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Tito Rabat, una joya de campeones que ha sido pulida en Almería
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SU MUNDIAL DE MOTO2, DEDICADO A SU MADRE CUCA

Tito Rabat, una joya de campeones que ha sido pulida en Almería

A falta de una carrera, Tito Rabat ya es campeón del mundo de Moto2. Un título trabajado en el circuito de Almería y con nombre propio: Cuca Rabat, su madre

Foto: Tito Rabat besa su casco en el podio tras proclamarse campeón del mundo de Moto2 (Efe).
Tito Rabat besa su casco en el podio tras proclamarse campeón del mundo de Moto2 (Efe).

El diamante es el material natural más duro que se conoce y, quizás, la comparación con Tito Rabat se queda corta. El piloto del Marc VDS se ha proclamado campeón del mundo de Moto2 levantando un título que se ha ganado carrera a carrera. Malasia ha sido el colofón, pero lo cierto es que nadie ha sido capaz de apear a Tito de lo más alto de la clasificación: ha sido líder de principio a fin. Una temporada redonda que necesitaba el mejor de los broches. Y éste no lo ha encontrado en las joyerías que posee su familia sino en Sepang. El trabajo tiene su recompensa y ésta pasa por formar parte del Olimpo de los campeones, un lugar al que sólo acceden los mejores, allí donde le esperaba su amigo Marc Márquez. Un sitio en el que poder celebrar un título que tiene nombre propio: Cuca Rabat.

Si hubiera que elegir una palabra para definir la temporada de Tito podría ser cualquiera de las siguientes: esfuerzo, pundonor, constancia… “Es el triunfo del trabajo. Hay gente a la que le es más fácil y a mí me resulta más difícil, pero hay que tener también el talento. Es cierto que yo voy más de trabajo que de talento”, comentaba el propio Rabat. La lista se antoja interminable cuando se trata de hablar de un piloto que ha impuesto su ritmo a lo largo de 17 carreras. Ni el empuje de su compañero de equipo, Mika Kallio, ha logrado que el catalán se tambalease. Y es que si ha habido un comentario que se ha repetido en los paddocks de todo el Mundial ha sido el de “es imparable, está intratable”.

Y es que el podio ha sido el lugar habitual en el que se ha movido Tito Rabat después de cada carrera: en siete ocasiones ha sido el primero en ver la bandera de cuadros mientras que ha sido segundo un par de veces y tercero en cuatro carreras. Se ha quedado fuera del podio en cuatro citas firmando tres cuartos y un octavo. No ha sido fácil ganarse el respeto y admiración pues Moto2 es una categoría que exige un tremendo trabajo y no permite despistes. La igualdad impera, la monotonía absorbe a los pilotos y destacar se convierte en un nudo difícil de deshacer que Tito ha resuelto con la sabiduría de un viejo lobo de mar.

En Sepang, Tito Rabat se ha tatuado a fuego el número uno y será el primer piloto que defienda la vitola de campeón en Moto2 desde que existe la categoría como tal. Un título en el que hay varias claves, pero dos destacan por encima del resto: Eva Molleja y Almería. A primera vista parece que nada tiene que ver una cosa con la otra, pero son dos pilares básicos de un Tito al que le llegaron a cuestionar su talento comparado con otros nombres del Mundial. El barcelonés tiene madera y la ha pulido en el sur de España. Con permiso de su Barcelona natal, el Circuito de Almería se ha convertido en su casa: “Allí siempre he encontrado la calma. Estoy tranquilo y me evado de todo”.

Cuando entró a formar parte del Marc VDS, su carrera comenzó a cambiar. En un determinado momento también se mostró crítico con los que dijeron que el cambio de equipo era un error al asegurar que desde su punto de vista “ha sido un acierto total. Vi un interés que no había visto por mí. No veía que fuera a haber un cambio, hicieron ofertas más grandes a otros pilotos y yo pensé que me iban a tener otra vez como el segundo que era. No me sentía como aquí. También ha habido un cambio de calidad por mi parte. Cuando tú cambias la gente también lo hace”.

Sabiendo que todos los días, a primera hora de la mañana, tenía a su entera disposición el trazado almeriense para dibujar veinte vueltas por sesión, el equipo belga puso a su disposición una Kalex y un mecánico para que la comunión con la Kalex fuera perfecta, El resultado salta a la vista. Con el respaldo de un equipo que cuenta con una estructura internacional y el talento innato de Tito Rabat, tocaba cultivar otro de los puntos claves y básicos de un piloto: la mente. Y ahí es donde entró en escena Eva Molleja, su psicóloga. Paso a paso, fueron quemando etapas: primero dieron estabilidad emocional al piloto tras perder a su madre para después pasar a las motivaciones. Con los primeros objetivos conseguidos, tocaba preparar la cabeza de Tito para competir y tener confianza en sus posibilidades y, finalmente, para saber gestionar la presión de ser el gran favorito.

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Rabat ha respondido a las expectativas puestas sobre él ganando un título que tiene nombre propio: Cuca Rabat. “Está claro que es para mi madre. Me ha dado fuerzas todos los días, no ha habido ni un solo día en que no dejara de pensar en ella. Yo le dije que lo iba a ganar y ya lo he hecho. Seguro que estará contenta. La llevo siempre conmigo”. Fueron las primeras palabras que Tito pronunció tras proclamarse campeón del mundo. En su cabeza, el perenne recuerdo de su madre que falleció hace dos años y medio después de no poder superar un cáncer.

Un duro golpe para el piloto barcelonés que hace un año y medio, en Jerez, pudo rendirle un merecido homenaje cuando, por primera vez, se subió a lo más alto del podio en Moto2. Aquel gran premio coincidía con el Día de la Madre y no pudo ser más especial. Igual que el detalle que este domingo Tito tuvo con Cuca, a la que dedicó su primer Mundial, la persona que confió ciegamente en su hijo, la que le brindó su apoyo arrastrando a una familia en la que la joyería es la manera habitual de ganarse la vida. Tito quiso marcar las diferencias y lo ha conseguido de la mejor manera posible: siendo campeón del mundo.

El diamante es el material natural más duro que se conoce y, quizás, la comparación con Tito Rabat se queda corta. El piloto del Marc VDS se ha proclamado campeón del mundo de Moto2 levantando un título que se ha ganado carrera a carrera. Malasia ha sido el colofón, pero lo cierto es que nadie ha sido capaz de apear a Tito de lo más alto de la clasificación: ha sido líder de principio a fin. Una temporada redonda que necesitaba el mejor de los broches. Y éste no lo ha encontrado en las joyerías que posee su familia sino en Sepang. El trabajo tiene su recompensa y ésta pasa por formar parte del Olimpo de los campeones, un lugar al que sólo acceden los mejores, allí donde le esperaba su amigo Marc Márquez. Un sitio en el que poder celebrar un título que tiene nombre propio: Cuca Rabat.

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