Apple y Microsoft bombardean con actualizaciones para tapar despropósitos

Ayer Apple volvió a actualizar sus terminales, en esta ocasión para cerrar la ventana de seguridad y corregir el desaguisado de sus mapas en las zonas urbanas de Japón. No obstante los analistas critican que se acumulen parches sobre parches y demandan a Apple otro golpe de timón, más radical que los anteriores, que acontezca a 'hardware' y 'software'. Por el momento los de Cupertino han filtrado que el nuevo iPhone contará con una "killer feature" que le diferenciará del resto, aunque no se ha especificado el modo en el que se hará realidad.

En la competencia las aguas no bajan mucho más tranquilas. Después de unos meses en 'stand by' Microsoft ha reaccionado a la débil acogida de Windows 8 con Blue, una actualización masiva desvelada ayer que conllevará cambios importantes. Por lo que se ha filtrado, Windows Blue introduce nuevas opciones de personalización del escritorio, una opción muy demandada por los usuarios, así como un nuevo catálogo de aplicaciones de calculadora, alarma y grabadora de sonidos.

Otras características incluirían una mejora en la usabilidad y en los 'gestos', con prominencia en el uso del servicio en la nube de la compañía, SkyDrive. Además, medios como The Verge sostienen que vendría con Internet Explorer 11 de serie.

No obstante, la parte medular de Windows Blue solo sería posible con la incorporación de los chips Haswell, sucesores de Ivy Bridge, de Intel. Según el CEO del fabricante de semiconductores, Paul Otellini, Haswell "es la generación de 'chips' con mayor mejoría y que más vida da a las baterías en toda la historia de Intel", por lo que podrían comenzar a montarse en breve en algunas 'tablets' y 'ultrabooks'. Una de sus características más interesantes en la capacidad 'always-on', que permite a los dispositivos seguir conectados mientras están en 'stand by'. Se trataría de simular a los 'smartphones', capaces de recibir correos, notificaciones o SMS pese a estar en reposo. 

En realidad Blue no es nuevo. Microsoft ya había advertido en noviembre de la creación de una plataforma de actualizaciones que avanzase en la integración de Windows 8 y Windows RT al menor coste posible. Lo que no esperaba el mercado es que la primera de las mejoras fuese tan ambiciosa, algo que muchos han interpretado como la conclusión -o redirección- de un sistema mal terminado en lugar de una extensión del mismo.