Pepe Olmos, “talante” del año

No todo van a ser disgustos. José Martínez Olmos, Pepe Olmos para todo el mundo de la Sanidad, es la “personalidad farmacéutica del año”, y vaya año, no dirán que no. Al margen de los aciertos o errores de la política del Ministerio de Sanidad, el galardón de Eupharlaw, el Grupo Europeo de Derecho Farmacéutico que preside Manuel Amarilla, premia el esfuerzo y, sobre todo, eso que Zapatero ha convertido en el estandarte de su Gobierno: el talante.

Y Pepe Olmos le cae bien a todo el mundo, incluso cuando te baja los precios un 20%. A él y a su mano izquierda es a quien se atribuye el mérito de que la nueva Ley del medicamento no haya provocado una grave crisis en las relaciones del Ministerio de Sanidad con unos y otros, arreglando más de una vez los estropicios que han ido dejando a su paso su jefa y el subsecretario Puig de la Bellacasa, al que ha ganado en dotes diplomáticas.

Eupharlaw se ha convertido en los últimos años en una de las voces más escuchadas en el sector farmacéutico, gracias al esfuerzo de un grupo de abogados altamente especializado en el complejo mundo del medicamento. Su prestigio lo avala la independencia que siempre marca su trabajo, con dos ejemplos: uno, ser el origen de un compromiso de la industria farmacéutica para hacer más comprensibles los prospectos de los productos que consumen los pacientes, algo que nadie había conseguido hasta ahora; y otro, que en la vertiente internacional el V Premio a la Personalidad Farmacéutica del Año, haya recaído en David J. Graham, el hombre de la FDA que destapó el caso Vioxx, todo un símbolo en la lucha por la transparencia de la información que difunden los laboratorios.

Graham no ha podido recogerlo porque las normas de la poderosa agencia norteamericana lo impiden cuando el motivo del galardón está aún en los tribunales. Sí lo estuvo, por supuesto, el responsable de la política farmacéutica de Elena Salgado, al que se pudo ver más que satisfecho cuando por fin lo tuvo en sus manos. Más aún cuando, al menos por esa noche, pudo oír a alguien, su anfitrión, elogiando la controvertida nueva ley del Medicamento. La frase de Manuel Amarilla –“Nos gusta la ley”- no le pasó inadvertida a ninguno de los presentes, desde los altos ejecutivos de la industria a los representantes de los Colegios de Farmacia, aunque más tarde se pusieran muchos matices a la afirmación.

José Martínez Olmos agradeció sinceramente la concesión del premio y recordó que la política no se hace por los premios, sino por el bien de los ciudadanos. En este sentido, manifestó sentirse satisfecho con las medidas adoptadas por el equipo ministerial, que presentó en su momento el Plan Estratégico de Política Farmacéutica y hoy, la nueva Ley de Garantías y Uso Racional del Medicamento. El secretario general de Sanidad incidió en el hecho de que lo fundamental era haber fijado una estrategia política en este sector, inexistente hasta el momento. Así, valoró especialmente las dos directrices fijadas en esta estrategia, la reducción del gasto, y el uso racional del medicamento. Del primero de ellos destacó la necesidad de proteger e impulsar más los medicamentos verdaderamente innovadores y algo menos aquellos que supongan sólo una variación de fármacos ya existentes, excepto que por diferentes motivos, éstos representen una mejora sustancial para los ciudadanos. De esta forma, remarcó que la Ley establece un baremo realmente objetivo para poder analizar estas cuestiones.

Respecto al uso racional del medicamento recordó la inversión de 70 millones de euros que el Ministerio ha realizado para la formación de los facultativos sobre fármacos, y la necesidad de ofrecer una información adecuada tanto a los profesionales, como a los ciudadanos sobre el medicamento.