Marina García se exige la final en 200 braza en su estreno como olímpica a los 18 años

Marina García (18 años) se estrena hoy en la piscina olímpica. De la pequeña del equipo español dicen que está llamada a ser la que siga los pasos de Mireia Belmonte en los próximos Juegos. Ella quiere que la tranquilidad le acompañe por el momento e ir paso a paso. El primero lo debe dar en la calificación en la prueba de los 100 metros braza. "Siempre me ha gustado más la prueba de los 200 braza, pero no voy a desaprovechar la oportunidad de nadar el 100". Lo suyo ha sido vocación por la natación, tanto suya como familiar. "De muy pequeña mis padres me apuntaron a unos cursillos y me gustó. Un entrenador me vio cualidades, entrené y aquí estoy".

Con los 18 años recién cumplidos no llega a Londres con la única idea de competir. Quiere más. "En 200 quiero mejorar mi maca y la final. Eso de competir sin más no va conmigo. Esto es muy duro como para pensar en no hacer las cosas bien. La natación es muy sacrificada, pero te engancha para momentos como éste", Marina disfruta con lo que hace. "Hago lo mismo desde niña y me gusta. Entreno, estudio, duermo en la residencia del CAR durante la semana. Es como mi segunda familia. Te tiene que gustar, eso sí".

"Uno, dos minutos como máximo que valen para evaluar el trabajo de cuatro años. Siete, ocho horas diarias de entrenamiento para un momento. Así es nuestra vida, pero me gusta. Veo a Erika, Rafa, Mireia y veo que ellos han triunfado y eso me motiva para seguir", comenta horas antes de tirarse a la piscina, la misma que vio ayer como Phelps perdía su primera final olímpica. Campeona de Europa júnior, no se conforma con ese logro, demostrando ambición y no tener miedo a nada. "No creo que ese sea  mi tope. Tengo una final. Ya me quedé novena en el Mundial y si ahora mejoro..." El listón está situado en 2:24' 83, conseguidos hace poco más de un mes en Barcelona.

Marina, como el resto de nadadores, pasa más tiempo con su entrenador, José María del Castillo, que con su familia. "Tenemos piques, pero los lógicos del entrenamiento. Nada más. La relación tiene que ser así". "Es exigente al máximo", afirma el técnico de una nadadora que no ha venido a Londres a competir. "Quiero la final del 200 braza". Pues bien, hoy calentará en los 100 a la espera de su prueba favorita que tendrá lugar el próximo miércoles.