Primer despacho en Marivent centrado en los conflictos exteriores

El rey Felipe VI celebró  ayer en el Palacio de Marivent su primer despacho estival con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con una agenda de temas centrada, sobre todo, en los conflictos exteriores de más actualidad y en la que no se abordaron apenas cuestiones de política interna como el proceso soberanista catalán o la pretendida reforma de la elección de los alcaldes que quiere sacar adelante el presidente del Gobierno.

Libia, Gaza y, por supuesto, la epidemia de ébola con la repatriación de los religiosos Miguel Pajares y Juliana Bohé centraron buena parte del encuentro oficial entre ambos en el que también se abordaron los últimos datos de paro, empleo y Seguridad Social referentes al mes de julio. “Estamos satisfechos de cómo están evolucionando las cosas pero yo no puedo estar satisfecho mientras el nivel de desempleo en nuestro país sea el que es”, subrayó Rajoy a los periodistas al finalizar el encuentro.

Sobre el conflicto entre palestinos e israelíes, Rajoy mostró su deseo de que las negociaciones auspiciadas por el Gobierno egipcio “tengan éxito” y se acabe con los enfrentamientos de los últimos días, en los que han perdido la vida cerca de 2.000 personas. “El horizonte político no puede ser otro que el del diálogo con dos países, dos Estados independientes que puedan vivir en libertad, en paz y con seguridad”, explicó. Sobre la situación en Libia, recordó que el Gobierno español ha procedido a desalojar su embajada en Trípoli, en donde solo permanece un encargado de archivos. Rajoy dijo confiar en una pronta evolución de los acontecimientos “que dé estabilidad, tranquilidad, seguridad, respeto a los derechos humanos y sobre todo, lo que es más importante, la vida de las personas”.

Sobre la repatriación de Miguel Pajares, Rajoy zanjó el debate provocado en los últimos días por la directora de Salud Pública del Ministerio de Sanidad y aseguró que el Gobierno se hará cargo de los costes del traslado. “Es de puro sentido común”, dijo después de señalar que no sabía por qué había surgido ese debate.

La cuestión catalana no estuvo sobre la mesa en el despacho con el monarca pero los periodistas preguntaron a Rajoy sobre su posición al término del encuentro. El presidente garantizó que el Ejecutivo estará “siempre abierto” al diálogo aunque dejó claro, como ya ha repetido en otras ocasiones, que la consulta independentista es “absolutamente ilegal” además de muy “perjudicial” para los catalanes y el conjunto de los españoles. “Ley y diálogo. Esa es la posición que mantendrá el Gobierno, que además es la única que puede mantener”, aseguró.