La Fiscalía investiga a Laporta por gastos desmesurados en el Barça

La fiscalía de Barcelona investiga al ex presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, desde hace semanas como consecuencia de la denuncia presentada por un socio azulgrana sobre los gastos que había realizado la junta directiva durante los pasados años. Esta investigación se abrió como consecuencia de la denuncia de un socio del club barcelonés, molesto por los datos que habían trascendido de la due diligence que encargó la junta del nuevo presidente, Sandro Rosell. En ese informe afloraban gastos que consideraba desmesurados e incluso impropios. Tanto que realizó un escrito a los fiscales informándoles de los mismos y pidiendo que, como socio, es parte interesada en que se clarifique si dichos gastos están justificados o no.

Las investigaciones tratan de determinar, pues, dos cosas: la política de gastos con tarjetas de crédito y los dispendios en cuestiones de seguridad. Con la tarjeta de crédito del chófer -que también le hacía de escolta-, de nombre Eduardo, se gastaron más de 300.000 euros en restaurantes, locales nocturnos o viajes. En uno solo de los restaurantes barceloneses que frecuentaba Laporta, con una estrella Michelín, se dejó la friolera de unos 70.000 euros. La due diligence que Rosell encargó puso en evidencia también que sólo en el último año de mandato se habían cargado facturas de restaurantes por más de 260.000 euros. El ex presidente pasaba incluso copas de locales nocturnos de Barcelona. La famosa juerga en Luz de Gas, donde aparecía bañado en champagne, costó, según algunas fuentes, 7.000 euros al club. La juerga, pues, le puede salir cara.

Pero si se contabilizasen los viajes y los alojamientos en hoteles de medio mundo, la cifra se dispara hasta los 5,7 millones de euros. En ellos entrarían, por ejemplo, desplazamientos en jet privado y gastos suntuosos en Dubai o Londres, donde se pagaron facturas de hotel de varios miles de euros cada una. También se encuentra en esta partida el catering que Laporta encargaba para agasajar a los invitados del palco del Camp Nou y que, según los números de la auditora KPMG, se elevaron en la temporada 2009/2010 a 576.000 euros, es decir, a unos 20.000 euros por partido.

En cuestiones de seguridad, el FC Barcelona pagó más de 3 millones de euros durante los últimos años de la era Laporta. De ellos, una parte fueron facturados por Intelligence Bureau, una compañía de seguridad. Pero en este capítulo también tienen cierta relevancia los informes encargados para espiar a cuatro vicepresidentes que se postulaban en un momento de terminado para aspirar a la presidencia. Fue lo que el entonces director general, Joan Oliver, denominó auditorías de seguridad, que se encargaron a la agencia Método 3. Y, por si fuera poco, la seguridad privada del domicilio del ex presidente se elevó a más de 500.000 euros, ya que se hizo necesario reforzar la vigilancia debido a amenazas latentes del entorno de los boixos nois, o radicales del Barça.

Un desfile de directivos

Según ha podido conocer El Confidencial, hasta el momento han pasado a prestar declaración varios miembros de la última junta de Laporta, dos miembros de la actual y el ex chófer del máximo mandatario culé. Entre las personas que han pasado a declarar para determinar la naturaleza de los gastos se encuentran cuatro vicepresidentes del club que fueron espiados durante el último mandato de Laporta: Joan Franquesa, Jaume Ferrer, Joan Boix y Rafael Yuste. Pero también desfilaron por dependencias oficiales los dos vicepresidentes actuales responsables del área deportiva y del área económica, Josep Bartomeu y Xavier Faus respectivamente. Este mes de enero también fue a declarar el ex vicepresidente y actual presidente de la aerolínea Spanair, Ferran Soriano.

Aunque los ex vicepresidentes afirmaron que sí que vieron los informes que se hicieron sobre ellos, en el club no quedó constancia del trabajo realizado. Ni sobre estos vicepresidentes ni sobre otras investigaciones que, al parecer se hicieron. Tan sólo quedaron facturas, algunas con conceptos tan vagos como “informes electrónicos”. De ahí que se citase a los actuales responsables del club para conocer si el club tenía constancia de qué trabajos se habían realizado en materia de seguridad. Al parecer, la respuesta de los actuales vicepresidentes fue similar: no existe copia de ninguno de los informes que supuestamente se habían pagado con los casi 3 millones de euros destinados a estas tareas.

Según fuentes cercanas a las investigaciones, además de a los 4 vicepresidentes también se hicieron informes que afectaban a futbolistas, a periodistas y a socios. Además, fuentes cercanas a Sandro Rosell insisten en que el actual presidente también fue espiado. De hecho, se detectaron en dos ocasiones seguimientos realizados tanto a él como a su familia. De la época de estos seguimientos son algunas de las facturas con nombres genéricos.