Gasol, el líder silencioso sueña con conducir a España al oro olímpico

Esos que presumen de ser líderes muchas veces se equivocan o malgastan su energía. Para arrastrar a compañeros, empleados o una simple pareja no hace falta gritar, dar voces o gestos que terminan dejando en evidencia a más de uno. Así, casi en silencio y alzando la voz sólo sobre la pista, Gasol ha llegado a su segunda final olímpica consecutiva. Portó la bandera en la inauguración y la volverá a llevar hoy cuando en el O2 Arena pelee por le oro de los Juegos ante Estados Unidos. Se vio fuera, lejos del partido que llevaba esperando cuatro años. Levantó la cabeza, hizo lo mismo con la de sus compañeros y sin gritar lo dijo bien claro cuando España estaba más fuera que dentro de la final, coincidiendo con el descanso. “Aquí hemos venido a estar en la final y así no vamos a ninguna parte. Tenemos que ser nosotros mismos”. Era Pau en estado puro.

El ya confirmado jugador de los Lakers para los próximos meses avisó en público días antes, pero tuvo que ser cuando lo dijo a la cara de los compañeros para que reaccionaran y tuvieran la oportunidad de volver a jugar por el oro con el poco menos que inaccesible Estados Unidos. Así es el mejor jugador de la historia del baloncesto español, uno de los cinco mejores del mundo, tal y como dice el entrenador de Estados Unidos. Scariolo sabe que es el líder y se apoya en él para conseguir un éxito que también es del italiano.

El camino que se quedó atrás está lleno de dudas, de momentos delicados, de poco baloncesto, marcado por la derrota ante Rusia de la primera fase, las habladurías que pedían una dulce derrota ante Brasil para evitar a Estados Unidos y la lesión de Navarro, más importante de lo que la gente puede llegar a creer. El capitán es vital, decisivo en este equipo y el que lo dude que le mire como se dirige de un aro a otro poco menos que a la pata coja, buscando el consuelo a la hora de pisar el suelo casi de puntillas.

La verdadera España sólo ha aparecido veinte minutos, los que van del catastrófico 20-31 del descanso ante Rusia al final del partido ante Kirilenko y compañía. En ese tiempo Pau ejerció de líder, Calderón de director de juego capaz de anotar y marcar el ritmo que más conviene a su equipo, Rudy se volvió atrevido, Marc soltó el lastre que no le ha dejado moverse durante el resto de los Juegos y Felipe Reyes demostró que con valor se puede llegar a lugares imposibles. Esa aparición valió el pase a la final, uno de los acontecimientos de estos Juegos sin ninguna, tal y como demuestra que haya sido declarado por la organización como de ‘alta demanda’.

El Dream Team arrastra afición y mucha prensa. Tras la natación y el atletismo son la tercera atracción de los Juegos, por encima de cualquier otro deporte. Sebastians Coe soñaba con la repetición de Pekín y aquí la tiene. Para ello ha cedido en muchas de las peticiones de los NBA, pero dice que ha merecido la pena. La foto del partido quedará para la historia, pero José Luis Sáez lo tiene claro: “No hemos llegado a la final para hacernos la foto y marcharnos a casa. Venimos a competir, a luchar, a pelear por el oro”. El presidente de la federación respeta al rival, pero defiende lo suyo. “Ya sé que están Durant, Bryant, Anthony, Love… pero nosotros tenemos a Pau, Calderón. Marc…”.