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La Roja logra que Mariano Rajoy quede por encima de Angela Merkel
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AVENTURÓ LA VICTORIA ESPAÑOLA A HOLLANDE

La Roja logra que Mariano Rajoy quede por encima de Angela Merkel

Mariano Rajoy no quería ser menos que su colega Angela Merkel que, un mes y medio atrás, tuvo la ocasión de sentarse primero en el Elíseo

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La Roja logra que Mariano Rajoy quede por encima de Angela Merkel

Mariano Rajoy no quería ser menos que su colega Angela Merkel que, un mes y medio atrás, tuvo la ocasión de sentarse primero en el Elíseo para, después, compartir palco del Stade France junto a François Hollande, presidente de la República gala y anfitrión durante todo el día de la comitiva presidencial española. Si en la cumbre estuvieron de acuerdo, en el tema del fútbol para nada. Uno buscaba y quería el empate, como su selección. Claro está hablamos de Hollande que debió intercambiar algún mensaje con Deschamps, no sobre depósitos y sí de táctica. Y es que el presidente apostó por el empate sabiendo lo que iba a ser su país al que, por momentos, le faltó colgarse del larguero. Rajoy creyó en el triunfo desde el principio y hay que decir que si la España futbolística va bien algo tiene que ver el presidente. Le avalan títulos y victorias heroicas como las de ayer. Así se llegó a Sant Denis, convencido del éxito nacional, algo de lo que también estaba el verano pasado en Kiev. Miren como terminó.

Ocho meses atrás, y con la amenaza del rescate presente, Rajoy tuvo a bien dejarse caer por Gdansk para seguir en directo el partido inaugural de la Eurocopa para España. Italia se adelantó y el gol de Cesc logró que el presidente del gobierno se levantara de su asiento, alzando el puño, gesto que fue criticado por el momento social y económico que atravesaba España. Ayer, hasta tenía otra cara. Mejor, la verdad. Era otro. No se movió mucho, quizás por el frío o por respeto a Hollande. Antes del partido posó con la camiseta gala mientras le decía lo que iba a pasar en el partido a su colega. Eso sí, reclamó el penalti a Pedro como lo hicieron los otros 3.000 españoles que estaban en Saint-Denis. Estaba convencido de la presencia de España en Brasil, como en junio estaba seguro del éxito español en la Eurocopa, algo que avisó al resto de presidentes de gobierno de la Eurozona.

El que también se encontraba por el palco, además de las delegación gubernamental con Moragas a la cabeza, era Iker Casillas. El portero no vino a París para poner en duda las decisiones del Eurogrupo. Su viaje hasta la capital francesa tenía también una misión diplomática, para hacer grupo, para tirar del carro en un momento comprometido y para actuar de pegamento dentro del bloque de la Selección que volvía a resquebrajarse aunque todo parece estar controlado. Alejandro Blanco también quiso acompañar a su amigo Villar en el partido más complicado de los últimos años para la selección española.

Zinedine Zidane, última gran referencia del fútbol galo, se encontraba en la zona noble. A su lado Carlo Ancelotti, técnico con el que compartió vestuario en la Juventus y que ahora figura en la lista de posibles dueños del banquillo madridista. Incluso se relaciona a Zizou con el futuro del todavía entrenador del PSG. El exjugador madridista está sacándose el título de entrenador en Francia y parece decidido a hacerse cargo de un juvenil aunque los últimos rumores apuntan a una sociedad con Ancelotti. 

Mariano Rajoy no quería ser menos que su colega Angela Merkel que, un mes y medio atrás, tuvo la ocasión de sentarse primero en el Elíseo para, después, compartir palco del Stade France junto a François Hollande, presidente de la República gala y anfitrión durante todo el día de la comitiva presidencial española. Si en la cumbre estuvieron de acuerdo, en el tema del fútbol para nada. Uno buscaba y quería el empate, como su selección. Claro está hablamos de Hollande que debió intercambiar algún mensaje con Deschamps, no sobre depósitos y sí de táctica. Y es que el presidente apostó por el empate sabiendo lo que iba a ser su país al que, por momentos, le faltó colgarse del larguero. Rajoy creyó en el triunfo desde el principio y hay que decir que si la España futbolística va bien algo tiene que ver el presidente. Le avalan títulos y victorias heroicas como las de ayer. Así se llegó a Sant Denis, convencido del éxito nacional, algo de lo que también estaba el verano pasado en Kiev. Miren como terminó.

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