Es noticia
Lo vamos a hacer pero... ¿sabemos lo que tenemos que hacer?
  1. Tecnología

Lo vamos a hacer pero... ¿sabemos lo que tenemos que hacer?

"Sabemos lo que tenemos que hacer y lo vamos a hacer". Este ha sido el mantra repetido hasta la saciedad por el Gobierno Rajoy en sus

Foto: Lo vamos a hacer pero... ¿sabemos lo que tenemos que hacer?
Lo vamos a hacer pero... ¿sabemos lo que tenemos que hacer?

"Sabemos lo que tenemos que hacer y lo vamos a hacer". Este ha sido el mantra repetido hasta la saciedad por el Gobierno Rajoy en sus primeros cinco meses de gobernanza en España. El inquietante mensaje, que al principio concedía el beneficio de la duda a sus pregoneros, ha dejado de tener efecto, especialmente, cuando el goteo de pequeñas medidas siguen eclipsadas por las indicadores de destrucción de empleo (hasta 5,6 millones de personas, casi el 25% de la población activa) y de empresas, que siguen muriendo y no hay reposición. La realidad es la que es y los políticos, protegidos en su burbuja, son incapaces de transformarla, más allá de mover los hilos de la burocracia al son de lobbies de todo tipo.

La Ley de Emprendedores, que debería haber llegado ya con acciones audaces, ni está, ni se le espera, ni sabe cuando llegará, ni quién la está impulsando. Empleo, Economía y Competitividad e Industria y Turismo, los tres ministerios responsables, parecen más pendientes de la Seguridad Social, la banca y el caso singular de Repsol en lugar de poner el foco en lo importante. Pero la urgencia de tener preparado el escenario para la nueva hoja de ruta del crecimiento convierte a ese marco jurídico en vital para la supervivencia y soberanía económica española.

Como bien señala en esta página el emprendedor e inversor Jesús Encinar, "igual que necesitamos nuevos bebés para reducir el envejecimiento de la población, las economías necesitan nuevas empresas para crear empleo y luchar contra la mortalidad natural de las empresas". Lo que se presumía como un plan de reformas contundente y sólido para fomentar la generación de nuevos negocios se ha quedado en apenas una mención, frases de titular, como la "alfombra roja para los emprendedores" de la vicepresidenta Soraya Sáenz. El Gobierno debe incorporar a independientes, profesionales de la empresa privada a este cometido, y no a los políticos vocacionales y buscadores de reconocimiento mediático o social.

Pero la urgencia de tener preparado el escenario para la nueva hoja de ruta del crecimiento convierte a ese marco jurídico en vital para la supervivencia y soberanía económica española.

La escuela de negocios españolas IE, IESE y ESADE, punteras y competitivas a nivel mundial, están impulsando la atracción de inversores extranjeros startups, el networking de estos con el incipiente ecosistema emprendedor-inversor en España. Y esto debe repetirse de forma continúa, como en el foro Venture Days 2012 organizado el pasado jueves por el IE Business School con la presencia de figuras como Jeff Clavier, fundador de Lastminute e inversor en decenas de proyectos. Se dieron algunas claves sobre cómo construir ecosistemas emprendedores de éxito a... cinco años vista. Y el reloj sigue sin ponerse en marcha.

1. Hacen falta más inversores privados. El sector de 'venture capital' es demasiado pequeño y endogámico. Apenas hay competencia entre los fondos de 'venture capital', que en España gozan de abundantes proyectos entre los que elegir sin apenas competir entre ellos. La introducción de facilidades para que inversores tradicionales -fondos de pensiones o family office- pueden crear nuevos VCs o engordar de capital los actuales debe ser una necesidad.

2. Crear empresa no debe indentificarse con una obra social. Hasta ahora, tanto la Administración como algunas entidades financieras, identificaban la obra social y la creación de compañías como algo a fondo perdido... por tanto, da igual a quién respaldes mientras lo hagas. Crear una empresa a base de subvenciones para acabar vendiéndosela a Telefónica no es un éxito. 

3. No se pueden competir por el talento. La ausencia de herramientas como los visados rápidos para extranjeros que vayan a montar un negocio o los planes sobre opciones -stock options- como existen en otros países mina la capacidad de las empresas españolas para atraer talento profesional de cualquier parte del mundo. Para muchos inversores es importante que gran parte de los empleados estén unidos a la propiedad de la empresa.

4. ¿Existe vida extrapeninsular? Para muchas empresas españolas, hasta la crisis, no había negocio fuera de España. Y daba igual. Según algunos gestores venture capital, encargados de hablar con emprendedores, la falta alcance global de muchos proyectos impide que se financien o se atraiga capital extranjero.

5. Protección del emprendedor. La responsabilidad limitada de quienes inician un negocio debe formar parte también de la nueva reforma. Dicen los propios emprendedores que han tenido éxito que quienes se lanzan a iniciar un negocio por primera vez y fracasan, es muy probable que alcancen el éxito al siguiente proyecto, gracias a la experiencia adquirida. Pero el fracaso en España conlleva una muerte financiera.

"Sabemos lo que tenemos que hacer y lo vamos a hacer". Este ha sido el mantra repetido hasta la saciedad por el Gobierno Rajoy en sus primeros cinco meses de gobernanza en España. El inquietante mensaje, que al principio concedía el beneficio de la duda a sus pregoneros, ha dejado de tener efecto, especialmente, cuando el goteo de pequeñas medidas siguen eclipsadas por las indicadores de destrucción de empleo (hasta 5,6 millones de personas, casi el 25% de la población activa) y de empresas, que siguen muriendo y no hay reposición. La realidad es la que es y los políticos, protegidos en su burbuja, son incapaces de transformarla, más allá de mover los hilos de la burocracia al son de lobbies de todo tipo.