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La voracidad de Diego Costa descompone al Manchester City de Guardiola
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fue mejor el city, pero remontó el chelsea

La voracidad de Diego Costa descompone al Manchester City de Guardiola

A Pep Guardiola a veces le pasan estas cosas. Dominó el partido de principio a fin, creó innumerables ocasiones, pero apareció Costa para sacar de quicio al Kun y a Fernandinho

Foto: Costa señaló el brazalete en honor al Chapecoense tras marcar su gol (Jason Cairnduff/Reuters).
Costa señaló el brazalete en honor al Chapecoense tras marcar su gol (Jason Cairnduff/Reuters).

La preferencia hacia el jugador español en Inglaterra no deja de sorprender. Es normal que haya un buen número de jugadores españoles en los grandes equipos, pero choca incluso aún hoy que en el duelo por el liderato de la Premier League hubiese siete titulares, casi el doble de los futbolistas nacionales que estaban jugando desde el inicio del Granada-Sevilla. Y en el Etihad, todos estuvieron especialmente bien. Todos, del primero al último. Incluido Fàbregas, que aunque ya casi parecía que era un jugador medio retirado, que no contaba para Antonio Conte, jugó los 90 minutos ante el Manchester City, dio un pase de gol, lanzó la contra del siguiente y su alianza con Costa alejó al Chelsea en la cabeza de la clasificación.

Foto: James Rodríguez, en el banquillo del Real Madrid durante un partido de Champions. (EFE)

A Pep Guardiola a veces le pasan estas cosas. Hay días, como este sábado, que las circunstancias contextuales hacen que tenga una gran trascendencia, pues se aleja a cuatro puntos del líder, pero en otras ocasiones, los fallos son terminales y suponen eliminaciones dolorosas en Copa de Europa, lo cual, no nos engañemos nunca, siempre será su único objetivo real de aquí hasta que se retire. Ocurrió lo mismo que le hemos visto en el Barça y en el Bayern: dominó el partido de principio a fin, lo cual se da por supuesto, lo que no es tan seguro es que la posesión se materialice en ocasiones claras de gol. En este caso, esto sí se produjo constantemente.

Un río de oportunidades que se sucedieron entre los últimos veinte minutos del primer tiempo y toda la segunda parte, justo hasta la inesperada reacción del Chelsea mediada la reanudación. Un partido de época que se decidió en tres contragolpes. ¿De época? No iban vestidos con trajes de gala dignos del Salón de los Espejos, sino que se disponían ambos conjuntos con tres centrales, una táctica que era propia de otras décadas anteriores y que ha vuelto con fuerza al fútbol de élite. Pero tres centrales utilizados de manera diversa por la diferente intención de cada conjunto: el Chelsea se replegaba en un claro 5-4-1, mientras que el City prácticamente nunca defendió con más de tres, lo cual le costó la victoria, ya que sus centrales, salvo Kolarov, están negados en el repliegue rápido.

El modo de juego del City es similar a la tradición 'guardiolista', pero con sus matices. Lo que no cambia es el apoyo sobre la calidad de un jugador por encima del resto, y este es Silva. Amo y señor durante unos 45 minutos, gestionó jugadas soberbias, como un pase para enamorarse a Sané que acabó con un disparo a bocajarro de Agüero sobre el cuerpo de Azpilicueta, único muro ante la red, con Courtois ya batido. Abrió Silva a Navas para que la colgase, como esos extremos de antes que tanto han enamorado a Guardiola en Alemania. Cahill despejó hacia su portería. Un gol sin querer, y tantos otros que no entraron cuando todos 'skyblues' lo deseaban.

Falló De Bruyne, falló Agüero, no falló Diego Costa. Qué rendimiento está sacando Antonio Conte del delantero internaiconal español. Escandaloso partido el suyo. Estos son los partidos que más disfruta él, los que tiene que pelear contra el mundo y comérselo de un bocado. Era un balón medido el de Fàbregas, pero no dejaba de ser una moneda al aire. Con Costa, que salga cara es más probable. No dio opción primero a Otamendi para robar y después a Bravo para parar. Fue él, después, el que habilitó a Willian para el 1-2 y ya, con el hispano-brasileño mirando desde el banquillo, descansando como 'Man of the match', Hazard puso el 1-3 definitivo. No hubo reacción en el City. Bueno sí, pero no positiva. La hubo por parte del Kun, que fue expulsado y se enfrenta a una durísima sanción por una entrada salvaje sobre David Luiz, que provocó una tangana que acabó con Fernandinho agarrando tres veces del cuello a Cesc y, por tanto, viendo también la roja. Surge la curiosidad... ¿cómo reaccionará Pep?

La preferencia hacia el jugador español en Inglaterra no deja de sorprender. Es normal que haya un buen número de jugadores españoles en los grandes equipos, pero choca incluso aún hoy que en el duelo por el liderato de la Premier League hubiese siete titulares, casi el doble de los futbolistas nacionales que estaban jugando desde el inicio del Granada-Sevilla. Y en el Etihad, todos estuvieron especialmente bien. Todos, del primero al último. Incluido Fàbregas, que aunque ya casi parecía que era un jugador medio retirado, que no contaba para Antonio Conte, jugó los 90 minutos ante el Manchester City, dio un pase de gol, lanzó la contra del siguiente y su alianza con Costa alejó al Chelsea en la cabeza de la clasificación.

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