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Rajoy intenta cerrar el rescate con Merkel antes de que el BCE fije las condiciones
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EL GOBIERNO PIDE GARANTÍAS A LA UE DE QUE HABRÁ UNIÓN BANCARIA EN DICIEMBRE

Rajoy intenta cerrar el rescate con Merkel antes de que el BCE fije las condiciones

Mariano Rajoy se despidió el pasado día 3 en la Moncloa deseando “feliz verano, a quien pueda” y vuelve este lunes a su despacho “reconfortado” después

Foto: Rajoy intenta cerrar el rescate con Merkel antes de que el BCE fije las condiciones
Rajoy intenta cerrar el rescate con Merkel antes de que el BCE fije las condiciones

Mariano Rajoy se despidió el pasado día 3 en la Moncloa deseando “feliz verano, a quien pueda” y vuelve este lunes a su despacho “reconfortado” después de visitar Almonte para enfrentarse a los mismos problemas que dejó pendientes hace 17 días: la ayuda que tiene que pedir al fondo de rescate de la UE, la prórroga del subsidio de los 400 euros para los parados y la puesta en marcha del banco malo para sanear el sistema financiero. Han sido dos semanas sin mayores sobresaltos económicos ni políticos si se comparan con el pasado verano (cuando hubo que cambiar la Constitución) que al Gobierno le han servido para enfriar la crisis antes de seguir con el pulso con Bruselas y Berlín, no ya para evitar la intervención total a la griega, sino para negociar la parcial en condiciones razonables.

El relajo veraniego de Rajoy no ha sido tal, aseguran en fuentes gubernamentales, porque ha tenido que dedicar más tiempo a seguir la prima de riesgo o las operaciones de propaganda de ETA que al descanso, pero tampoco se han cumplido los pronósticos más pesimistas que incluían reuniones extraordinarias del Consejo de Ministros. Para el próximo viernes, el Gobierno no tiene más que tareas atrasadas y la próxima fecha clave en que arranca de verdad el curso político y económico es el 6 de septiembre.  Es el día en que el Ejecutivo espera conocer ya las líneas generales de la oferta del rescate y la jornada en que la canciller de Alemania, Angela Merkel, visitará España.

Si la prima de riesgo sigue a la baja, Rajoy se encontrará hoy con un diferencial similar al que tenía al formar gobierno (461 puntos), inasumible pero un 25% más bajo que a finales de julio, cuando se disparó hasta los 638. Y sin tomar medida adicional alguna, sólo porque se da por descontado el rescate para septiembre. La tarea del Gobierno se vuelve a centrar en la gestión de la crisis de la deuda y en combatir el déficit público con medidas creíbles y demostrables que sirvan para convencer a los mercados y a las instituciones de la UE de que le apoyen frente a esos mismos mercados.

El Ejecutivo cerrará esta semana la fecha de la visita a Madrid del presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, para abordar el problema de la deuda y muy especialmente, según fuentes gubernamentales, para insistir en la necesidad de que para diciembre sea una realidad la unión bancaria en el ámbito de la zona euro. Rajoy quiere ese compromiso formal y público de Van Rompuy antes incluso de conocer el detalle de las condiciones que pone el Banco Central Europeo para socorrer a la economía española.

Como ha explicado el ministro de Economía, Luis de Guindos,  el Eurogrupo y el Ecofin definirán el procedimiento a mediados de septiembre. Rajoy intenta adelantarse y dejar el terreno despejado previamente con Merkel. Incluso ha invitado a los responsables de Comisiones Obreras y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, a que participen ese día en las reuniones bilaterales con empresarios de ambos países que se celebrarán en Madrid.

El Gobierno ha anunciado en las grandes cifras del proyecto de Presupuestos del Estado para el próximo año las medidas de recorte drástico de gasto y aumento de recaudación fiscal que le pueden plantear en Bruselas y Berlín para obtener ayuda. Sólo se quedan al margen de las recomendaciones antidéficit de la UE los capítulos de las prestaciones por desempleo y las pensiones.

Al Ejecutivo le viene muy mal, en este pulso que mantiene ante la Unión para demostrar que cumplirá con los objetivos de déficit, aprobar el próximo viernes la prórroga de la paga de los 400 euros para los parados que agotan la prestación ordinaria. La UE presiona a España desde 2010 para que reduzca a 18 meses la prestación por desempleo. La ayuda extra de los 400 euros ha costado 500 millones en seis meses y sólo ha servido para colocar a un 6% de sus 211.000 beneficiarios. Por eso, como publicó El Confidencial el pasado sábado, la prórroga de esa subvención que aprobará este viernes el Consejo de Ministros incluirá cambios drásticos con el fin de ahorrar en la factura del paro y dejar la ayuda sólo para los más necesitados.

Rajoy insiste en que las pensiones es “lo último que tocaría” en su lucha contra el déficit público pero en la factura del paro el Gobierno asegura que le queda mucho por hacer para perseguir el fraude y agilizar la colocación de los desempleados. Por ejemplo con la entrada de las empresas de trabajo temporal.

El Ejecutivo tiene por delante todo el mes de septiembre para trasladar al proyecto de presupuestos del Estado del próximo año la plasmación de todo tipo de medidas complementarias o de detalle para corregir el déficit público, tanto las previstas ya en Hacienda como las que puedan sugerir desde el Eurogrupo al Ministerio de Economía.

Mariano Rajoy se despidió el pasado día 3 en la Moncloa deseando “feliz verano, a quien pueda” y vuelve este lunes a su despacho “reconfortado” después de visitar Almonte para enfrentarse a los mismos problemas que dejó pendientes hace 17 días: la ayuda que tiene que pedir al fondo de rescate de la UE, la prórroga del subsidio de los 400 euros para los parados y la puesta en marcha del banco malo para sanear el sistema financiero. Han sido dos semanas sin mayores sobresaltos económicos ni políticos si se comparan con el pasado verano (cuando hubo que cambiar la Constitución) que al Gobierno le han servido para enfriar la crisis antes de seguir con el pulso con Bruselas y Berlín, no ya para evitar la intervención total a la griega, sino para negociar la parcial en condiciones razonables.

Mariano Rajoy Angela Merkel