Rajoy accedió a reunirse con Mas en privado para hablar solo de asuntos económicos

No estaba previsto, pero sucedió: Mariano Rajoy y Artur Mas se vieron a solas durante unos 20 minutos en la inauguración del Salón del Automóvil de Barcelona. La reunión fue a petición del presidente catalán, que la solicitó en el mismo hotel donde coincidieron, manifestaron a El Confidencial fuentes cercanas al gobierno español. Rajoy no tuvo inconveniente. Y aprovecharon los pocos minutos para abordar temas exclusivamente económicos: la crisis y el déficit. Pero sin concretar nada. “No hablaron de nada en profundidad porque no tuvieron tiempo”, dice una de las fuentes consultadas por este diario.

Los temas en detalle habían de ser abordados por el propio Mas y el ministro de Economía, Luis de Guindos, a última hora de la tarde, en otra reunión que se sí estaba en la agenda, aunque al final fueron De Guindos y el consejero de Economía, Andreu Mas-Colell, quienes se vieron. Algunas fuentes apuntan a que el único interés de Mas era conseguir una mayor flexibilización del objetivo de déficit para este año. Y el único objetivo de Rajoy  no hablar del soberanismo porque “hay cosas más importantes que tratar”. Por tanto, aseguran personas del entorno de ambos, “las premisas estaban claras y se realizó la reunión dentro de un clima de absoluta normalidad”.

Los dos presidentes compartieron mesa y mantel con la cúpula de la industria de automoción. Ambos se sentaron en los extremos de la misma mesa, pero eso no tiene nada que ver con la política, sino con el protocolo, que obligaba a adjudicarles una determinada ubicación. Artur Mas, sentado entre José Manuel Machado (Anfac) y José Vicente de los Mozos (Renault), “estuvo sorprendentemente sereno y sin hacer alusión alguna al conflicto soberanista”, dice a El Confidencial uno de los empresarios presentes en el ágape.

“Se les veía muy cordiales, tanto en los despachos privados como en la mesa. No se veía crispación en los gestos de Mas, como se le nota en ocasiones cuando está a disgusto. Además, en su discurso no hizo ni siquiera una alusión al tema del nacionalismo y se limitó a hablar del sector. En este sentido, fue más incisivo Rajoy cuando abordó en su discurso el tema de la Fórmula 1 y del equipo de los mejores, refiriéndose a España”, dice a este diario el citado empresario. La cosa tenía guasa: Artur Mas  había prometido en la campaña electoral hacer un Gobierno con muchos independientes, el “Gobierno de los mejores”, coletilla que conservó en su segunda legislatura. Ahora, Rajoy le quiere robar la idea. 

Pero, además, el “equipo de los mejores” de Rajoy implica un guiño a la unidad de España, lejos de las veleidades soberanistas que Mas ha venido alimentando los últimos meses con su “gobierno de los mejores”.  Artur Mas, por su parte, sólo reivindicó la necesidad de desbloquear el Corredor Ferroviario Mediterráneo para facilitar las exportaciones. No le falta razón: el 25% de la industria de la automoción y el 40% de la industria de componentes española está en Cataluña. Y no pasó de ahí la cosa. Ya por la tarde, ambos visitaron varios pabellones del salón, juntos pero no revueltos.

Para algunos, “Rajoy y Mas cuidaron mucho las formas. No hubo acritud ni tensión en los rostros, sino mucha cordialidad. O era una cuestión de pura imagen o ha habido mucha cocina tras ese encuentro”. Fuentes del PP, no obstante, señalan a este diario que “no se puede hablar de cordialidad, sino de una relación educada”.

La ajetreada jornada de Mas-Colell

Pero algo de cocina sí que había: por la tarde, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se veía con Andreu Mas-Colell, en la sede de la Delegación del Gobierno en Barcelona. Y ahí sí que trataron temas en profundidad. Durante una hora, ambos directivos despacharon sobre el tema del déficit, que es lo que les quita el sueño a los políticos catalanes.

El Gobierno central no ha fijado todavía el techo definitivo de endeudamiento que pueden tener las comunidades autónomas. En un principio, había fijado un porcentaje del 0,7% del PIB, lo que obligaría a recortar más de 4.000 millones sólo en Cataluña, por lo que se considera un techo inasumible tras los sacrificios y recortes económicos practicados los dos últimos ejercicios. Más tarde, el Gobierno central elevó la cifra hasta el 1,2%, aunque los nacionalistas catalanes reclaman que llegue al 2,2%, que es un tercio del déficit previsto para España, dado que las comunidades autónomas soportan un tercio del gasto social.

Montoro, sin embargo, llegó a Barcelona con los mismos argumentos que había manejado las últimas semanas: Bruselas todavía no ha confirmado el déficit definitivo, por lo que él tampoco puede anunciar un techo final a las comunidades. De los encuentros, algo quedó claro: el propio Mas-Colell señaló que estas reuniones son meramente rutinarias y que es positivo hablar. “Siempre que se habla, se avanza”, subrayó tras verse con Montoro.