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Orina de cerdo y amoniaco en el aire: España tiene un problema ambiental por resolver
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españa supera cada año los límites de emisión

Orina de cerdo y amoniaco en el aire: España tiene un problema ambiental por resolver

España es el único país europeo en el que la contaminación por amoniaco crece cada año. Estas son las raíces del problema y los principales emisores.

Foto: La mayor parte del amoniaco liberado procede de granjas porcinas (EFE)
La mayor parte del amoniaco liberado procede de granjas porcinas (EFE)

En 2010, la Agencia Europea de Medio Ambiente decretó restringir al máximo la emisión de cuatro contaminantes muy tóxicos, nocivos tanto para la salud humana como para la naturaleza. Estos eran el dióxido de azufre, los óxidos de nitrógeno, los compuestos orgánicos volátiles y el amoniaco.

Por sexto año consecutivo desde que se implantaron estos techos de emisión, España ha incumplido el límite de contaminación por amoniaco. Es más, en el año 2013, el nuestro era el único país de Europa que no sólo no había reducido sus emisiones de amoniaco sino que las había aumentado en un 11% con respecto a 1990.

¿De dónde vienen las emisiones?

España está obligada a introducir en el Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes aquellos valores que superen el umbral permitido de 10.000 kilos al año. En la última década, 2330 empresas de nuestro país se excedieron en sus emisiones de amoniaco a la atmósfera. De ellas, casi el 94% eran granjas (1.293 de cerdos para producción de carne, 537 de cerdas para reproducción y 356 para aves).

Pese a que éstas son las principales responsables del problema, el podio de los principales emisores lo ocupan el complejo de la química belga Solvay en Torrelavega (Cantabria) y las dos plantas que Fertiberia tiene en Huelva y Palos de la Frontera. Este periódico se ha puesto en contacto con ambas multinacionales para contemplar sus planes de reducción de amoniaco, sin éxito.

La tendencia es peligrosamente ascendente. En 2007, los datos señalan que 1296 empresas españolas se habían excedido del umbral de emisiones emitiendo más de 45 millones de kilos de amoniaco. En 2015, las empresas habían ascendido a 1895 y el amoniaco expulsado a la atmósfera superaba los 53 millones de kilos.

El daño ambiental del amoniaco

En 1866, el botánico finés Wilhelm Nylander se percató de que, al alejarse a pie del Jardin du Luxembourg para introducirse en las calles de París, los líquenes iban desapareciendo del tronco de los árboles. Fue uno de los primeros en darse cuenta del papel de estas especies como semáforos de la calidad del aire. El causante de la desaparición de los líquenes era otro de los contaminantes hoy perseguidos por Europa, el dióxido de azufre emitido por las fábricas.

En marzo de este año, un grupo de científicos españoles y portugueses demostraron en las páginas de la revista Water, Air and Soil Pollution que el amoniaco atmosférico tiene el mismo efecto en los líquenes. ¿Y qué lugar escogieron para ponerlo a prueba? Los alrededores de una granja porcina en la comarca de Osona, en el límite entre Barcelona y Girona.

"El procedimiento era muy simple", explica a Teknautas Anna Àvila, investigadora en el Centre de Recerca Ecològica i Aplicacions Forestals (CREAF) y la UAB. "Queríamos estudiar en una granja, donde hay purines que emiten amoniaco a la atmósfera, el gradiente de este foco de amoniaco".

Àvila y su equipo empezaron en el límite de la granja y avanzaron hacia afuera, muestreando cada árbol en busca de líquenes. "En el primer árbol que se muestreó no había ningún líquen", explica la ecóloga, "tuvimos que desplazarnos a unos 50 metros para empezar a encontrarlos". El laborioso trabajo no sólo consistía en recoger muestras, sino en elaborar un inventario de especies. "Más que en el campo, donde ves las cosas es luego en el ordenador, cuando empiezas a buscar índices de biodiversidad o de número de especies y los relacionas con las concentraciones de amoniaco", dice Àvila.

Cataluña es una de las regiones con mayor concentración de empresas emisoras de amoniaco a la atmósfera. El entorno que estudiaron era el de un bosque cerrado de encinas, no tanto una dehesa como las que suelen verse en otras partes de España o en Portugal. "No sabíamos si nuestro proyecto podría funcionar pero lo hizo, ahora podemos aplicar el protocolo a cualquier tipo de bosque para evaluar el impacto del amoniaco".

Por qué va a peor la situación

Sobrepasarse, sin embargo, no conlleva sanción. “No es el caso”, comentan a Teknautas fuentes de la Agencia Ambiental Europea, que indica que el registro “meramente intenta crear transparencia en materia de contaminación en Europa, las ‘sanciones’ podrían incluir de forma indirecta el escrutinio público”. Es decir, que dar a conocer a los principales contaminantes estaría considerado como una forma de denuncia. Sin embargo, esto no parece haber desalentado a los mayores emisores de amoniaco de España.

Tradicionalmente, lo que los ganaderos hacían con los excrementos de los cerdos era aprovecharlos como fertilizante para los cultivos. "Era como un circuito cerrado", dice Àvila, "lo que pasa ahora es que ese ciclo ya no se cierra, porque ahora se engordan aquí cerdos que proceden de Holanda, por tanto tenemos una producción de purines mucho más grande de lo que nuestros campos pueden absorber".

Tenemos una producción de purines mucho más grande de lo que nuestros campos pueden absorber

Otro factor clave es el de las plantas de tratamientos de purines. Hasta 2014, estas plantas empleaban parte de los residuos para generar electricidad y abastecerse, una labor de descontaminación y cogeneración energética por la que recibían subvenciones del Ministerio de Industria. Pero hace tres años, la reforma eléctrica del gobierno rebajó de un plumazo estas ayudas a un 40% de su importe inicial y paralizó 29 plantas de tratamiento de purines en todo el país.

El año pasado, la sala de lo Contencioso del Tribunal Supremo anuló el recorte de las primas a la cogeneración tras un recurso presentado por la Asociación de Empresas para el Desimpacto Ambiental del Purín. Supuso un resquicio para la esperanza pero llegó demasiado tarde.

La página web de la asociación todavía existe, pero al otro lado del teléfono, la persona que antes les llevaba la comunicación se mostraba desconcertada ayer por la tarde: "hace meses que no sé nada de ellos, pese a la web yo diría que la asociación como tal ha desaparecido". Tampoco aparece ya en el registro nacional de asociaciones del Ministerio del Interior.

Mientras tanto, los cerdos siguen exonerando sus vientres.

En 2010, la Agencia Europea de Medio Ambiente decretó restringir al máximo la emisión de cuatro contaminantes muy tóxicos, nocivos tanto para la salud humana como para la naturaleza. Estos eran el dióxido de azufre, los óxidos de nitrógeno, los compuestos orgánicos volátiles y el amoniaco.

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