El orden de prioridades del ministro

El ministro Bernat Soria, con una agenda, ya no apretada, sino a punto de estallar según relatan los que tiene más cerca, se las ha tenido que ver en Bruselas esta semana con la Comisión Europea en el ámbito de Consumo, que no el de Sanidad. Tocaba esta vez hablar de los problemas de ciertos productos peligrosos para la salud de todos los ciudadanos europeos... y parte del extranjero. Fiel a su carácter y con ánimo de buscar consensos, nuestro ministro ha contribuido a un futuro plan que mejore los controles de juguetes como los de Mattel made in China o aquellos dentríficos tóxicos made in Sudáfrica.

Hasta aquí todo perfecto. Sin embargo, en Bruselas le esperan también asuntos de otra índole, como la farmacéutica a cuenta de un dictamen motivado sobre la liberalización total de la propiedad de las oficinas de farmacia en España. Un asunto que colea desde junio de 2006 y amenaza con dar un vuelco al modelo de farmacia de nuestro país. Cabe recordar que los detractores de este afán liberalizador argumentan que con la desregulación de la propiedad dejarán de existir farmacias en lugares donde no son rentables, tales como en pueblos recónditos o barrios más desfavorecidos de las ciudades.

Por si cabía alguna duda, el Ministerio de Sanidad ha recalcado a este diario que Soria “se ha mostrado a favor del actual modelo de farmacia desde el minuto uno de su mandato y así lo ha manifestado públicamente”. Pese a éste y otros apoyos, la Comisión se ha mostrado bastante inflexible... hasta el momento. “En la actualidad, las cosas pintan relativamente bien”, explican fuentes vinculadas al sector farmacéutico, “Charlie McCreevy (comisario de Mercado Interior) no tiene todos los resortes en marcha como en un principio se pensaba”.

Y, de todas formas, la situación de la Comisión no es la mejor de su historia, “Durao Barroso no es capaz de controlarla” y el ambiente europarlamentario aconseja “ir a muerte contra la Comisión” porque están cansados de que legisle a golpe de dictámenes motivados precipitados que luego tiene que rectificar el Tribunal de Luxemburgo. Por lo tanto, aún hay esperanza.

Encuentro con la industria

En este veloz mandato de Soria y con la herencia de la implacable Elena Salgado, el ministro se ha puesto ha hablar con todos los sectores afectados por su cartera. “Tal y como anunció, el ministro está recibiendo a todo el mundo por este orden: consumidores, pacientes, asociaciones profesionales y, por último, la industria”, dicen en la sede del Paseo del Prado. Y esta semana le ha tocado a los últimos, Farmaindustria. Pese al mutismo por ambas partes (ni una triste nota de prensa) el Ministerio no ha querido revelar nada sobre el encuentro, “sólo podemos decir que ha habido una sintonía total y existe un ánimo de seguir trabajando conjuntamente”.

Declaraciones que podrían interpretarse como un paso adelante a la deseada por la industria farmacéutica ‘comisión de alto nivel’ para la investigación de enfermedades raras a cambio de la mejora de sus patentes. Intención que pinchó en hueso con Salgado y que, pese a las buenas maneras del ministro, según comentan en el sector de la farmacia, va por el mismo camino: “Sólo hay que ver de quién se ha rodeado, gente de Andalucía donde la Sanidad apuesta por la prescripción por principio activo, que apuesta por los genéricos y donde no hay gran tejido industrial de laboratorios privados, sino públicos”.

Sea como fuere, más les vale a unos y otros tomarse más en serio el tema de las enfermedades raras y abandonar las meras buenas intenciones, que en el último congreso de FEDER (Federación Española de Enfermedades Raras), según han asegurado a El Confidencial fuentes próximas a esta organización, Farmaindustria se negó a apoyar la causa económicamente y el Ministerio de Sanidad de Salgado, pese a comprometerse y aparecer su logotipo en todos los carteles, finalmente no soltó ni un durito. Ver para creer.