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Ni una ni dos ni tres... hasta 19 variantes distintas para mantener la 'tradición' del dividendo
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LAS DISTINTAS FÓRMULAS DEL DIVIDENDO

Ni una ni dos ni tres... hasta 19 variantes distintas para mantener la 'tradición' del dividendo

España es un país de dividendos. Es un hábito adquirido por los accionistas, que ponderan la retribución entre las principales variables que consultan a la hora

España es un país de dividendos. Es un hábito adquirido por los accionistas, que ponderan la retribución entre las principales variables que consultan a la hora de invertir en una compañía; y es una costumbre de las empresas, que saben que la remuneración constituye un reclamo importante a la hora de atraer dinero. Se trata de una realidad tan arraigada que, a pesar de los tiempos de crisis, sigue ahí. Es más, incluso con más fuerza que antes del estallido de los problemas. Pero con un matiz notable: para remunerar al accionista, las cotizadas no se limitan a repartir una cantidad de dinero en metálico, sino que manejan hasta 19 variantes distintas. 

Es lo que se desprende del informe que presentó la semana pasada el Servicio de Estudios de Bolsas y Mercados Españoles (BME). "En España la rentabilidad que se ha obtenido por este concepto ha sido tradicionalmente elevada, en especial en los últimos años", confirma el trabajo. Y precisamente por la necesidad de mantener el nivel, las empresas se han adaptado con imaginación a sus propias circunstancias y al entorno actual. "En paralelo, la exigencia de desendeudamiento del grueso de las empresas cotizadas y la recapitalización del sector financiero han impulsado la proliferación de otras fórmulas de retribución alternativas a la distribución de parte de los beneficios en efectivo. La variante que más profusamente se ha utilizado en estos años ha sido la del dividendo elección o scrip dividend", destaca igualmente. 

La ampliación del abanico de posibilidades es la que permite que la bolsa española aún pueda presumir de sus remuneraciones. En 2012, el conjunto de las retribuciones ascendió a 27.153,3 millones de euros, por debajo de los más de 33.000 millones de los excepcionales 2009 y 2011, pero superior a los 23.084 millones de 2006 y casi cuatro veces más que en el año 2000. De este modo, y tal como destacan desde BME, se prolonga la tradición de que las empresas españolas elevan los dividendos en épocas de crisis o dificultades financieras, como ya ocurrió a finales de los 80, comienzos de los 90 y tras el pinchazo de la burbuja tecnológica. Otro dato elocuente del protagonismo de la retribución en la bolsa española: actualmente, su rentabilidad por dividendo supera el 7%, cuando en Alemania y Francia oscila entre el 3 y el 4%, y en Estados Unidos ronda el 2%. Y, por supuesto, ese rendimiento supera el interés que ofrece la deuda española a 10 años, inferior al 5%. 

La influencia del 'scrip'

En esas cifras desempeña un papel creciente el scrip dividend, es decir, la fórmula que da opción para elegir entre cobrar en efectivo o en acciones. El año pasado se produjeron 21 casos de scrip dividend, nueve más que en 2011 y un incremento sustancial desde el único caso registrado en 2009. 

Este camino fue abierto en 2009 por Banco Santander. El responsable de relaciones con inversores de la entidad, Ángel Santodomingo, aseguró en unas jornadas sobre dividendos organizadas por El Nuevo Lunes y Bolsas y Mercados Españoles (BME) que dieron ese paso para responder a una "demanda de los accionistas". Santodomingo aseguró que, por el momento, el banco seguirá con su estrategia de mantener sus cuatro entregas anuales bajo el formato de scrip dividend

A las empresas, la alternativa del scrip les otorga la ventaja de mantener la remuneración sin que eso les obligue a realizar un desembolso en efectivo, ya que pueden hacerlo en acciones. Además de Santander, otras de las cotizadas que han recurrido al dividendo elección en los últimos años han sido BBVA, CaixaBank, Popular o Iberdrola. En cuando a los inversores, esta fórmula, como las restantes definidas por BME, les complica la decisión. Por ello, a la hora decidir por las opciones que se ofrecen, aconsejan estudiar las características de cada propuesta, sobre todo en lo que corresponde a los efectos fiscales de cobrar en efectivo o acudir a cualquiera de las vías ofrecidas en los scrip

España es un país de dividendos. Es un hábito adquirido por los accionistas, que ponderan la retribución entre las principales variables que consultan a la hora de invertir en una compañía; y es una costumbre de las empresas, que saben que la remuneración constituye un reclamo importante a la hora de atraer dinero. Se trata de una realidad tan arraigada que, a pesar de los tiempos de crisis, sigue ahí. Es más, incluso con más fuerza que antes del estallido de los problemas. Pero con un matiz notable: para remunerar al accionista, las cotizadas no se limitan a repartir una cantidad de dinero en metálico, sino que manejan hasta 19 variantes distintas.