¿Cómo hubiera cambiado la historia del fútbol el uso de las nuevas tecnologías?

Los románticos del fútbol están de luto. Tras años y años de resistencia, el mundo del balompié ha terminado por hincar la rodilla ante el uso de las nuevas tecnologías. La International Football Asotiation Board (IFAB) aprobaba en la jornada de ayer el empleo de dos sistemas para la línea de meta con el objetivo de evitar los tan famosos y controvertidos ‘goles fantasma’. Joseph Blatter se ha salido con la suya. El presidente de la FIFA ha sido partidario de modernizar el fútbol en este sentido desde hace años; por contra, Michele Platini, máximo mandatario de la UEFA, ha defendido la labor de los ‘jueces de área’, quienes seguirán manteniéndose, a pesar de su dudosa funcionalidad.

Tras nueve meses de pruebas, que comenzaron en agosto de 2011, la IFAB ha aprobado por unanimidad el uso de la tecnología de las empresas 'GoalRef' y 'Hawk-Eye'. Esta aprobación queda pendiente de una prueba final de instalación en cada estadio antes de que los sistemas puedan ser utilizados en partidos 'reales' de fútbol, según la FIFA. Esta tecnología empezará a utilizarse en el Mundial de Clubes de Tokio, así como en la Copa de las Confederaciones de Brasil de 2013 y en el Mundial de Brasil de 2014.

De esta manera se pone punto y final a uno de los capítulos más polémicos de este deporte. Y es que la historia está llena de ejemplos que, con la inminente aplicación de la tecnología, podrían haber cambiado el desarrollo de los grandes torneos y el devenir de muchos equipos. ¿Quién no se acuerda del famoso Mundial de 1966, disputado en Inglaterra, conquistado finalmente por el anfitrión? Los ‘pross’ se enfrentaban en aquella final a la Alemania Federal, cuando en la prórroga sobrevino el primer gran escándalo del mundo del fútbol, al menos del que tengamos clarificadoras imágenes. Corría el minuto 11 de la primera parte de la prórroga, cuando el delantero del West Ham Geoff Hurst recogía un balón dentro del área y lanzaba un chut que se estrellaba en el larguero de la portería germana y botaba sobre la línea de gol. El árbitro de aquel encuentro, el suizo Dienst, consultó son su juez de línea y decidió dar validez al tanto. Las imágenes demostraron posteriormente que el balón nunca entró y que el gol no debiera haber subido al marcador. Por la presión de Wembley o por un mero error humano, el caso es que Inglaterra terminó adjudicándose ese mundial (4-2), gracias en gran medida al error de Dienst.

Un poquito más de cerca nos toca el gol de Míchel en el Mundial de México 86. Era el debut de los de Miguel Muñoz en el torneo, y lo hacían ni más ni menos que ante Brasil, uno de los grandes favoritos a un título que terminó por llevarse la Argentina de Diego Armando Maradona. Con empate a cero en el marcador, el centrocampista del Real Madrid cazó un rechace en la frontal del área, amortiguó el balón con el pecho y se soltó un tremendo derechazo que golpeó en el travesaño y cayó dentro de la portería brasileña. Los jugadores españoles corrieron a celebrarlo, pero el australiano Chris Bambridge, trencilla de turno, no señaló el centro del campo y dio orden de que el juego continuara. Todos los internacionales de La Roja corrieron a protestar la decisión, pero de nada sirvió. Minutos después, un gol de Sócrates daba el triunfo a una canarinha que terminó primera de grupo, relegando a España al segundo puesto. ¿Hubiera llegado más lejos España? Siempre nos quedará esa duda.

Los últimos casos han desatado la decisión

Dos de las últimas polémicas a este respecto tienen a Inglaterra como protagonista. En el pasado Mundial de Sudáfrica, uno de los grandes duelos de octavos de final era el que enfrentaba a la selección inglesa con Alemania. Con 2-1 en el luminoso del estadio de Bloemfontein llegó el momento clave del duelo. Frank Lampard realizó un sensacional disparo desde fuera del área que sorprendió a Neuer. El desenlace, el mismo que en el caso anterior, larguero y balón dentro. Decisión del uruguayo Jorge Larrionda, no dar gol, para desesperación de jugadores, cuerpo técnico y aficionados ingleses. El encuentro finalizó con una contundente victoria germana, 4-1, pero quién sabe lo que hubiera sido de este enfrentamiento de no ser por la decisión del colegiado. Algunos hablaron de ‘venganza por lo del 66’.

Y el que más reciente está en las retinas de todos los aficionados al mundo del fútbol data del pasado 19 de junio en el Donbass Arena de Donetsk. Último encuentro de la primera fase entre otra vez Inglaterra y Ucrania. Los ingleses ganaban por 1-0 y les valía el empate, pero los anfitriones achuchaban de lo lindo. A media hora para el término del encuentro, Yarmolenko encaró a Hart, le lanzó una vaselina y, cuando el esférico está a punto de besar las mallas, apareció John Terry para ‘salvar’ el gol. Aun con jueces de área, la decisión también fue errónea. Gol clarísimo que el árbitro no concedió y que acabó con las opciones e ilusiones ucranianas de seguir en ‘su’ torneo.

Está claro que nadie puede prever lo que podría haber sucedido en estos casos y en otros muchos que se han dado en el mundo del fútbol, pero lo que sí es evidente es que ya no volveremos a hablar de situaciones de este tipo. Se acabaron las tertulias del bar para poner a parir a los árbitros. Los sistemas aprobados por la International Board, el ‘Ojo de Halcón’ y el ‘GolRef’, han ofrecido un 100% de efectividad en las pruebas llevadas a cabo antes de adoptar esta decisión. Así, el resto de deportes que ya se subieron al ‘carro’ de las nuevas tecnologías dan ahora la bienvenida al fútbol, que por fin se hace moderno.