Ponferrada clama contra el "golpe de Estado" que llevó a Folgueral a la alcaldía

El pasado 8 de marzo una moción de censura en su ayuntamiento puso a Ponferrada en el centro del huracán político español. Desde el caso Nevenka, la concejala que denunció por acoso sexual al entonces alcalde, Ismael Álvarez, no se recordaba una tormenta mediática de este calibre en la capital de la comarca del Bierzo. Tres semanas después de que Samuel Folgueral accediese a la alcaldía con el apoyo del exalcalde condenado por acoso y abandonase con sus huestes el PSOE, los vecinos siguen superados por los acontecimientos y el nuevo equipo de Gobierno intenta normalizar la situación.

“Lo que ha pasado en Ponferrada es una situación completamente atípica, que nos ha pillado a todos por sorpresa. De un día para otro pasamos de la nada al todo. El revuelo que se desató nos sobrepasó”, admite una trabajadora municipal a El Confidencial.

Durante tres días, la maniobra de la oposición -formada por el PSOE e Independientes Agrupados de Ponferrada (IAP)- contra el entonces alcalde Carlos López Riesco (Partido Popular), resucitó los fantasmas del caso Nevenka y convirtió a Ponferrada en el último dolor de cabeza de Alfredo Pérez Rubalcaba. “Fue una vergüenza. Lo que pasó y lo que está por venir es el resultado del capricho de unos políticos egoístas e incapaces”, critica un joven de la localidad.

Como si de un ciclón político se tratase, la tempestad ha dado paso a la calma. Ni la celebración de la Semana Santa anima a una ciudad de 68.466 habitantes, donde muchos se muestran reticentes a opinar sobre lo ocurrido. “No sé, no sé… yo no he salido de casa”, responde esquiva una mujer mientras aprieta el paso. Solo el final de las clases del Instituto Gil Carrasco da algo de vida al casco histórico del municipio.