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¿Ministro o presidente de Repsol? Piqué, el nombre que suena en todas las quinielas
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TODO DEPENDE DE LA VOLUNTAD DE RAJOY

¿Ministro o presidente de Repsol? Piqué, el nombre que suena en todas las quinielas

Josep Piqué, 57 años. Catalán residente en Madrid. Preside Vueling, la línea de bajo coste con sede en Barcelona. También es el presidente del Círculo de

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¿Ministro o presidente de Repsol? Piqué, el nombre que suena en todas las quinielas

Josep Piqué, 57 años. Catalán residente en Madrid. Preside Vueling, la línea de bajo coste con sede en Barcelona. También es el presidente del Círculo de Economía, el lobby y think tank más influyente de los empresarios catalanes. Además de estas ocupaciones, está en múltiples quinielas, tanto en el sector público como en el privado, según señalan diferentes fuentes empresariales.

Su principal activo es haber sido exministro de los gobiernos de José María Aznar entre 1996 y 2003. Allí ocupó cuatro cargos: ministro de Industria, de Exteriores, Portavoz de Gobierno y responsable de Ciencia y Tecnología. En aquella época ganó fama de diplomático, hombre de Estado y buen gestor, tres cualidades que muchos añoran en lo más aciago de esta aciaga crisis.

Piqué suena en todos los cenáculos. Ya sea como nuevo ministro de Mariano Rajoy, como nuevo presidente de Repsol, o porque su antiguo mentor, José María Aznar, va diciendo por los salones madrileños que él es el hombre para deshacer el nudo gordiano de la secesión catalana que ha creado Artur Mas.

En cualquier caso, la mayoría de las opciones dependen de la voluntad de Mariano Rajoy. Mientras al gallego, indeciso, se le acumulan los temas pendientes, Piqué se dedica a cultivar la relación con La Caixa y con Isidre Fainé y a esperar su momento.

La presidencia de Repsol queda lejos sin el aval de Rajoy. Pero en Moncloa están más preocupados por las consecuencias del rescate y por la crisis abierta con Cataluña que por los temas corporativos. Rajoy sabe que ha de proponer a un presidente de la petrolera que pueda tener el visto bueno de CaixaBank, que tiene el 12,5% del capital y es el primer accionista. Piqué cuenta con éste aval. Pero Demetrio Carceller y Juan Abelló, desde Sacyr, preferirían a otro candidato, por ejemplo a Borja Prado, para quien Fulvio Conti está buscando relevo al frente de Endesa. Además, Antoni Brufau sigue siendo un hombre muy próximo a La Caixa, está blindado con un consejo de fieles y cuenta con el apoyo incondicional del ministro de Industria, José Manuel Soria.

Regreso al Gobierno

Su regreso al Ejecutivo tampoco está claro. Rajoy es un conservador y, por tanto, poco proclive a las crisis de gobierno. Piqué ha sonado para diversos cargos: desde vicepresidente económico, figura que le están reclamando desde todos los foros empresariales, hasta para Administraciones Públicas, como puente para buscar un pacto con Cataluña.

Piqué cuenta con buenos avales. Entre ellos el de Alberto Ruiz-Gallardón, uno de los ministros menos salpicados por la crisis, y muy cercano a José María Aznar. El problema no es ni la falta de contactos ni la capacidad. El principal problema es la indecisión de Rajoy.

Toreando con el independentismo

Mientras, Piqué juega a nadar y guardar la ropa con la creciente oleada de independentismo en Cataluña. El pasado miércoles se reunió la junta de Círculo de Economía. El vuelco secesionista en Cataluña no estaba en el orden del día pero se trató. Básicamente para descartar que el Círculo haga sobre esta cuestión algunas de sus conocidas notas de opinión. Los empresarios miembros lo tienen claro: calladitos, mejor. Si se pronuncian en contra de la independencia, como a la mayoría les pide el cuerpo, perderán mercado en Cataluña y si hacen lo contrario, le pasarán factura en el resto de España. Su tensa relación con Artur Mas, cultivada durante los años en que Piqué estuvo en la oposición en el Parlament de Cataluña, es un secreto a voces.

Piqué ya tuvo la prudencia de no comprometer al Círculo de Economía con el pacto fiscal que demandaba el presidente catalán. Gracias a él, el Círculo ha marcado distancias con la Generalitat, al contrario que la Cámara de Comercio de Barcelona o las patronales como Pimec.

Piqué ya está habituado a navegar por aguas turbulentas. No en vano, antes de su carrera política había desempeñado la presidencia de Ercros, a donde llegó de la mano de Javier de la Rosa, posteriormente condenado por irregularidades en su gestión en el grupo KIO y en el Consorcio Nacional del Leasing.

“Si fuera un rancho me llamaría Tierra de Nadie”, decía Rita Hayworth en Gilda. Pues, precisamente, Josep Piqué ha escogido esa tierra de nadie para esperar destino. O su destino, según se mire.

Josep Piqué, 57 años. Catalán residente en Madrid. Preside Vueling, la línea de bajo coste con sede en Barcelona. También es el presidente del Círculo de Economía, el lobby y think tank más influyente de los empresarios catalanes. Además de estas ocupaciones, está en múltiples quinielas, tanto en el sector público como en el privado, según señalan diferentes fuentes empresariales.

Josep Piqué