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La muerte súbita puede prevenirse con un diagnóstico genético
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La muerte súbita puede prevenirse con un diagnóstico genético

 50.000 personas mueren al año en España, de repente, presos de una muerte súbita cardíaca. Hasta ahora, se creía que contar con maniobras médicas adecuadas era

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50.000 personas mueren al año en España, de repente, presos de una muerte súbita cardíaca. Hasta ahora, se creía que contar con maniobras médicas adecuadas era la única vía de ‘resucitar’ al paciente que ha perdido el pulso, la respiración y la conciencia de una forma repentina y originada por causas naturales. Ahora, un grupo de expertos ha desvelado que con un diagnóstico genético se puede prevenir este tipo de muertes que causa más fallecimientos que el sida, el cáncer de mama o el de pulmón y los accidentes cerebrovasculares juntos. 

 

La muerte súbita es una realidad que puede golpear a cualquiera y representa un verdadero problema de salud pública. Sin medicamentos ni manos médicas que puedan hacer nada para salvar a un paciente aquejado de muerte súbita cardíaca, las investigaciones de los últimos años se han centrado en descifrar la implicación del componente genético en formas familiares de muerte súbita. Y parece que la relación tiene su sentido. El doctor Ramón Brugada, responsable de la primera Unidad de Muerte Súbita en España, explica que las enfermedades coronarias, "que en muchos casos son de origen genético, provocan la mayor parte de estos siniestros en pacientes mayores de cuarenta años".

 

Esta información se ha utilizado recientemente para aplicarla al diagnóstico de los pacientes y familiares con riesgo de muerte súbita, precisamente para "completar y mejorar la detección que se realiza con las pruebas clínicas convencionales", señala el doctor. Brugada ha precisado que en la actualidad existen nuevas herramientas biotecnológicas que ayudan al clínico a predecir el riesgo del paciente a sufrir este tipo de fallecimiento, en función de su perfil genético. Gracias a esta nueva información el médico puede tomar decisiones sobre el tratamiento del paciente o, en el caso de tratarse de un deportista de elite, sobre la conveniencia de continuar practicando ejercicio físico "de alta competición o invitarle a su retirada".

 

El doctor Ignacio Fernández, director de la Unidad de Arritmias del Hospital Universitario Puerta del Hierro de Madrid, hace hincapié en que ésta es una de las causas de fallecimiento más importantes en el mundo occidental: representa el 15% de todas las muertes.

 

Deportistas de elite que mueren fulminantemente

 

Además, recuerda que enfermedades cardíacas familiares (como la miocardiopatía hipertrófica o la displasia arritmogénica y las canalopatías) son la mayor causa de muerte súbita en personas jóvenes, aunque tampoco se libran los pacientes de mayor edad ni deportistas de elite. El fútbol mundial ha llorado muchas veces por la muerte súbita de jóvenes promesas. Hace menos de dos años, el jugador del Sevilla Antonio Puerta se desplomó en el césped del Sánchez Pizjuán y, a los cuatro días, se confirmó su defunción. Otro sevillista, Pedro Berruelo, murió en el estadio del Pontevedra en 1973. Al igual que Puerta, Berruelo había padecido desmayos anteriormente. Recientemente, Rubén de la Red, jugador del Real Madrid, ha recibido órdenes médicas de que "preferiblemente, no practique el juego", al haberse desplomado el pasado 30 de octubre en un partido de Copa y no saber todavía las causas del desplome.

 

Además del fútbol, que recoge las muertes del húngaro Miklos Free en 2004, el camerunés Mark Vivien Foé o el brasileño Cristiano de Lima, el ciclismo es el deporte más castigado con esta enfermedad. La alarma saltó en 1965, cuando el británico Tom Simpson falleció fulminantemente en el Tour de Francia, cuando ascendía el Mont Ventoux. Le siguieron casos como el ciclista italiano Denis Zanette y el del francés Fabrice Salanson, fallecidos en 2003.

 

Conociendo ya que su origen es una mutación genética, los médicos aconsejan su estudio. Su conocimiento ayudará, en muchos casos, a "establecer el diagnóstico y pronóstico de los pacientes afectados", concluye Fernández Lozano. En estos casos, la prevención precoz es la clave para salvar la vida.

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