El Barcelona demuestra al Real Madrid que 'tirar' de talonario sin control no es sinónimo de éxito

Barcelona y Real Madrid son los dos grandes dominadores del fútbol español. Desde modelos antagónicos, ambos clubes buscan el mismo objetivo: convertirse en el mejor equipo de Europa. El poder de sendos equipos les permite tener margen de maniobra para gestionar el club de la manera más oportuna, pero mientras los azulgranas tienen una política definida desde hace un lustro, los blancos siguen 'tirando' de talonario en busca de la supremacía.

Desde que Pep Guardiola llegara al banquillo del primer equipo del Barcelona, la idea de que la base de la plantilla la marcaran los jugadores de la cantera cuajó en el equipo. Por si fuera poco, la espectacular primera temporada del técnico de Santpedor en el conjunto azulgrana hizo el resto: ganar seis títulos en su primer curso con once canteranos en su plantilla le dio la razón, dando lugar a un Barça de la casa que ha continuado una exitosa senda.

El Barça ha mantenido su bloque con jugadores como Leo Messi, Xavi Hernández, Carles Puyol, Víctor Valdés o Gerard Piqué y su importancia es clave para entender los éxitos recientes del conjunto culé. La cantera -en unos casos ascendidos directamente desde el filial, en otro repescados- es el pilar de un equipo que ha dejado su sello en el fútbol moderno, y los grandes desembolsos sólo se han llevado a cabo para complementar un exitoso bloque.

Los azulgranas han estructurado su equipo en torno a la cantera, apuntalándolo con fichajes. Pero los hombres de fuera no siempre han funcionado: mientras nombres como David Villa, Adriano Correia, Javier Mascherano, Alexis Sánchez, Cesc Fábregas o Jordi Alba han funcionado, otros como Zlatan Ibrahimovic, Dmitro Chigrinskiy, Keirrison de Souza o Ibrahim Afellay han fracaso estrepitosamente, teniendo que dejar el club por al puerta de atrás.

En las últimas cinco temporadas, en las que el modelo de cantera se ha impuesto en el Barcelona, los azulgrana han sumado un total de 12 títulos. En el mismo período de tiempo, el Real Madrid sólo ha podido levantar 3 trofeos, en un equipo sometido a constantes cambios de nombres y jugadores. En el club blanco, la continuidad brilla por su ausencia, y las numerosas contrataciones para hacer un equipo ganador no han surtido demasiado efecto.

Mucho fichaje y poca estabilidad deportiva

Por el contrario, el Real Madrid pronto notó una gran diferencia deportiva con el conjunto culé, y ante la falta de oportunidades de los jugadores de la casa, la directiva decidió apostar por fichar jugadores de fuera del club que reforzaran las carencias del equipo. Así, el número de jugadores que han llegado desde otros conjuntos es importante: el Madrid ha fichado a 25 jugadores en cinco temporadas por los 14 que ha contratado el Barcelona.

Desde 2009, el conjunto madridista se ha gastado casi 500 millones en reforzar a su equipo, con especial predilección por contratar a centrocampistas. Así, Xabi Alonso, Esteban Granero, Ángel di María, Pedro León, Mesut Özil, Sami Khedira, Sergio Canales, Nuri Sahin, José Callejón, Hamit Altintop, Luka Modric, Michael Essien, Casemiro e Isco han sido fichados en sólo cinco campañas... y el próximo en caer será Asier Illarramendi.

Florentino Pérez parece haber dado un giro a su política de fichajes de cara a la próxima campaña. La 'españolización' del club es una evidencia, conseguida a través de jóvenes valores que puedan 'echar raíces' en el conjunto madridista. El presidente blanco se ha dado cuenta de la necesidad de hacerse con una plantilla que dé estabilidad al equipo a través de su continuidad, y se ha lanzado a por el fichaje de jugadores con recorrido pero que ya son una realidad.

El conjunto azulgrana ha demostrado a los blancos que la continuidad de un proyecto tiene éxito. Mantener una base a lo largo de los años, compensada por jugadores de fuera, termina por hacer un equipo competitivo mientras que llevar a cabo cambios radicales cada temporada no suele ser una política acertada. El 'talonario' se ha convertido en el enemigo de una cantera que ha demostrado que puede ser importante en los éxitos de un club.