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Separarse los dientes solo por estética acarrea dolores de espalda y cabeza
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LA MODA ARRASA EN EUROPA Y JAPÓN

Separarse los dientes solo por estética acarrea dolores de espalda y cabeza

En 2008 el modisto David Delfin anunciaba que se había colocado una ortodoncia para crear un espacio entre sus dos “paletas” –o incisivos centrales superiores, en

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Separarse los dientes solo por estética acarrea dolores de espalda y cabeza

En 2008 el modisto David Delfin anunciaba que se había colocado una ortodoncia para crear un espacio entre sus dos “paletas” –o incisivos centrales superiores, en su nomenclatura técnica–. Entonces fue visto como una enorme extravagancia. Hoy la diastema, tal como se conoce médicamente la práctica –y así llamó Delfin a una de sus colecciones–, se ha puesto de moda y los dentistas reciben peticiones de todo tipo de personas que desean tener los dientes como Briggite Bardot, Georgia Jagger , Vanessa Paradis o Madonna, todas ellas con este “defecto” en la dentadura.

En Japón, aunque partiendo de distintas influencias estéticas, está arrasando una práctica parecida, conocida como yaeba o “doble diente”, que consiste en deformar la dentadura para que los molares empujen a los caninos hacia adelante. Las japonesas buscan así tener una mandíbula de aspecto “vampírico” y de apariencia infantil. En definitiva, el tipo de mandíbulas que hace unos años se corregían mediante carísimas ortodoxias, ahora se intentan lograr a propósito en mandíbulas perfectamente sanas.

Pese al auge de estas modas, los odontólogos advierten que la diastema y el “doble diente” pueden provocar problemas sanitarios que van más allá de la dentadura. En declaraciones a Europa Press, el odontólogo Iván Malagón, ha advertido que este tipo de prácticas, que asegura son cada vez más solicitadas en las consultas de los dentistas, pueden provocar molestias a nivel cervical, dolores de cabeza e, "incluso, escoliosis".

Si se demanda, se hace

El tratamiento con esta técnica supone un coste económico de 3.000 euros, tanto para separar los dientes como para juntarlosSi es tan mala la diastema, ¿por qué se sigue practicando? Malagón reconoce que, a pesar de de que “no es lo ideal para su salud”, los expertos la realizan porque “las personas la demandan”, e invita a los profesionales “a tener una sensibilidad y una ética para informar de los límites al paciente”. Él mismo reconoce que ha provocado diastema a personas de relevancia social en el mundo de la banca y de la canción, y también a modelos para una sesión de fotos: “Me dicen que es su trabajo y que se lo haga si no es irreversible, y no lo es, ya que existe la opción de cerrar ese espacio en dos o tres meses”.

El tratamiento con esta técnica supone un coste económico de 3.000 euros, tanto para separar los dientes como para juntarlos. Además, advierte que en circunstancias especiales es una necesidad, ya que “hay pacientes que se les tienen que separar los dientes porque, aunque están juntos, son anómalos en su forma”.

Una práctica peligrosa

Para practicar la diastema se emplea la tecnología invisalign, “la alternativa transparente a los brackets”, tal como se anuncia el producto que, según explica el dentista, “en dos o tres meses separa los dientes un milímetro o milímetro y medio”.  Al realizar esta intervención, tal como explica Malagón, se pierde el engranaje perfecto de los dientes y se producen una serie de anomalías: “Los músculos de la cara y del cuello tiran más de un lado que de otro, y esto afecta a caderas, rodillas y tobillos. Todo el sistema muscular se altera provocando molestias articulares”.

Peor todavía resulta el “doble diente”. Malagón cree que esto “es el colmo”, y asegura que su práctica produce una discrepancia oseodentaria negativa: “Los dientes no caben”. En realidad, tal como explica el experto, “todo lo que sale de los patrones sanitarios no es saludable”. En su opinión, la imitación de figuras famosas tiene cierto peligro como ocurre en el tema de la anorexia o de la cirugía estética. “Hay que tener mucho cuidado”, insiste.

En 2008 el modisto David Delfin anunciaba que se había colocado una ortodoncia para crear un espacio entre sus dos “paletas” –o incisivos centrales superiores, en su nomenclatura técnica–. Entonces fue visto como una enorme extravagancia. Hoy la diastema, tal como se conoce médicamente la práctica –y así llamó Delfin a una de sus colecciones–, se ha puesto de moda y los dentistas reciben peticiones de todo tipo de personas que desean tener los dientes como Briggite Bardot, Georgia Jagger , Vanessa Paradis o Madonna, todas ellas con este “defecto” en la dentadura.