Los ciclistas españoles se van “dolidos pero contentos porque hemos sido un equipo”

Murcia contra el imperio británico. El plan era ambicioso pero no imposible. La estrategia era reventar la carrera a Cavendish y compañía sabiendo que el circuito estaba hecho a medida de los ciclistas ingleses. Los 250 kilómetros no supusieron un inconveniente para que Valverde, León y Rojas atacaran y consiguieran el objetivo inicial que no era otro que acabar con los ingleses para lograr la medalla. El metal no llegó y el sentimiento que reinaba en el equipo español está resumido en sus palabras: “Nos vamos fastidiados pero contentos porque hemos trabajado como un equipo y hemos acabado con Inglaterra”.

España hizo lo más complicado y a la hora de la verdad, no supo rematar la faena. Después de haber roto la carrera, de dejar fuera de juego a su mayor rival, se encontraron con tantos ataques que “no supimos a por cuál ir”. Alejandro Valverde era sincero tras disputar la prueba de ciclismo en ruta: “Nos da mucha rabia porque hemos conseguido hacer lo más difícil y al final no hemos podido rematarlo”. El ciclista murciano explicaba la estrategia puesta en marcha por sus compañeros: “Nos hemos reservado para poder romper la carrera en la última vuelta y al final nos hemos encontrado con tantos ataques que no sabíamos a por cuál ir”. El equipo tuvo una oportunidad “en un sprint loco, lo he intentado con ‘Luisle’ pero su compañero Lars Bonn del Rabobank ha metido al bicicleta y casi se cae al suelo, ahí nos hemos quedado sin opciones”.

Precisamente, León se mostraba “dolido porque hemos roto la carrera en la última subida pero ha sido imposible, no hemos podido; en los últimos 10 kilómetros el Tour ha pesado demasiado”. Aun así, Luis se marcha contento porque “hemos sido un equipo y hemos trabajado como tal”.

Las lágrimas de Cancellara

Además de las medallas conquistadas por Vinokourov (oro), Urán (plata) y Kristoff (bronce), otra de las imágenes de la prueba fue la de las lágrimas de Fabian Cancellara. El suizo protagonizó una caída tonta después de girar la cabeza para mirar hacia atrás, tomar mal la curva e irse contra la valla. El resultado no podía ser peor: clavícula rota y baja para la contrarreloj. La forma más dolorosa de decir adiós a estos Juegos Olímpicos