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Los maestros, en entredicho: ¿la generación mejor preparada de la historia es un mito?
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EL SECTOR EN ARMAS TRAS SALIR A LA LUZ EXÁMENES DE OPOSITORES CON ERRORES DE BULTO

Los maestros, en entredicho: ¿la generación mejor preparada de la historia es un mito?

La aparición de fallos de bulto en los exámenes de opositores a maestro en la Comunidad de Madrid ha dejado en entredicho si la preparación que

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Los maestros, en entredicho: ¿la generación mejor preparada de la historia es un mito?

La aparición de fallos de bulto en los exámenes de opositores a maestro en la Comunidad de Madrid ha dejado en entredicho si la preparación que reciben los profesores es la correcta. El Ejecutivo que preside Ignacio González ha relacionado la “desastrosa” formación de muchos de los aspirantes a ocupar una plaza con su destreza al modificar su estrategia para contratar profesores, primando la nota del examen en detrimento de la experiencia. Más allá de si la excepción justifica la regla, se abre un debate mucho más profundo: ¿Son los jóvenes mejor preparados de la historia un mito? ¿Fallan los profesores en el bajo nivel del sistema educativo español? ¿Se debe revisar el proceso de selección para garantizar que sean los mejores profesores los que acceden a las aulas?

Florentino Paredes García, coordinador del Libro del español correcto y doctor en Filología Hispánica, repasa para El Confidencial qué ha fallado en el sistema de formación del profesorado. “El descenso en el nivel educativo de los alumnos no puede achacarse a un solo factor, sino que es consecuencia de un conjunto de razones: sociales, familiares, culturales, económicas, políticas…”. A su modo de ver, una de las más importantes en este declive es la falta de prestigio que la formación y la cultura está teniendo en España. “¿A qué chico o chica de hoy le puede interesar conseguir una buena formación, que exige esfuerzo, tesón, constancia, disciplina, si los medios de comunicación e incluso las propias familias les están transmitiendo constantemente que se puede conseguir sin esfuerzo el dinero fácil y el aparente éxito social de los famosos y famosillos?”, añade.

No se puede determinar si un profesor será bueno si responde correctamente qué es un caracol. Los profesores no tienen que acumular un stock de conocimiento, sino que tienen que tener la habilidad de que sus alumnos aprendan a aprender

El examen de la última convocatoria en Madrid demostró importantes lagunas en el conocimiento de la propia lengua y reveló una gran pobreza de vocabulario entre los opositores. Entre los mayores errores están en afirmaciones como que los ríos Ebro, Guadalquivir y El Duero pasan por Madrid o que Soria es una comunidad autónoma. “Es muy difícil que en una sola prueba, en unas oposiciones, se pueda garantizar esa selección. Por eso, creo que también habría que dar más protagonismo al desarrollo de la tarea docente del profesor en el aula, a los resultados que ha obtenido y a la valoración que de su trabajo hacen los alumnos y las familias”, considera Paredes.

El filólogo cree que en España se cambian los planes educativos “a golpe de titular, sin haber hecho una labor de evaluación para ver qué es lo que ha funcionado y lo que no, qué es lo que hay que reformar y por qué, y cómo hay que reformarlo. Y en esa tarea es imprescindible dejar al lado los planteamientos partidistas o ideológicos”.

Las claves del buen profesor

El doctor en Filología solicita una mejora en la selección de los candidatos. Una recomendación que ya propuso el informe McKinsey en su edición de 2010: para mejorar en sistema hay que asegurar que la docencia se equipare con otras profesiones como la medicina, en la que participen profesionales altamente especializados. “Un buen profesor debe ser una persona en la que se conjugue una sólida formación y una alta capacidad pedagógica. Es aquel que sabe de lo que habla y sabe hablar de lo que conoce. Un buen profesor ha de estar atento a sus alumnos, saber implicarse en su proceso de aprendizaje, valorar las capacidades individuales de cada niño”, ejemplifica Paredes.

El descenso en el nivel educativo de los alumnos no puede achacarse a un solo factor, sino que es consecuencia de un conjunto de razones: sociales, familiares, culturales, económicas, políticas…

La Consejería de Educación de Madrid presentó en el último Consejo de Gobierno un acuerdo en el que aligeran los años de experiencia a la hora de acceder al puesto para dar más peso a la nota del examen. A partir de ahora es necesario aprobar el examen para entrar en la lista de interinos. Los representantes de todos los sindicatos han exigido el mantenimiento de sistema de baremación de la lista de interinos previsto en el acuerdo sectorial y se han opuesto a cualquier modificación unilateral que pueda llevar a cabo la consejería de Educación, porque entienden que la experiencia es fundamental.

Javier Pérez-Castilla, vicepresidente de CSIF Enseñanza Madrid, considera como “una broma de muy mal gusto” que la Consejería difundiera los demoledores resultados de las últimas oposiciones. “Han sacado esto como coartada a su plan, para justificar un cambio en la forma de evaluar que es injustificable”. El portavoz del sindicato advierte a la consejería que dirige Lucía Figar que “tendrá que depurar responsabilidades”, puesto que airear este tipo de información “choca frontalmente con su supuesta propuesta de dignificar la profesión y dar autoridad al profesorado”. 

En la misma línea se manifiesta Francisco García Suárez, secretario general de la Federación Estatal de Enseñanza, que juzga el examen que ha sacado a la luz Madrid “como la sombra de la sospecha que acecha a la competencia del profesorado”. Asimismo, considera que es un ejercicio de “irresponsabilidad” elevar la anécdota a categoría. “No se puede determinar si un profesor será bueno si responde correctamente qué es un caracol. Los profesores no tienen que acumular un stock de conocimiento, sino que tienen que tener la habilidad de que sus alumnos aprendan a aprender”. Isabel Galvín, la secretaria general de esta misma organización en Madrid, pone en duda que los exámenes difundidos en los medios de comunicación fueran realmente de opositores: “Nos han llamado muchos que hicieron ese examen y nos aseguran que el ejemplo de las gafas no estaba”.  

La aparición de fallos de bulto en los exámenes de opositores a maestro en la Comunidad de Madrid ha dejado en entredicho si la preparación que reciben los profesores es la correcta. El Ejecutivo que preside Ignacio González ha relacionado la “desastrosa” formación de muchos de los aspirantes a ocupar una plaza con su destreza al modificar su estrategia para contratar profesores, primando la nota del examen en detrimento de la experiencia. Más allá de si la excepción justifica la regla, se abre un debate mucho más profundo: ¿Son los jóvenes mejor preparados de la historia un mito? ¿Fallan los profesores en el bajo nivel del sistema educativo español? ¿Se debe revisar el proceso de selección para garantizar que sean los mejores profesores los que acceden a las aulas?