El Gobierno prepara medidas para ‘desbancarizar’ la economía y salvar a las pymes

Lo reconoció el presidente Mariano Rajoy en su balance del primer año del Gobierno: el principal problema de la economía para iniciar la recuperación es la falta de financiación de las pymes. Con ese objetivo -lograr que la liquidez vuelva a engrasar el sistema económico-, el Gobierno ultima una serie de medidas para facilitar la financiación de las pequeñas y medianas empresas. O lo que es lo mismo, se trata de ‘desbancarizar’ la economía española, ahora demasiado dependiente de las entidades de crédito a la hora de conceder préstamos u otras formas de financiación de la actividad productiva.

Los instrumentos que maneja el Gobierno son, por un lado, crear un auténtico mercado de pagarés de empresa, para lo cual se está negociando con la sociedad Bolsas y Mercados Españoles (BME), donde se podrían descontar los pagarés que hoy no aceptan los bancos o lo hacen con un alto coste. Por otro lado, el Gobierno está estudiando la creación de nuevos instrumentos que permitan a las pymes operar con la garantía de Estado, lo cual se considera clave para dinamizar la actividad económica. Al mismo tiempo, se quieren impulsar las sociedades de garantía recíproca, un instrumento en manos de las comunidades autónomas que no acaba de arrancar con toda su potencialidad. En paralelo, el Ministerio de Economía está apostando fuerte por los créditos del ICO destinados a las pymes, alrededor de 22.000 millones de euros para 2013 destinados a autónomos y pequeñas y medianas empresas.

El resultado de esta ‘bancarización’ de la economía española es letal. No existen mecanismos de financiación empresarial que aporten un flujo continuado de recursos, lo que supone una dificultad adicional con que se enfrentan las empresas españolas en un contexto recesivo. Con el añadido de que en plena reestructuración financiera, las entidades -volcadas en restaurar sus niveles de solvencia- no pueden destinar fondos a financiar la actividad productiva. A esto hay que añadir que el sector público se come buena parte del crédito para financiar sus elevados déficits fiscales, el llamado efecto crowding out, que supone la expulsión de los agentes económicos privados de la financiación.

En palabras del secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre,  se trata de caminar en un proceso de ‘desintermediación financiera’. Y en concreto, según ha escrito el propio Latorre en un artículo publicado por el ICO,  “el trabajo ahora se centra en lograr impulsar fuentes de financiación propia y ajena para los emprendedores y empresarios con capacidad de crecimiento”.

Impulsar el mercado alternativo

Este impulso se concretará en un plan de impulso a la intermediación financiera no bancaria que incluirá diversas medidas. En primer lugar, apoyo a la financiación vía emisiones de deuda de empresas no financieras, simplificando y aumentando la transparencia de los requisitos de cotización en mercados regulados (actual AIAF), y apoyando la creación de un mercado alternativo de renta fija dirigido a medianas empresas donde podrán negociar pagarés de empresas.

Igualmente, se facilitará la cotización en mercados de renta variable, y especialmente la movilidad entre el mercado alternativo bursátil y la Bolsa, al tiempo que el Gobierno pretende reforzar el sistema público de avales y garantías a través de la Compañía Española de Reafianzamiento (Cersa), una entidad pública dedicada a la cobertura parcial de riesgos.

Ya en los Presupuestos Generales del Estado para 2013 se han previsto 13 millones de euros para la ampliación de capital de Cersa y otros 32 millones de euros para provisiones técnicas.

En la misma dirección, el Ministerio de Economía también plantea medidas de apoyo a la empresa a través de instrumentos de capital riesgo, tanto para “proyectos en fase de idea” como para empresas “de reciente creación”.

Lo reconoció el presidente Mariano Rajoy en su balance del primer año del Gobierno: el principal problema de la economía para iniciar la recuperación es la falta de financiación de las pymes. Con ese objetivo -lograr que la liquidez vuelva a engrasar el sistema económico-, el Gobierno ultima una serie de medidas para facilitar la financiación de las pequeñas y medianas empresas. O lo que es lo mismo, se trata de ‘desbancarizar’ la economía española, ahora demasiado dependiente de las entidades de crédito a la hora de conceder préstamos u otras formas de financiación de la actividad productiva.