de contraer diabetes tipo 2 por encima del 50%. La investigación comparó los efectos de los refrescos edulcorados con los azucarados sobre la salud de más de 66.000 personas, concluyendo que son más sanos los segundos, siempre y cuando el consumo no supere el litro y medio por semana. En comparación con las personas que no consumen ningún tipo de refresco, el riesgo de padecer diabetes se incrementa hasta el 130%.El riesgo de padecer diabetes se incrementa hasta el 130% respecto a quien no consume ningún tipo de refresco

Las conclusiones del estudio llevado a cabo durante 14 años por profesores de la Universidad de París-Sur, coinciden con los resultados de otras investigaciones norteamericanas publicadas en los últimos años, aunque estas contaban con una muestra y duración inferior. Los autores lanzan una serie de hipótesis para buscar una explicación al nexo entre la diabetes y las bebidas light, que pretenden ratificar en próximas investigaciones.

“Los edulcorantes podrían engañar al cerebro, pues este piensa que son azúcares y segrega insulina, haciendo descender los niveles de glucosa en sangre. Este descenso artificial de los niveles de glucosa podría favorecer posteriormente la metabolización de azúcar para compensar la situación”, explica el investigador Guy Fagherazzi, aunque destacando que solo se trata de una hipótesis. Otra de las posibilidades manejadas por los autores es que las personas con tendencia a consumir bebidas light son aquellas con sobrepeso u obesidad y, por tanto, con más predisposición de antemano a padecer diabetes; es decir, “muestran una condición prediabética”. Además, el consumo abusivo de edulcorantes podría producir un síndrome de abstinencia de azúcar que llevaría a estas personas a tener la necesidad biológica de ingerirlo en mayores cantidades mediante otros alimentos.

Enfermedades cardiovasculares

En la última Conferencia Internacional sobre Ictus, que organiza anualmente la Asociación Americana del Infarto Cerebral, se presentó un estudio en el que se relaciona el consumo de bebidas light con un incremento del 60% de las posibilidades de sufrir problemas cardiovasculares. Los resultados fueron defendidos por la profesora de la Miami School of Medicine, Hannah Gardener, quien insistió en el hecho de que estas bebidas no pueden considerarse como el sustituto ideal de las azucaradas.Las bebidas azucaradas ralentizan más la absorción de alcohol en sangre que las edulcoradas

Las conclusiones resultaron de la monitorización de 3.298 personas durante nueve años, entre las cuales se produjeron 559 accidentes vasculares, incluidos infartos cerebrales, hemorrágicos o isquémicos. Sin embargo, Gardener reconoció que todavía se necesitan concretar más los resultados cruzándolos con otros factores y la predisposición clínica de los participantes, como tener síndrome metabólico, diabetes o hipertensión, que podrían influir en el grado de riesgo de padecer este tipo de enfermedades. El estudio tampoco analizó las causas de este vínculo.

Densidad ósea

Algunas de las críticas a las bebidas confeccionadas a base de edulcorantes se centran en su composición, generalmente, con una alta concentración en fósforo. Si este se consume con moderación resulta positivo para el organismo, pero si se hace en exceso puede llegar causar problemas de densidad ósea. Además, este aditivo también puede llegar a provocar problemas estéticos, pues incrementa la disolución del esmalta de los dientes.

¿Adelgazan o engordan?

Otro estudio publicado en el número de marzo del pasado año del Journal of Hypertension, demostró que el consumo excesivo de estas bebidas confunde al organismo y perjudica el seguimiento de una dieta, haciéndonos comer más. Esta misma tesis se defiende en un estudio publicado en el International Journal of Obesity, según el cual, al consumir un producto dulce sin calorías, el sistema nervioso dispara la necesidad de ingerirlas a posteriori, produciendo una ansiedad que, generalmente, se combate comiendo más. Finalmente, un estudio publicado recientemente en la revista Alcoholism: Clinical & Experimental Research llegó a la conclusión de que mezclar bebidas bajas en calorías con alcohol aumenta el riesgo de intoxicación etílica. Algo que se debe a que las bebidas azucaradas retrasan el vaciado del estómago y ralentizan más la absorción de alcohol hacia la sangre que las edulcoradas.

Pocos son los alimentos que a estas alturas no cuenten con un equivalente considerado light, desde las tabletas de chocolate hasta la panceta, la mayonesa o la mantequilla, por muy contradictorio que pueda parecer a primera vista. Su proliferación nunca sería posible si no fuese por el éxito de los refrescos bajos en calorías, los primeros en salir al mercado bajo la referencia “light”, cuyas ventas no han parado de comerle el terreno a las bebidas convencionales.