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Apple sí ha cambiado el mundo
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Apple sí ha cambiado el mundo

En enero de 2007 todo cambió. El rumbo de la telefonía móvil tomó una senda, un destino que nunca más volvería a ser el mismo. Apple

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Apple sí ha cambiado el mundo

En enero de 2007 todo cambió. El rumbo de la telefonía móvil tomó una senda, un destino que nunca más volvería a ser el mismo. Apple presentaba el primer teléfono móvil de su historia, un equipo arrogante y considerado por muchos como un intruso que presumía de no tener teclado físico y de ofrecer una experiencia de usuario única gracias a su pantalla táctil y su interfaz revolucionario. Cinco años después podemos decir que esa 'rara avis' ha sido capaz de cambiar el mercado y las reglas del juego de la telefonía hasta el punto de hacer peligrar a marcas históricas como es el caso de RIM o incluso Nokia.

Retrospectivamente podemos decir que en telefonía móvil cinco años son toda una vida. Aquella en la que los que fueron grandes viven las mayores dificultades y donde los que fueron pequeños reinan en lo más alto de la pirámide comercial. Así es la era digital, dónde Apple sigue batiendo récords y poniendo a la competencia, si cabe, en más dificultades todavía. No olvidemos que la firma de la manzana ha vendido cerca de 250 millones de teléfonos, una cifra a la que solo Nokia y Motorola accedieron en tiempos pasados. El éxito del teléfono diseñado por Steve Jobs es un hecho que trasciende su entorno industrial: cualquier ser humano que estudie nuestra época en el futuro deberá saber, además de lo que fue el euro, el 11S o la guerra de Irak, lo que es un iPhone.

El iPhone bate todos los récords

Si el iPhone 4S fue capaz de vender un millón de unidades en un día, el iPhone 5 que acaba de ser presentado ha conseguido doblar las cifras de su antecesor. Los analistas creen que la firma de Cupertino será capaz de vender 100 millones de unidades de este modelo, sin contar lo que venderán los ya "antiguos modelos" de la gama iPhone que ahora han bajado de precio, lo que les hace todavía más atractivos. 

Ante esta situación el problema para otros competidores es doble: por un lado, Apple sigue haciendo caja y reforzando su posición en el mercado; por otro ve cómo los modelos viejos de Apple siguen haciendo sombra por el atractivo del precio.

Si Apple ha dado la vuelta al sector, Android se ha encargado de hacerlo girar a toda velocidad. El sistema operativo de Google goza de una salud envidiable, sobre todo por la posición de liderazgo de Samsung que cuenta con un amplísimo catálogo de terminales de diferentes gamas con el Galaxy S3 como gran estrella de su firmamento. 

Según el analista Trip Chowdhry, de Global Equities Reserch, tanto Apple como Android podrían alcanzar este mismo año una cuota de mercado del 98 por ciento. Esto significa que el pastel está repartido en su totalidad y que no hay resquicio comercial alguno. Un panorama que pone en liza a Nokia y Blackberry, ya que sus sistemas operativos Windows Phone y Blackberry OS podrían tener verdaderos problemas en el futuro.

Como indicaba, BlackBerry es una de las compañías que más problemas está teniendo por su lenta adopción de las pantallas táctiles. Los sistemas de mensajería instantánea y las soluciones de correo de Google también han hecho muchísimo daño a la firma canadiense que ha visto cómo sus fortalezas han quedado diluidas en un período inferior a los dos años. 

Otras firmas como Panasonic o incluso HP quieren entrar de lleno en la telefonía móvil ya que es un mercado que no deja de crecer y de evolucionar. La pregunta es, ¿conseguirán hacer mella a Apple?

En enero de 2007 todo cambió. El rumbo de la telefonía móvil tomó una senda, un destino que nunca más volvería a ser el mismo. Apple presentaba el primer teléfono móvil de su historia, un equipo arrogante y considerado por muchos como un intruso que presumía de no tener teclado físico y de ofrecer una experiencia de usuario única gracias a su pantalla táctil y su interfaz revolucionario. Cinco años después podemos decir que esa 'rara avis' ha sido capaz de cambiar el mercado y las reglas del juego de la telefonía hasta el punto de hacer peligrar a marcas históricas como es el caso de RIM o incluso Nokia.