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El ocaso de los 'influencers': "Dejo las redes sociales, vuelvo al ladrillo"
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Alfredo Arias, popular usuario de twitter y albañil

El ocaso de los 'influencers': "Dejo las redes sociales, vuelvo al ladrillo"

En poco tiempo ha pasado de trabajar en el andamio a ser conocido en todo el país. Ha subido muy alto, pero lo deja porque "no compensa". ¿Se puede ganar dinero siendo una persona influyente?

Foto: El albañil e 'influencer', Alfredo Arias.
El albañil e 'influencer', Alfredo Arias.

Alfredo Arias firmó su despedida en Twitter, no podía ser en otro lugar. Este albañil leonés hubiera pasado desapercibido para el común de no ser por la fama que ganó a pulso gracias a su frenética actividad en las redes sociales. En realidad, se le conoce mejor por Minipunk, su apodo en internet, y cuya fama ya le llevó en su día a nuestra portada.

Pero este, como otros tantos, es un camino de ida y vuelta. Alfredo, el albañil, se convirtió en una referencia local y con el paso de los meses su actividad y notoriedad le llevó a ser conocido en todo el país. Todo en su escala. De obrero a influencer. En poco tiempo llegaron los seminarios y este peón se bajó definitivamente del armario. Ahí parecía haber negocio. Minipunk se convirtió en un habitual de los saraos y en directo tenía un gancho indudable: voz segura, lenguaje llano, sin complejos y sin ocultar sus orígenes.

En esta ruleta de éxito 2.0 los seguidores llegaban por miles y nuestro protagonista seguía alimentando la bestia. Hasta este mes. Un "lo dejo: vuelvo al ladrillo" fue su paso de página definitivo.

El paso por las redes sociales le resulta agridulce. Ha subido muy alto, pero es de los pocos que anuncia abiertamente que lo deja. ¿Se puede hacer dinero con esto? Arias reconoce a Teknautas que las tareas que desempeño fueron remuneradas y que pese a haber vivido momentos extraordinarios, “en el plano económico ha sido una experiencia negativa”.

Minipunk habla con soltura de lo digital y sostiene que resulta casi imposible satisfacer las necesidades de un cliente “por las expectativas generadas”. Por contra, “quien quiere pintar una fachada sabe perfectamente lo que quiere”, explica. Minipunk cierra de esta manera una etapa en su vida en la que al comienzo eran unos pocos, pero ahora la red se ha llenado de perfiles de expertos en casi todo.

Una visita a la bio de Twitter nos da una idea del perfil del usuario y de si es un influenciador de verdad o es un advenedizo que se fotografió en su día con las Google Glass como sello de estatus. Al final, es tan fina la línea que separa lo percibido de lo real que es muy tentador colgarse el galón en la solapa (léase, biografía), de ser experto en tal o cual materia 2.0.

Mucha fama, poco dinero

Arias renunció al humo y optó sensatamente por volver a lo tangible: al martillo y el mortero que le han dado siempre de comer. Ahora bien, ¿hay realmente una burbuja de influencers en la red? Lo que parece cierto es que son muy pocos los que consiguen vivir realmente de ello.

Jose del Moral, fundador de Alianzo, un portal que mide la influencia en la red de los diferentes perfiles, niega la mayor a este periódico: “En España no creo que viva ningún influencer de ello”, confiesa. “Sí hay youtubers que viven de su canal de YouTube, pero realmente los considero más personajes mediáticos que influenciadores”.

Una posible monetización de este gremio puede llegar a través de las marcas, que opten por patrocinar a una de estas figuras con el objeto de que promocionen su marca. Pero incluso aquí el horizonte económico tampoco está muy claro para el grueso de los influenciadores, salvo en el mundo de la moda, donde Del Moral sí reconoce la existencia de blogueras que puedan vivir de las tendencias: “Se trata de un sector donde un porcentaje muy importante de las compras se realiza siguiendo modas”, afirma. Y es ahí donde el peso de la influencia sí que cotiza.

Hay usuarios que realmente son influyentes y además logran hacer dinero con ello, pero se trata de una excepción a la norma

Ahora bien, si asumimos que se trata de una figura difusa, con más ruido que nueces en lo económico y con una elevada presencia de pseudo expertos, ¿cómo saber realmente quién influye o no? Este dato es fundamental para las marcas, que necesitarán argumentos fiables para poder tirar de chequera de cara a contratar sus servicios.

Ya hemos visto que fijarnos en su biografía no ofrece muchas garantías, pero hay una serie de variables que resultan infalibles para conocer el peso real de una de estas figuras. Del Moral explica que en Alianzo hablan primero los números midiendo hasta veinte parámetros para conocer el alcance de cada influenciador: “Medimos parámetros que tienen que ver con social media, Wikipedia, aplicaciones móviles y menciones en internet”, concluye.

En resumen, sí hay usuarios que realmente son influyentes y además logran hacer dinero con ello, pero se trata de una excepción a la norma. Recurrimos de nuevo al albañil de León para que defina la burbuja en torno al fenómeno de los influencers, y lo hace con una frase: “Como decía Def con Dos en su canción, poco pan y pésimo circo, triunfan la memez y la tontería”, sentencia.

Alfredo Arias firmó su despedida en Twitter, no podía ser en otro lugar. Este albañil leonés hubiera pasado desapercibido para el común de no ser por la fama que ganó a pulso gracias a su frenética actividad en las redes sociales. En realidad, se le conoce mejor por Minipunk, su apodo en internet, y cuya fama ya le llevó en su día a nuestra portada.

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