Bielsa: del "millonarios prematuros" a construir "Las Vegas" para su plantilla

Tras filtrarse el pasado miércoles el grueso de la interesante charla con la que Marcelo Bielsa dio por cerrada la temporada pasada, se añadió mayor zozobra a la convulsa actualidad que vive el Athletic. Estas palabras, que como destacó después el presidente Josu Urrutia nunca debieron salir de los cuatro muros del vestuario, convirtieron la calificación de sus jugadores por parte del entrenador como "millonarios prematuros" en el matiz más comentado de esta nueva polémica. Por eso tiene relevancia recordar ahora que lo primero que hizo Bielsa nada más despedirse de su plantilla fue precisamente comenzar a trabajar en las mejoras de las comodidades de esos a los que, tras perder la Copa del Rey ante el Barcelona, recriminó "no preocuparse por lo que va a pasar porque todos tienen todo resuelto".

En palabras de una persona muy próxima al técnico argentino consultada por este diario, una vez decidida su continuidad, Bielsa se obsesionó con crear nuevos incentivos para sus hombres. "Tras perder con claridad dos finales, lo que empañó el resto de la temporada, Marcelo consideró que para conseguir motivar de nuevo a sus jugadores era primordial que cuando volviesen de las vacaciones tuvieran Las Vegas en Lezama…", explicaba la fuente usando un sarcástico símil con las comodidades y lujos por los que son famosos la multitud de hoteles que hay en la ciudad del juego norteamericana. 

De ahí las exigencias de Bielsa al club antes de renovar contrato para que reformase las instalaciones de la ciudad deportiva rojiblanca, incluyendo la petición de habilitar un lugar para la residencia del técnico y otro para el ocasional descanso de la plantilla. Y de ahí su posterior altercado con un jefe de obra al entender que las remodelaciones se estaban haciendo tarde y mal. Polémica que a punto estuvo de ocasionar la salida del entrenador antes de empezar incluso la pretemporada. Esa fue precisamente la primera de varias crisis de un curso que de momento no marcha, ni mucho menos, con la tranquilidad y entusiasmo que caracterizó el anterior. 

Mucho se podría debatir sobre las acusaciones del técnico sudamericano a sus futbolistas y sobre el mal que hace el dinero y la fama en este tipo de jóvenes deportistas. Pero sin meterse en estas discusiones, sí es destacable que el propio acusador sea quien entienda que la mejor motivación fuera aumentar el bienestar de sus acusados. El propio Bielsa se encargaba de explicar los motivos en la rueda de prensa que tuvo que ofrecer tras el enfrentamiento el julio pasado con el responsable de las obras de Lezama.

 

"Antes de exigir, pensé en mejorar las condiciones"

Marcelo dijo entonces que "después de las dos finales yo sentí una profunda vergüenza por no conseguir que el equipo compitiera cuando tenía las herramientas para hacerlo y creí que nos falta madurar un poco más, pero antes de exigir más a los jugadores pensé mejorar las condiciones de trabajo para parecernos cada vez más a los grandes equipos del mundo. Se puede pensar que es un matiz chiquito, pero los matices pequeños sirven para reconstruir lo que se desmoronó en las dos finales".

La exigencia extrema y constante de Bielsa es una de las características de él como entrenador y persona. Muchos que estuvieron a sus órdenes aseguran que raya la obsesión en este sentido. Por ello, otros tantos opinan que el estilo del rosarino va más con selecciones nacionales que con clubes porque, aparte de que en aquellas puede elegir más ampliamente el tipo de jugador que quiere para aplicar su minuciosa y exclusiva idea de juego, el contacto con el jugador se reduce a concentraciones cortas y ocasionales. Así se rebaja considerablemente el desgaste que puede sufrir la relación que tenga con algunos miembros de una plantilla de club, obligados a aguantarse más de diez meses seguidos.