¿Por qué Soria no aclara lo de su currículo?

La tentación de inflar el currículo profesional no es patrimonio de dos o tres personas. Millones de ellas lo hacen a diario. Por lo general es gente que pretende optar a un puesto que, de primeras, le viene grande. No es el caso de Bernat Soria, el ministro de Sanidad en funciones. Como investigador de elite que es, se le suponen méritos y estudios más que suficientes. Pero, a juzgar por los detalles publicados estos días acerca de su historial profesional, podría haber caido en la trampa.

Dicen que ha 'engordado' su currículo casi de arriba abajo. Y, aunque me resisto a creer todo lo que de él se ha escrito estos días, la duda, por minúscula que sea, revolotea. Y no sólo eso. Lo que más mosquea es que Soria no haya bajado a la arena para demostrar ante el respetable que todo lo dicho sobre él es mentira. Algo murmuró en algún acto minoritario, muy poca cosa para contrarrestar las tremendas acusaciones de falsedad que le han espetado.

Internet es un hervidero. Los foros lo están abrasando con adjetivos gruesos. Tal vez porque los cerebros de la campaña electoral socialdemócrata no se lo han recomendado, Bernat Soria no ha dado la cara de una manera contundente. No lo sé. Lo que me extraña mucho es que alguien con una sólida carrera científica pueda haber metido la pata en su currículo. De estas actitudes, señor Soria, nadie sale fresco y radiante. Y más cuando las acusaciones de falsedad nacen de la boca de un colega, como en este caso, aunque sea anónimo para el lector.

Desconozco si a usted le queda tiempo para navegar por internet, o si sus asesores de prensa le han puesto al corriente de la situación, sin filtrarle ni una sola palabra. Lo que sí le aseguro es que en la red están anunciando el final de su vida política. O aclara de una vez por todas qué pasa con su currículo o, cuando regreso al laboratorio, más de uno quizás le pida explicaciones. Y ya sabe cómo se las gastan los colegas...