Ana Botella: recoger menos días la basura en Madrid... pero sin rebajar la tasa

Tanto Calvo como la alcaldesa avalaron su declaración de intenciones asegurando que, actualmente, la tasa que los ciudadanos pagan anualmente no cubre el coste total del servicio. El consistorio recauda 156 millones de euros al año gracias a esta tasa, ocho menos que los que destina a sufragar el servicio. “Para que fuera obligatorio realizar una rebaja en la tasa de basura, tendríamos que dar por hecho que la actual tasa cubre el cien por cien del coste de la recogida, y no es así”, añade Calvo. De todas formas, los dos han insistido en que la reducción del servicio es una decisión que todavía “no se ha tomado”, y hacen hincapié en que, pase lo que pase, la calidad del servicio se mantendrá intacta.

Las reacciones no se han hecho esperar. Los ciudadanos fueron los primeros que ayer revolucionaron las redes sociales cuando oyeron las intenciones de Botella. Además de pedir una reducción del impuesto municipal, advirtieron de que esta medida “ensuciaría” las calles de Madrid, que “vería mermada la calidad de los servicios”. Francisco Jardón, presidente de la Asociación de Empresas de Limpieza Pública (Aselip), critica las maneras en las que la alcaldesa ha hecho estas declaraciones a través de un medio de comunicación, sin antes sentarse a hablar con las partes implicadas y medir las consecuencias de tomar una medida de estas características, sobre todo para la plantilla de unos 2.000 trabajadores, que casi con total seguridad sufriría despidos. “No se pueden dar las noticias con ese simplismo”, añade. Además, considera imprescindible medir “el nivel de ensuciamiento de una ciudad turística como Madrid”, que siempre ha presumido de tener un servicio de recogida de basuras “magnífico”.

Los tres grupos municipales de la oposición mostraron su negativa en bloque. Jaime Lissavetzky, el líder de los socialistas madrileños, recordaba que esta medida supondría un paso atrás en el tiempo “de casi veinte años”, ya que la recogida diaria de basura se instauró en 1994. Hasta entonces, los cubos de basura no se sacaban a las calle los días festivos. Además, Lissavetzky recuerda a Botella que la recogida de residuos la pagan los madrileños casi al 100% y pide que, si finalmente se reduce la frecuencia de la recogida de residuos, “se baje la tasa que pagamos todos”.

David Ortega, portavoz municipal de UPyD, considera que la noticia es consecuencia de “la mala gestión del ayuntamiento de Madrid, que ya afecta a servicios públicos básicos”. Para UPyD, hay otras partidas de las que se puede recortar sin tomar decisiones tan drásticas. “Por poner algún ejemplo, el número de altos cargos y directivos del Ayuntamiento, que creció un 17% en el periodo 2008-2011, el número de vocales vecinos, 25 por distrito, aventuras olímpicas, palacios como el de Cibeles que tienen un mantenimiento muy caro…”. El portavoz municipal de IU, Ángel Pérez, reivindicó su negativa a la medida anticrisis propuesta por el PP y aseguró que en ningún caso apoyará “mermas” de servicios al ciudadano “para pagar la deuda a los bancos”.

Modificar los pliegos

Otra de las medidas que Botella está estudiando es modificar los pliegos de condiciones para que, en lugar de que la empresa adjudicataria contrate a un número determinado de trabajadores, se establezca un pago por objetivos conseguidos, “independientemente del número de trabajadores o máquinas”. Esta medida proporcionaría un mayor beneficio a la empresa en el caso de que logre realizar el mismo servicio con menos personal. Un sistema que, según fuentes del consistorio, ya se aplica en los servicios de limpieza viaria que operan en el centro de Madrid.

La adjudicataria de los dos grandes contratos de recogida de basuras en que se divide el servicio del Ayuntamiento de Madrid es la empresa constructora y de servicios FCC. El del centro de la ciudad, que aglutina los distritos de Centro, Arganzuela, Retiro, Salamanca, Chamartín, Tetuán, Chamberí y algunas zonas de Fuencarral-El Pardo y Moncloa se lo adjudicó en octubre de 2011 para los próximos nueve años, con una previsión de facturación de unos 470 millones de euros. En las zonas periféricas, el contrato vence en 2013, por lo que su modificación sería más sencilla. Lo siete distritos objeto de la adjudicación generan anualmente más de 480 millones de kilos de residuos urbanos, cantidad que representan aproximadamente 1,25 kilos por habitantes y día.