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“La receta para la felicidad consiste en tener una esposa feliz y una buena amante”
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LAS NUEVAS REGLAS DE LA CONVIVENCIA

“La receta para la felicidad consiste en tener una esposa feliz y una buena amante”

“Ha llegado el momento de reescribir las reglas de nuestras relaciones en el siglo XXI. El sexo se ha convertido en una actividad de ocio accesible

Foto: “La receta para la felicidad consiste en tener una esposa feliz y una buena amante”
“La receta para la felicidad consiste en tener una esposa feliz y una buena amante”

“Ha llegado el momento de reescribir las reglas de nuestras relaciones en el siglo XXI. El sexo se ha convertido en una actividad de ocio accesible a todo el mundo, casados o solteros, ricos o pobres. Es hora de que empecemos a poner a punto nuestras habilidades para ligar y saltemos al campo de juego”. La polémica está servida: el nuevo ensayo de la célebre socióloga británica Catherine Hakim, considerada una (controvertida) eminencia en su país, promete tocar algunos de los puntos más sensibles de la que considera la “conservadora mentalidad anglosajona”. La tesis que defiende la autora de Capital erótico: el poder de fascinar a los demás (Debate) y Modelos de familia en sociedades modernas: ideales y realidades (CIS, 2005) en The New Rules: Internet Dating, Playfairs and Erotic Power (Gibson Square) es que internet y las facilidades que proporciona a la hora de encontrar compañeros sexuales ha provocado un una nueva revolución en las relaciones humanas semejante al que métodos conceptivos como la píldora originaron en los años sesenta.

Se estima que una cuarta parte de los franceses tienen un amante extramatrimonialPublicado a finales de agosto, The New Rules es el producto de seis años de investigación. En él, Hakin defiende la arriesgada idea de que “tener un affaire extramatrimonial puede ser muy positivo para el matrimonio”, además de considerar las relaciones a largo plazo como “trampas que nos convierten en animales enjaulados”. En realidad, recuerda Hakin, es la incapacidad de perdonar las infidelidades de nuestra pareja y ponerlas en perspectiva lo que está acabando con un gran número de matrimonios en su país natal, no las infidelidades en sí, un tabú que debería desaparecer. El problema, por lo tanto, no es el acto, sino la interpretación que se hace de él. Hakin considera que interpretar una infidelidad de la misma manera que se hacía en el siglo pasado sólo conduce a “la miseria y el trauma”.

Aprender de los franceses

Para Hakim, gran parte de estos problemas se originan por erróneas concepciones culturales. Frente a la rígida moral de sus compatriotas, señala la autora, hay que reivindicar la tradición francesa en la que “se considera una locura que un matrimonio se pueda terminar por algo tan efímero como una infidelidad”; al fin y al cabo, la formación académica de la escritora tuvo lugar en Francia durante los convulsos años que siguieron a mayo del 68. Hakim considera que el enfoque que tienen los franceses respecto a las infidelidades es “mucho más filosófico”.

“Está claro que hay pruebas suficientes para defender que cuanto más permisivo es un país en cuanto a sus actitudes, más duran los matrimonios”, señala la investigadora de la London School of Economics. “En Francia se estima que un cuarto de las parejas disfrutan de una relación extramatrimonial. De hecho, esto se señala mediante el concepto ‘le cinq à sept’, ese momento mágico en el que los hombres se encuentran con sus amantes. En los países nórdicos se habla abiertamente de las ‘relaciones paralelas’ en el matrimonio”. Así que la autora recomienda una “buena infidelidad” para “salvar la relación”.

Hakim recuerda que el hecho de que la mayor parte de los terapeutas de pareja consideren que toda relación extramatrimonial es dañina para la relación y por lo tanto haya que evitarlas a toda costa es el origen de la mayor parte de separaciones. “El sexo es hoy en día un problema moral tan grave como ir a un restaurante de lujo” es una de las frases que más ampollas ha levantado. No se trata de la primera polémica que rodea a la autora de sesenta y cuatro años; en Honey Money: the Power of Erotic Capital (Penguin) animaba a las mujeres a utilizar su poder sexual para ascender en el mundo laboral, ya que el atractivo físico es una de las armas más potentes en las relaciones interpersonales.

Quizá tengamos que replantearnos nuestras ideas sobre la fidelidad ante el auge de los divorciosComo cabía esperar, las críticas al trabajo de la autora no se han hecho esperar. Algunas, como la publicada en el blog de Family Affairs, sugieren que el hecho de que las relaciones de Hakin se desarrollen tal como la autora expresa, no implica que deba ser así para todo el mundo; en un artículo publicado en The Daily Mash bajo el nombre de Los malos consejos, más populares que nunca se recordaba que libros como el de Hakim suelen ser la excusa preferida para que los infieles justifiquen su comportamiento.  

Sin embargo, la feminista Angela Neustatter, se muestra de acuerdo en The Guardian con la autora y se pregunta si no deberíamos plantearnos un cambio de costumbres “ahora que el 40% de matrimonios terminan antes de los once años y el incremento de la esperanza de vida pone a prueba una vida entera de monogamia”. Sus defensores recuerdan que Hakim, por discutibles que sean sus ideas, no es una provocadora lenguaraz, sino una documentada socióloga con décadas de investigación a sus espaldas que se basa en las teorías sobre el capital de Pierre Bourdieu.

Amoralidad ilustrada

Pero el acercamiento propuesto por la autora británica no es el único que se ha realizado en esta dirección. Gran parte de estas ideas arrancan durante los años sesenta de la mano de Helen Gurley Brown, una de las referencias principales para el trabajo de Harkim, que falleció el pasado mes de agosto a los 90 años. Gurley fue la editora en jefe de Cosmopolitan durante 32 años y el personaje femenino que según sus seguidores comenzó a moldear el papel de la mujer durante el siglo XX gracias a libros como Sex and the Single Girl, publicado en 1962, que le llevó a enfrentarse con gran parte del feminismo. En él se encuentran definidas algunas de las características que definirían a las Cosmo girls de la época, como es el lema de que “una mujer puede tenerlo todo: amor, sexo y dinero”.

Las fronteras de nuestras relaciones personales están cada vez menos clarasDesde un punto de vista quizá menos frívolo, los hábitos sexuales de la mujer y el hombre contemporáneo se han puesto en tela de juicio por otras autoras. Es el caso de la terapeuta y directora clínica del Instituto Chestnut Hill Mira Kishenbaum, que se muestra de acuerdo con Harkim tras treinta años en la profesión. En uno de sus últimos libros When Good People Have Affairs: Inside the Hearts & Minds of People in Two Relationships (St. Martin’s Press), Kishenbam aboga por abandonar concepciones pasadas de las relaciones personales, lejos de los juicios morales, y señala qué pasos debe dar la pareja ante una infidelidad. Estos son seis: superar la culpa, descubrir los motivos verdaderos por lo que se produce el engaño, aclarar a quién se ama realmente, preguntarse qué es lo mejor para los niños, hacer desaparecer el triángulo amoroso y construir un nuevo futuro. Respecto a la polémica de Hakim, Kishenbaum se muestra de acuerdo con ella en las páginas de The Daily Mail, ya que “lo que hace peligrosas a las relaciones extramatrimoniales es la culpa que causan, ya que provoca que la gente deje de pensar claramente y tome decisiones desastrosas que conducen a la destrucción de la relación”.

La psicóloga Meg Barker de la Open University también se muestra de acuerdo con sus colegas. En Rewriting the Rules, publicado este mismo verano por Routledge, recuerda que las reglas de las relaciones personales están cambiando y, por ejemplo, han dado lugar a “una nueva monogamia” y también a diferentes prácticas como el poliamor o el intercambio de parejas. En este nuevo contexto, los lazos que establecemos con los demás están marcados por la incertidumbre y la ausencia de fronteras claras, por lo que las infidelidades se encuentran en auge, ya que consideramos que los lazos que en un pasado ataban las relaciones son percibidos, cada vez más, como una trampa impuesta por las convenciones.

“Ha llegado el momento de reescribir las reglas de nuestras relaciones en el siglo XXI. El sexo se ha convertido en una actividad de ocio accesible a todo el mundo, casados o solteros, ricos o pobres. Es hora de que empecemos a poner a punto nuestras habilidades para ligar y saltemos al campo de juego”. La polémica está servida: el nuevo ensayo de la célebre socióloga británica Catherine Hakim, considerada una (controvertida) eminencia en su país, promete tocar algunos de los puntos más sensibles de la que considera la “conservadora mentalidad anglosajona”. La tesis que defiende la autora de Capital erótico: el poder de fascinar a los demás (Debate) y Modelos de familia en sociedades modernas: ideales y realidades (CIS, 2005) en The New Rules: Internet Dating, Playfairs and Erotic Power (Gibson Square) es que internet y las facilidades que proporciona a la hora de encontrar compañeros sexuales ha provocado un una nueva revolución en las relaciones humanas semejante al que métodos conceptivos como la píldora originaron en los años sesenta.