El PSC envía una carta a Mas para recordarle los pactos que han firmado

El Gobierno de Artur Mas se encuentra cada día más abocado a un acercamiento a Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) ante el creciente enfado del resto de la oposición, especialmente de los socialistas, que se consideran traicionados por el presidente catalán. “Hicimos pacto a comienzo de legislatura, nos comportamos con una grandísima responsabilidad facilitando que pudiese ser investido y ahora se ha aislado en su pedestal y ni siquiera nos tiene en cuenta”, dice a El Confidencial un miembro de la cúpula del PSC.

De ahí que la pasada semana, durante el debate de política general en el Parlamento autonómico (el debate del estado de la nación en versión local), el presidente del grupo parlamentario del PSC, Joaquim Nadal, fuese extraordinariamente duro con el Gobierno en sus críticas. Las dos jornadas que duró el debate, se evidenció un acercamiento entre CiU y ERC que enfadó no sólo a los socialistas, sino incluso al Partido Popular (PP), que había dado su apoyo a Mas para aprobar los presupuestos del 2011.

Nadal, sin embargo, no se quedó con los brazos cruzados. Después del debate envió una carta a Artur Mas recordándole el acuerdo a que habían llegado CiU y PSC en diciembre pasado y que quedó plasmado por escrito. En este documento se citaba textualmente que “la posible reforma de la ley de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) [el organismo del que dependen la televisión y la radio públicas] y del marco audiovisual se planteará desde el consenso, como mínimo, entre las dos formaciones políticas”.

Pero Artur Mas tiró por la calle de en medio y dejó al PSC al margen de la reforma audiovisual que llevó al Parlamento. “Lo que hizo Nadal es recordarle que asumió unos compromisos por escrito y no los ha cumplido”. Un miembro de la cúpula de CiU reconoce que “es posible que haya un punto de incomodidad de los socialistas” y que en el tema de la Ley Audiovisual puede haber algún desencuentro. “Pero nuestra mano está tendida. Contaremos con los socialistas para tirar adelante los temas que figuran en el calendario, desde los presupuestos del 2012 hasta la reforma de las leyes pendientes”.

En el PSC, no se creen esta predisposición. “Lo único que tenemos claro es que hay una voluntad, por parte de CiU, de no llegar a acuerdos. El auténtico problema es que los convergentes no tienen ganas de negociar con nosotros”, subrayan.

Aún es socio preferente

Desde CiU, no obstante, se contesta que “de aquí a final de año, tendremos dos elementos de una gran complejidad: los presupuestos y las leyes ómnibus. Y queremos sacar todo adelante”. En el tema de los presupuestos, para el año que viene, el Gobierno cree que lo tiene bastante bien para aprobarlos. “A ver qué socio encontramos. Pero seguimos con la mano extendida, especialmente al PSC. Sabemos que será difícil, pero ha de flexibilizar un poco sus posturas, ya que se sienta a negociar como si tuviese las riendas de la situación y no tiene en cuenta que es el partido de la oposición y que tiene 33 escaños menos”. Respecto a las leyes ómnibus, “irán adelante con apoyo de todos los partidos del arco parlamentario, ya que sería casi imposible pactarlas con uno solo a menos que tuviésemos un pacto de Gobierno”.

Otro miembro de la cúpula convergente insiste, además, en que “al PSC se le pedirá el pacto tanto para los presupuestos como para las leyes. Pero exigimos, a cambio, responsabilidad. Evidentemente, otros grupos podrán añadirse, pero nuestra prioridad será el PSC, ya que es el mayor partido de la oposición”. La misma fuente añade que “en el caso de que no quieran sentarse con nosotros, evidentemente, tendremos que buscar a otros”.

Sin embargo, desde las filas socialistas se es especialmente crítico con la estrategia seguida por Convergència. “No está cumpliendo ninguna de las resoluciones pactadas”, afirman las fuentes consultadas. Y añaden que “en el tema de la Ley Audiovisual, esperábamos al menos un pacto o una negociación con CiU, pero es que ni llamaron por teléfono para decirnos que ya lo tenían hecho”.

La baza del PP

La situación, pues, es tensa. Los convergentes achacan el nerviosismo del PSC a “la situación interna que está viviendo, ya que en diciembre será el congreso que cambie a la actual dirección. De ahí que a veces hagan aspavientos. Pero si quieren ser consecuentes, deberían asumir su parte de responsabilidad en las medidas que toma el Gobierno y apoyarlas, ya que ellos, que controlaban el anterior Gobierno, tienen parte de responsabilidad de esta situación”.

A Artur Mas le queda todavía la baza del PP, que ya facilitó la aprobación de los números de este año y apoya al Ejecutivo en algunas medidas impopulares, como los recortes. Sin embargo, también le acusa de no aplicar las medidas de ahorro que habían pactado ambos partidos. En adelante, sin embargo, el PP le exigirá una mayor visualización de los acuerdos a los que lleguen. Para empezar, los populares ponen la condición de participar en la elaboración de los presupuestos del 2012 “desde el principio, no encontrárnoslo todo cocinado”. Y después, el cambio en algunas cuestiones estratégicas, primando la creación de empleo y recortando las partidas destinadas a cuestiones identitarias.