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"Estamos perdiendo los valores: nos adentramos en lo desconocido"
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EL FINAL DE LA CLASE MEDIA (II)

"Estamos perdiendo los valores: nos adentramos en lo desconocido"

“Soy un enredador profesional”. Lo que Óscar dice de sí mismo no debe ser entendido en su acepción más negativa. Sin duda, tiene cualidades de convicción

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"Estamos perdiendo los valores: nos adentramos en lo desconocido"

“Soy un enredador profesional”. Lo que Óscar dice de sí mismo no debe ser entendido en su acepción más negativa. Sin duda, tiene cualidades de convicción y hace gala de ellas, pero se refiere sobre todo a su carácter de mediador, de persona que pone en relación a los demás. La crisis no sólo ha generado actitudes más individualistas, sino que también ha contribuido a activar estructuras colaborativas, empujando a un creciente número de personas con intereses similares a formar asociaciones y colectivos. Son la parte más concienciada de  esos “entornos de autoyuda, islas de solidaridad  y redes de proximidad” que, según el consultor político Antoni Gutiérrez-Rubí, están proliferando en este escenario recesivo.

Este énfasis en lo colaborativo y en las formas horizontales de relación es, sin duda, una de las novedades de la sociedad del siglo XXI, también en lo político. Los últimos movimientos sociales, 15 M y Occupy Wall Street incluidos, nacen de esta perspectiva, priorizando la interrelación, el diálogo y el acuerdo frente a las pirámides organizativas y a las imposiciones de los dirigentes. Estos nuevos modos de articular los colectivos no sólo surgen del cansancio frente a los partidos tradicionales y su frialdad jerárquica sino que están relacionados con el deseo de construir espacios que faciliten que valores más sinceros y “verdaderos” puedan asomar. Mucho de esto asoma también en el grupo de consumo al que pertenece Óscar, y que incitó (“enredó”) para que se convirtiera en realidad.

“Nos gustan las relaciones honestas”

Más allá del hecho de su voluntad de alimentarse de forma sana, lo que da cohesión a su  colectivo es un cierto compromiso con otro tipo de sociedad. Compran la carne de reses criadas sin ningún tipo de químico en la montaña asturiana “como una forma de contribuir a la preservación del medio ambiente, como acto de solidaridad con los paisanos que se han quedado a vivir en el medio rural y que cuidan de él”, y como un gesto de conciencia social aplicado a la vida cotidiana. Como explica Óscar, detrás de sus decisiones de consumo está “el deseo de extender un modelo de producción y relación que nos hace más libres. Aquí no hay mediadores que se llevan el dinero ni especulación con los alimentos, sino una forma de compra mucho más honesta. Somos un colectivo que hace esto porque nos gustan las relaciones directas y francas. Esto es lo que hay”.

 "Nos hemos quedado sin nada"

“Soy un enredador profesional”. Lo que Óscar dice de sí mismo no debe ser entendido en su acepción más negativa. Sin duda, tiene cualidades de convicción y hace gala de ellas, pero se refiere sobre todo a su carácter de mediador, de persona que pone en relación a los demás. La crisis no sólo ha generado actitudes más individualistas, sino que también ha contribuido a activar estructuras colaborativas, empujando a un creciente número de personas con intereses similares a formar asociaciones y colectivos. Son la parte más concienciada de  esos “entornos de autoyuda, islas de solidaridad  y redes de proximidad” que, según el consultor político Antoni Gutiérrez-Rubí, están proliferando en este escenario recesivo.