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Guayre, de vestir la Roja con Luis a estar a prueba en un Segunda B
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EL CANARIO, DE 32 AÑOS, PELEA POR SEGUIR JUGANDO AL FÚTBOL

Guayre, de vestir la Roja con Luis a estar a prueba en un Segunda B

La carrera de Antonio Guayre (Las Palmas de Gran Canaria, 1980) es el más claro ejemplo de cómo las lesiones pueden llegar a apagar el talento

Foto: Guayre, de vestir la Roja con Luis a estar a prueba en un Segunda B
Guayre, de vestir la Roja con Luis a estar a prueba en un Segunda B

La carrera de Antonio Guayre (Las Palmas de Gran Canaria, 1980) es el más claro ejemplo de cómo las lesiones pueden llegar a apagar el talento y desesperar a un futbolista. Tras llegar a ser internacional absoluto, los constantes problemas musculares unidos a una compleja operación de tobillo han llevado al canario, tras más de un año sin jugar un partido oficial, a probar suerte en el Cádiz CF, del grupo IV de Segunda B, donde tras varias semanas entrenándose aún no ha conseguido firmar contrato. Allí, Guayre pelea día a día por poder seguir jugando al fútbol.

El atacante canario vivió un inicio prometedor en la élite tras debutar en Primera a los 20 años con la UD Las Palmas. Su velocidad, desborde y técnica le convirtieron en una de las jóvenes sensaciones de la Liga, lo que motivó que el Villarreal le contratara en 2001 tras pagar al club canario 6 millones de euros a cambio. Su esperada progresión siguió adelante y en el 'Submarino Amarillo' se convirtió en pieza clave de un proyecto que alcanzó en 2006 las semifinales de la Liga de Campeones. Quien le iba a decir a Guayre que, con 26 años, esa era su última temporada al máximo nivel.

Un año antes, en febrero de 2005, Luis Aragonés le había hecho debutar con la selección española absoluta, en un partido de clasificación para el Mundial de Alemania donde España goleó a San Marino. Pero en la 2005/06, la histórica temporada del Villarreal, Guayre ya no rindió al mismo nivel, lo que le hizo jugar sólo 22 partidos en todas las competiciones, cuando en las temporadas anteriores superaba con creces la treintena, llegando a anotar en dos temporadas diferentes ocho tantos, su mejor registro goleador.

Sólo ha jugado 56 partidos en seis años

Comenzó entonces su pesadilla particular, una sucesión de lesiones musculares de difícil explicación que le han convertido en la sombra de lo que apuntaba ser. El Villarreal, repleto de estrellas, le dio salida rápido y fue perdiendo caché año a año. Primero fichó por el Celta de Vigo, y en una temporada ilusionante donde incluso competía en la UEFA, el conjunto gallego terminó descendiendo. Guayre cerró ese desastroso curso jugando sólo trece partidos oficiales, siendo constantes sus problemas musculares. En la 2007/08, ya en Segunda División, no consiguió enderezar su situación física y jugó aún menos, diez partidos. Ambas partes acordaron rescindir el que cuando se firmó era un gran contrato para una estrella de la Liga pero que era insostenible para un equipo de Segunda.

En 2008 el Numancia se decidió a ficharle en el regreso de los sorianos a Primera. El caché del futbolista canario volvió a bajar, y una temporada más, sólo pudo vestirse de corto en seis ocasiones. El descenso del equipo y sus constantes lesiones le llevaron a aceptar la rescisión de contrato. En ese momento tan amargo, el delantero decidió volver a su tierra. En Las Palmas permaneció dos temporadas en Segunda (entre 2009 y 2011), pero la pesadilla continuaba y sólo conseguía jugar 30 partidos en dos años.

El verano pasado, Guayre, tras no renovar con Las Palmas, se sometió a una operación para sanar el cartílago de uno de sus tobillos. La rehabilitación se convirtió en un proceso lento, en cuya fase final el jugador se entrenó con el filial del conjunto grancanario. Sus guarismos son tan negativos como esclarecedores: en los últimos seis años, el futbolista sólo ha disputado 56 partidos. Y es inevitable pensar en la mella psicológica que esta situación estará provocando en el canario.

En el Cádiz, sobrecargas musculares

Aun así, Alberto Monteagudo, nuevo entrenador del Cádiz, le dio la oportunidad de empezar la pretemporada con el grupo en julio. Desde entonces, técnicos y dirigentes están evaluando el rendimiento del internacional. Varias apariciones en amistosos, incluyendo el Trofeo Carranza y sin ser ninguna de ellas deslumbrante, no han conseguido convencer al club, a sólo una semana del inicio de la competición. Para colmo, las sobrecargas musculares han aparecido de nuevo en las piernas de Guayre. El preparador físico de Monteagudo, Juan Méndez, era uno de los valedores del jugador y parece que será la persona cuya opinión al respecto más peso vaya a tener finalmente. El delantero, mientras, guarda escrupuloso silencio y trabaja como uno más.

Con todavía 32 años, edad donde los jugadores suelen recoger los frutos del prestigio acumulado durante su carrera, Guayre recorre el sentido contrario. A sus piernas les cuesta seguir el ritmo desde hace tiempo y a día de hoy no logra destacar entre jugadores de Segunda B. Queda saber si se debe solamente al año de inactividad, a las clásicas molestias de pretemporada, o bien a que definitivamente el canario ha sido vencido por las lesiones. Si finalmente el Cádiz le da la oportunidad, algo que sigue en el aire, saldremos todos de dudas. 

La carrera de Antonio Guayre (Las Palmas de Gran Canaria, 1980) es el más claro ejemplo de cómo las lesiones pueden llegar a apagar el talento y desesperar a un futbolista. Tras llegar a ser internacional absoluto, los constantes problemas musculares unidos a una compleja operación de tobillo han llevado al canario, tras más de un año sin jugar un partido oficial, a probar suerte en el Cádiz CF, del grupo IV de Segunda B, donde tras varias semanas entrenándose aún no ha conseguido firmar contrato. Allí, Guayre pelea día a día por poder seguir jugando al fútbol.