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No piensan parar hasta que el mundo reconozca que son la mejor selección de la historia
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LOS NBA, DISPUESTOS A TERMINAR CON TODOS LOS RÉCORDS DEL DREAM TEAM

No piensan parar hasta que el mundo reconozca que son la mejor selección de la historia

Quieren todo y ese todo pasa por triturar todas las marcas, todo lo conseguido con el verdadero Dream Team. Como el partido ante los Jordan, Bird

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No piensan parar hasta que el mundo reconozca que son la mejor selección de la historia

Quieren todo y ese todo pasa por triturar todas las marcas, todo lo conseguido con el verdadero Dream Team. Como el partido ante los Jordan, Bird y compañía es imposible, sÓlo pueden demostrar que son mejores que ellos de una manera: arrasando, aplastando a todos los rivales y todas las marcas que se encuentren en su camino. Lo reconocen con esa arrogancia tan típica de unos jugadores que viven por y para los números, que primero miran los suyos propios y luego los de su equipo pero que por una vez quieren el bien del grupo. Buscan pasar a la historia haciendo algo grande que no es otra cosa que humillar a todos los rivales. Quién lo dude que pegunte a los jugadores nigerianos, espectadores privilegiados de los efectos de la ambición hecha jugadores de baloncesto.

Hasta el momento, la convivencia está siendo más o menos perfecta. Cada uno a su rollo, eso que tanto les gusta, pero los roles dentro del equipo se mantienen y como quieren machacar, saben que para hacerlo se necesitan. Ese es el nexo de unión que mantienen, repito dentro del show de cada uno, y que falló en las anteriores citas de los NBA.

“Tenemos todos los récords metidos en la cabeza. Sabemos lo que tenemos que hacer para pasar a la historia como el mejor equipo y lo vamos a conseguir”, confiesa Carmelo Anthony al día siguiente de pasar a formar parte del libro de los récords del deporte olímpico norteamericano al ser el máximo anotador en un partido con 37 puntos  tan solo 15 minutos sobre la pista. “No queríamos que se repitiera lo vivido ante Túnez", señala el jugador de la NBA después de lograr once triples de catorce intentos.

A los NBA les da igual acabar con los récords olímpicos. Los buscan pero su ambición es más local. Su ambición es dejar atrás al Dream Team del 92. Desean machacar para que se termine el debate. Borró de un plumazo a Brasil en cuanto a mayor anotación, tanto de un torneo FIBA como del Olímpico, supera el de triples, el de más puntos en un cuarto, pero lo que les importa es haber conseguido más diferencia que la del Dream Team ante Angola en el 92 con 63 puntos. Eso es lo que quieren. "Creo que somos mejor equipo. El verdadero Dream Team es este", comentó LeBron James desde las gradas del Centro Acuático de Londres, espectador privilegiado de la segunda medalla conseguida por Mireaia Belmonte.

Quieren todo y ese todo pasa por triturar todas las marcas, todo lo conseguido con el verdadero Dream Team. Como el partido ante los Jordan, Bird y compañía es imposible, sÓlo pueden demostrar que son mejores que ellos de una manera: arrasando, aplastando a todos los rivales y todas las marcas que se encuentren en su camino. Lo reconocen con esa arrogancia tan típica de unos jugadores que viven por y para los números, que primero miran los suyos propios y luego los de su equipo pero que por una vez quieren el bien del grupo. Buscan pasar a la historia haciendo algo grande que no es otra cosa que humillar a todos los rivales. Quién lo dude que pegunte a los jugadores nigerianos, espectadores privilegiados de los efectos de la ambición hecha jugadores de baloncesto.