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Las constructoras ACS y OHL enfrentadas por una obra en el subterráneo de Manhattan
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SE ACUSAN MUTUAMENTE DE PROVOCAR PÉRIDIDAS MILLONARIAS

Las constructoras ACS y OHL enfrentadas por una obra en el subterráneo de Manhattan

El subterráneo neoyorkino se ha convertido en un terreno de contienda entre dos constructoras españolas, según explica The New York Times. En su afán por la

Foto: Las constructoras ACS y OHL enfrentadas por una obra en el subterráneo de Manhattan
Las constructoras ACS y OHL enfrentadas por una obra en el subterráneo de Manhattan

El subterráneo neoyorkino se ha convertido en un terreno de contienda entre dos constructoras españolas, según explica The New York Times. En su afán por la expansión del negocio en busca de un equilibrio ante la caída de proyectos en España, Dragados (filial de ACS) y OHL reparten esfuerzos en un proyecto ambicioso que pretende extender la línea de metro y enlazar trenes entre Long Island y Grand Central.

Sin embargo, las compañías han iniciado un cruce de acusaciones en las que se denuncian mutuamente por el incumplimiento en sus obligaciones financieras. OHL sostiene que Dragados quebranta su trabajo al carecer de la competencia para gestionar parte de sus responsabilidades, como enlazar los trenes entre Long Island y Grand Central. Judlau Contracting, que posee el 51% de OHL, asegura que esta incorrecta gestión ha reportado pérdidas por 250 millones de dólares (unos 200 millones de euros).

El subsuelo metropolitano se tambalea por un aluvión de demandas y contrademandas legales. Judlau acusa a Dragados de no informar de sus pérdidas en el momento oportuno lo que resta capacidad de reacción.  Dragados, por su parte, ha demandado a su socia por no cumplir con las obligaciones financieras requeridas.

La fecha es 2019

La Autoridad Metropolitana de Transporte prioriza que el proyecto, aunque acumule años de retrasos, esté acabado en 2019. El portavoz del organismo, Adam Linsberg, asegura que los problemas no afectarán siempre que el trabajo “se haga bien, a tiempo y no supere el presupuesto”.

La capacidad de ACS para soportar pérdidas parece asegurada: posee una cartera diversificada y ventas anuales por valor de 28.000 millones de euros. El 50% de su facturación procede  de fuera de España lo que le ha granjeado éxitos económicos en su expansión internacional. Sin embargo, inconvenientes en un mercado poderoso como el estadounidense (más concretamente el neoyorkino) podría suscitar recelo sobre su capacidad para compensar, con proyectos internacionales, sus problemas a nivel nacional.

Juan José Díaz Clavel, un portavoz de ACS, dijo que la compañía no hace comentarios sobre las finanzas de sus proyectos, y añadió que "los datos de rentabilidad están revelados en las cuentas del grupo". El año pasado, ACS ganó 962 millones de euros. El portavoz de Judlau declinó hacer comentarios.

La expansión de ACS

ACS ha estado durante décadas a la vanguardia de las grandes empresas españolas para obtener mayores ganancias en el extranjero.  Sin embargo, la expansión ha tenido un costo. Más de la mitad de los 10.000 millones de deuda de ACS está ligada al esfuerzo de diversificación.

El subterráneo neoyorkino se ha convertido en un terreno de contienda entre dos constructoras españolas, según explica The New York Times. En su afán por la expansión del negocio en busca de un equilibrio ante la caída de proyectos en España, Dragados (filial de ACS) y OHL reparten esfuerzos en un proyecto ambicioso que pretende extender la línea de metro y enlazar trenes entre Long Island y Grand Central.