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Ricky Rubio llegó a tener el billete de regreso a España en su mano y ahora es todo un All Star
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SUS COMPAÑEROS LE OBLIGAN A PASEAR CON UNA MOCHILA DE JUSTIN BIEBER

Ricky Rubio llegó a tener el billete de regreso a España en su mano y ahora es todo un All Star

Ricky Rubio (21 años) se mueve en avión privado por Estados Unidos. No es multimillonario pero si continúa así, algún día lo será. Junto a él viajan una mochila

Foto: Ricky Rubio llegó a tener el billete de regreso a España en su mano y ahora es todo un All Star
Ricky Rubio llegó a tener el billete de regreso a España en su mano y ahora es todo un All Star

Ricky Rubio (21 años) se mueve en avión privado por Estados Unidos. No es multimillonario pero si continúa así, algún día lo será. Junto a él viajan una mochila de Justin Bieber y sus compañeros del Minnesota Timberwolves que ganaron con una discreta actuación del español. La mochila del empalagoso ídolo de adolescentes es el precio que debe pagar por ser un novato en la mejor Liga del mundo de baloncesto. Las opciones eran Hello Kitty o el cantante. Dura elección cuando el portador mide casi dos metros y sus destinos se reparten por todos los rincones de los Estados Unidos. 

Lo que no pasaba por la imaginación de Ricky en el momento en el que Brad Miller le dio la mochila es que iba a tener la oportunidad de pasearla (la penitencia dura toda la temporada) por Orlando en el último fin de semana de febrero. Y es que el ex del Barcelona se convertirá en la madrugada del próximo viernes en todo un All Star. A su lado estará el ya consagrado Blake Griffin y la sensación Jeremy Lin: "Todo va muy rápido pero así ha sido mi vida desde pequeño. Claro que no esperaba lo que me está pasando", comenta para El Confidencial horas antes de jugar ante Utah en el partido que pone broche final a la primera parte de la temporada de la NBA.

Con la necesidad de dejarse barba y echar músculos para impresionar a los rivales, la adaptación a la siempre exigente Liga norteamericana ha sido más rápida de lo esperado por todos y más tras el último año vivido en el Barcelona: "Aquí el baloncesto es muy físico, hay mucho contacto. Son eléctricos y en cuanto te descuidas te quitan la pelota. Tienes que protegerte a ti y al balón". Parte de culpa de ese músculo que ahora luce la han tenido esos dos meses de intenso trabajo hecho entre Los Ángeles y Minnesota en las semanas en las que jugadores y patronal negociaban la ruptura del 'lockout'. "Venía de un año muy duro, en el que me castigaba yo mismo mucho. Me obsesionaba con los errores. Perdí a confianza. Quizás aquí esté fallando más ahora pero los aciertos lo tapan todo. Lo pasé mal, necesitaba nuevos estímulos".

Esos alicientes de los que habla estuvieron a un paso de desaparecer de su vida deportiva. El calendario ya apuntaba hacia la segunda semana del mes de diciembre y la competición estaba a un paso de suspenderse. El 'lockout' seguía vivo. Cansado de entrenarse en Minnesota sin poder jugar partido alguno, Ricky ya tenía en su poder el billete de regreso a Barcelona. La fecha, el 12 de diciembre. Pero cuatro días antes recibió la llamada que le cambió la vida. El cierre estaba a un paso de ser historia. Y se quedó. "La adaptación al equipo ha sido estupenda. Al club, a los compañeros, a la ciudad, al juego. Lo llegué a ver complicado pero ahora disfruto del baloncesto".

Los Timberwolves no son una franquicia acostumbrada a ganar. Desde 2004 no pisan las eliminatorias por el título pero ahora todo ha cambiado: "En el vestuario hablamos de ganar este o aquel partido para creernos la posibilidad de entrar en el play off. El primer objetivo es ganar partidos y ahora ya empezamos a pensar en ellos. Creo que lucharemos hasta el final de la temporada regular para lograrlo. Podemos hacerlo".

El All Star, un sueño hecho realidad

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Su presencia en el partido de los 'rookies' y los 'sophomores' colma su ambición: "Podré jugar al lado de gente como Griffin o Lin, hablar con algunos de los jugadores que más admiro, estar a su lado. Era algo que no esperaba. Me enteré en el avión del equipo, a través de Twitter. El avión tiene wifi y fue a través del teléfono como me enteré de la elección. ¿El All Star? Hay mucha competencia en el puesto de base. Para mí ya es un orgullo estar en Orlando. Lo otro, ya se verá. Para ello trabajo. Tengo que mejorar algunos aspectos como el de la finalización, ejecutar el tiro de una manera más rápida. En cuanto te descuidas ya tienes a un jugador encima. Son muy rápidos". 

Rubio habla de Rose como el jugador que más le ha impresionado. También lo hace de la sensación Lin: "Es complicado de marcar. Aparece por todos los lados. Es un jugador diferente, muy potente. Lo de Lin tiene mérito porque ha aparecido y se ha mantenido. La presión mediática que hay en Nueva York es tremenda y él ha podido con todo. Ahora mismo tiene mucha confianza, ha mejorado en el tiro y está en una gran racha".

El futuro de Pau Gasol también fue comentado por Ricky en la charla mantenida: "Ojalá pueda venir a Minnesota. Nos lo íbamos a pasar muy bien. Íbamos a hacer cosas muy divertidas. Él está cómodo en Los Ángeles pero por lo que he leído los que mandan no cuentan mucho con él. No debe ser sencillo cuando sabes que no tienes la confianza de los jefes. Aquí, en la NBA, hay muchos rumores y tienes que estar centrado en el juego porque si no te vuelves loco".

Ricky Rubio (21 años) se mueve en avión privado por Estados Unidos. No es multimillonario pero si continúa así, algún día lo será. Junto a él viajan una mochila de Justin Bieber y sus compañeros del Minnesota Timberwolves que ganaron con una discreta actuación del español. La mochila del empalagoso ídolo de adolescentes es el precio que debe pagar por ser un novato en la mejor Liga del mundo de baloncesto. Las opciones eran Hello Kitty o el cantante. Dura elección cuando el portador mide casi dos metros y sus destinos se reparten por todos los rincones de los Estados Unidos. 

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