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Apuesta a que pierdes esos kilos y que la red te pague el esfuerzo
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DIETBET, EL 'FACEBOOK' DE LA BÁSCULA

Apuesta a que pierdes esos kilos y que la red te pague el esfuerzo

Es un juego, y posiblemente la mejor manera de enganchar y comprometer a alguien a cumplir una meta. Ahora que nos encontramos envueltos en la manida

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Apuesta a que pierdes esos kilos y que la red te pague el esfuerzo

Es un juego, y posiblemente la mejor manera de enganchar y comprometer a alguien a cumplir una meta. Ahora que nos encontramos envueltos en la manida ‘operación bikini’ son infinitos los métodos que contribuyen a que luzcamos una escultural silueta en los paseos por la playa, pero la mayoría de ellos flojean con el mayor obstáculo en este proceso: la voluntad del paciente. En algún punto de los regímenes uno desespera ante la ausencia de resultados o cae en la tentación del “por un día que me salte la dieta no pasa nada”. Sin embargo, un grupo de emprendedores de Nueva York parece haber dado con la clave para conseguir que sus clientes adelgacen, y de una forma expeditiva. Además de la voluntad y las ganas de estar guapo ¿qué otras pulsiones nos mueven a adoptar la firme determinación de adelgazar?

Jamie Rosen lo vio claro. Este neoyorkino observó entretenido como en su trabajo, en la pausa del café, algunos de sus compañeros se desafiaban para ver quién conseguía perder peso antes: se retaban y al cabo de un tiempo volvían a reunirse para comprobar los resultados. “Nunca vi adelgazar tan rápido a nadie”, reconoció. Para este licenciado por la universidad de Harvard había dos elementos que a su juicio constituían la clave del éxito de esta peculiar forma de perder peso: el factor social y la diversión. 

Las carcajadas eran habituales en este punto de encuentro del trabajo, y el hecho de estar rivalizando con un grupo de personas era sin duda un incentivo demasiado potente como para abandonar el barco en mitad de la apuesta. Rosen se rascó la cabeza y de repente lo vio claro: ¿por qué no jugar con las mismas bazas y a una mayor escala? En aquella pausa para el café había nacido DietBet, la primera red social para ponerse a régimen.

El efecto tractor de los dos estímulos que antes hemos mencionado era sin duda poderoso, pero Rosen entendió rápidamente que para que el sistema funcionara, y lo que es más importante, generara ingresos, debía contar con un elemento que muchas veces asusta la simple mención en la red: el dinero. En esta alocada idea, los participantes no sólo ‘se picaban’ mirando de refilón los resultados de sus rivales en esta suerte de Facebook de la báscula, sino que además podían ganar dinero

Y mucho. A diferencia de las mayorías de negocios online que eclosionan por miles y que son gratuitos, DietBet es de pago: para participar en el régimen cada usuario debe aportar una pequeña cantidad de dinero (por ejemplo, 20 dólares). Lo interesante del asunto es que esta aportación va a un bote que se repartirá entre los que logren reducir al menos un 4% de su peso, quedándose Rosen y su equipo con una jugosa comisión.

Idea ganadora: el participante se divierte en un juego que es muy adictivo, y lo que es más importante, por una poca aportación de dinero podía lograr en poco tiempo el milagro de perder tiempo. Pero esta máquina de hacer dinero se vio aderezada, y no de forma involuntaria, pero el incendiario elemento social: los usuarios comparten sus evoluciones en las diferentes redes sociales logrando un efecto multiplicador que está disparando el número de usuarios y con ellos la aportación de dinero. Salen las cuentas y sin necesidad de grandes dispendios: “nos enorgullece reconocer que no gastamos un sólo dólar en publicidad”, reconoce Rosen en referencia al empujón definitivo que proporcionan las redes sociales. Por otro lado, la startup sigue luciendo también su figura manteniendo una estructura mínima de cuatro empleados a jornada completa.

Pero no hay tiempo para colgarse medallas y el equipo de Rosen trabaja contra reloj en su último proyecto, DietBet 10, un ambicioso plan que pulveriza las cifras en pérdida de peso de la versión convencional y que está reservada a los que se tomen más en serio este asunto. Si nada se tuerce, verá la luz en otoño de este mismo año. Los que no puedan esperar hasta entonces, pueden comenzar a esculpir su figura con la versión estándar. Y hay bote, claro.

Es un juego, y posiblemente la mejor manera de enganchar y comprometer a alguien a cumplir una meta. Ahora que nos encontramos envueltos en la manida ‘operación bikini’ son infinitos los métodos que contribuyen a que luzcamos una escultural silueta en los paseos por la playa, pero la mayoría de ellos flojean con el mayor obstáculo en este proceso: la voluntad del paciente. En algún punto de los regímenes uno desespera ante la ausencia de resultados o cae en la tentación del “por un día que me salte la dieta no pasa nada”. Sin embargo, un grupo de emprendedores de Nueva York parece haber dado con la clave para conseguir que sus clientes adelgacen, y de una forma expeditiva. Además de la voluntad y las ganas de estar guapo ¿qué otras pulsiones nos mueven a adoptar la firme determinación de adelgazar?