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Las cetonas de frambuesa, el nuevo régimen de moda
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LAS DIETAS QUE NO DEBEN SEGUIRSE

Las cetonas de frambuesa, el nuevo régimen de moda

Cordero, cava, turrón, polvorones, mazapán, aperitivos, comidas, cenas y más cenas… La dieta navideña siempre acaba pasando factura. Faldas que antes cerraban y ahora no, pantalones

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Las cetonas de frambuesa, el nuevo régimen de moda

Cordero, cava, turrón, polvorones, mazapán, aperitivos, comidas, cenas y más cenas… La dieta navideña siempre acaba pasando factura. Faldas que antes cerraban y ahora no, pantalones más ajustados de lo normal. En enero, todos queremos acabar rápidamente con esos kilos de más. Pero montar en bicicleta es muy cansado y correr por la calle, un rollo. Así que por qué no doblegar la fe ante esas dietas milagro que prometen mantener la báscula a raya sin pasar hambre, sin esfuerzo y, lo mejor, en pocos días.

Y como todos los años, las voces de los especialistas no se han dejado esperar. Si realmente las ‘dietas milagrosas’ fueran eficaces, ¿cuántos hombres y mujeres padecerían sobrepeso u obesidad?

Alejandro Domingo Gutiérrez, endocrinólogo y nutricionista del Hospital USP San Camilo de Madrid, del Grupo Hospitalario Quirón, insiste en esta idea: “Las dietas milagro no existen” y recuerda que regímenes como la famosa dieta Dukan “son muy peligrosos”. De hecho, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha advertido en más de una ocasión que entre otros peligros puede hacer perder mucha masa muscular, afectar al funcionamiento del hígado y de los riñones, provocar estreñimiento y generar fatiga y calambres, entre otras molestias.

Lo último en causar furor entre los que quieren soltar lastre deprisa llega en forma de pastillas: cetonas de frambuesa (raspberry ketones). Se trata del compuesto natural responsable del aroma de las frambuesas rojas. Fue durante el programa televisivo estadounidense El show del doctor Oz cuando saltaron a la fama, y desde entonces se venden por Internet en cientos de páginas web. El citado médico estadounidense llegó a calificar al suplemento Raspberry Ketone Plus de “primer milagro en un frasco para quemar grasas”.

Un producto ¿milagroso?

A las pastillas de cetonas de frambuesa se les atribuye la capacidad de ayudar a perder peso mediante la producción de adinopectina, una hormona que modula procesos metabólicos como la regulación de la glucosa y de los ácidos grasos. Se ha demostrado en ensayos con animales que niveles más altos de la misma en el organismo ayudan a controlar algunas alteraciones metabólicas que pueden desencadenar diabetes tipo 2, obesidad o síndrome metabólico.

Los milagros no existen y los kilos de más sólo se pueden perder siguiendo las directrices que proporciona la cienciaMercedes López-Pardo Martínez, del Hospital Universitario Reina Sofía (Córdoba) y presidenta de la Asociación de Enfermeras en Nutrición y Dietética (ADENYD), admite que todos los años hay algún producto nuevo. “De hecho, siempre les digo a los pacientes que es imposible conocerlos todos y estar a la última, pero en los talleres que tenemos todas las semanas en el Hospital Reina Sofía recordamos a nuestros participantes que los milagros no existen y que los kilos de más se pueden perder siguiendo las directrices basadas en la evidencia científica”.

La especialista reitera que “la mayoría de la gente que ha pasado por el centro sanitario ha probado alguno de estos productos ‘milagro’. Y todos se han sentido frustrados, porque depositaron demasiadas ilusiones en este tipo de dietas o productos y lo único que perdieron fue su dinero”.

“Nos parece importante que compartan este tipo de experiencias con los compañeros del taller porque así comprueban que no son los únicos que se han dejado embaucar por falsas promesas y también ayudan a los que aún no han caído en estas falacias. Productos que les prometían perder peso de forma fácil y que en un principio parecían funcionar, pero que posteriormente han tenido consecuencias negativas. La más frecuente es el efecto rebote: recuperan el peso perdido y, en ocasiones, incluso más”, afirma.

Detalla, además, que “ahora son las cetonas de frambuesa, pero hace relativamente poco era el alga fucus”. Este tipo de complemento se basa en la actividad de tres componentes, según puede leerse en una de las páginas web donde se venden: “Por su abundancia en yodo, estimula el metabolismo al actuar sobre la glándula tiroide, por su riqueza vitamínica, sirve de suplemento en dietas muy bajas en calorías y por su contenido en algina, sustancia mucilaginosa que se hincha y proporciona sensación de plenitud, por lo que reduce el apetito”.

Falta de estudios concluyentes

Pero hay muchos productos más. La lista de los que se anuncian en Internet o se venden incluso en las farmacias como potentes ‘quemagrasas’ es interminable: Lipotrim, L-Carnitina, Arkocapsulas Citrus, Arkochim 4321 Ultimate , Bimanan C.L.A., entre otros.

El motivo por el que estos productos, desaconsejados por los expertos, son de fácil acceso lo explica la doctora Pilar Riobó, jefe asociado del Servicio de Endocrinología de la Fundación Jiménez Díaz-Capio, en Madrid. “Todos los fármacos están sujetos a una legislación muy estricta y pasan por unos controles rigurosos en cuanto a seguridad y eficacia. Además tienen una estrecha vigilancia y son retirados del mercado en cuanto se detecta un problema. Pero todos estos remedios llegan al mercado bajo la etiqueta de suplementos dietéticos, no pasan por ensayos clínicos ni por controles exhaustivos”, documenta la doctora.

Otra barrera “que nos impide concienciar a la población de que son inútiles es que algunos se venden en farmacias, lo que a los clientes les transmite ciertas garantías”, comenta Mercedes López-Pardo, que hace hincapié en que “incluso se anuncian como naturales, aunque no siempre lo natural es inofensivo. Máxime cuando se consume en dosis cuyos efectos se desconocen”.

No hay evidencias científicas sobre la eficacia y seguridad de las cetonas de frambuesa en humanosJavier Aranceta, de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), coincide al señalar que este tipo de remedios “suelen contener distintos ingredientes, como los estimulantes adrenérgicos (cafeína o nicotina) que aumenta el metabolismo basal. A todos los especialistas nos gustaría decir que este ingrediente, este producto o esta dieta es segura y funciona, pero no es así”, aclara.

Por este mismo motivo, también, los expertos en nutrición y obesidad del otro lado del Atlántico, ante el nuevo ‘boom’ de las pastillas de cetonas de frambuesas, han reiterado incesantemente que no hay evidencias científicas sobre su eficacia y seguridad en humanos. Un ejemplo: en ABC News Robert H. Lustig, profesor de la Universidad de California en San Francisco y experto en obesidad, afirmó que “los estudios en animales son insuficientes para que los científicos puedan decir con certeza cómo esta fórmula actúa en las personas”.

Concretamente, y según Riobó, “las cetonas de frambuesas sólo han sido sometidas a tres estudios. Dos en animales y uno ‘in vitro’, es decir en el laboratorio. Parece que hay evidencias de que actúan como activadores del organismo, pero no hay estudios con humanos. Otros productos de acción similar han tenido que ser retirados del mercado por sus graves efectos secundarios. Por suerte, muchos de estos comprimidos de moda desaparecen con el tiempo sin dejar rastro de su fabuloso efecto adelgazante. El problema es que se aúpan en el mercado por la enorme publicidad que tienen detrás, como ha sido el caso de Raspberry ketones en una televisión de EEUU”.

Cómo identificar una 'dieta milagro'

Ya dentro de nuestras fronteras, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición insiste en los signos que permiten reconocer una ‘dieta milagro’ son: la promesa de pérdida de peso rápida (más de 5 kg por mes), la facilidad para llevarla a cabo sin gran esfuerzo y el anuncio de su inocuidad, sin riesgos para la salud. E invita a seguir el Plan Cuidate + 2012, que puso en marcha el año pasado para promover un menor consumo de grasas y sal y para impulsar hábitos de vida saludables con el fin de prevenir enfermedades crónicas como la obesidad.

Y es que la receta para perder peso sin riesgos es bien sencilla. “En estos tiempos, además apretados, tenemos que volver a la dieta tradicional. Mucha verdura y fruta, legumbres y carne y pescado a la plancha. Se sabe, además, que las personas que consumen más frutas tienen menos sobrepeso. Tras los excesos navideños es recomendable llevar fruta al trabajo para frenar el apetito. Además de aportar pocas calorías, son una fuente de vitaminas en lugar de comerse cualquier bollo industrial, altamente calórico y por su alto contenido en azúcar aumenta posteriormente el apetito”.

Para adelgazar lo único que vale es modificar los hábitos de conducta que llevaron al sobrepesoPero, sobre todo, es necesario, como está demostrado, “hacer una hora al día de ejercicio moderado. Se puede empezar con paseos, natación o bicicleta estática. No se trata de irse al extremo. Con andar una hora es suficiente. Y, además, beber mucha agua, porque sacia. Muchas veces comemos por ansiedad, no por apetito. Es difícil de discernir por eso tomar frutas o beber agua puede ayudarnos”, recomienda el doctor Aranceta.

A estas recomendaciones se suman las del doctor Domingo Gutiérrez: “Hay que considerar las causas fundamentales por las que se engorda y modificar los hábitos de conducta que llevaron al sobrepeso”. Pero, sobre todo, lo aconsejable es que “un especialista sea quien prescriba la dieta y haga un seguimiento de la misma, teniendo en cuenta los factores individuales y sociales de cada caso”.

Lo sensato, por tanto, hubiera sido decir que no al segundo plato de cordero y a las bandejas de turrón. Ahora, para deshacerse de los excesos navideños, toca hacer una dieta saludable y correr, aunque usted crea que es un rollo. “Todo lo demás adelgaza el bolsillo”, apostilla Javier Aranceta.

Cordero, cava, turrón, polvorones, mazapán, aperitivos, comidas, cenas y más cenas… La dieta navideña siempre acaba pasando factura. Faldas que antes cerraban y ahora no, pantalones más ajustados de lo normal. En enero, todos queremos acabar rápidamente con esos kilos de más. Pero montar en bicicleta es muy cansado y correr por la calle, un rollo. Así que por qué no doblegar la fe ante esas dietas milagro que prometen mantener la báscula a raya sin pasar hambre, sin esfuerzo y, lo mejor, en pocos días.