El Barça se ve sorprendido por Olympiakos y dice adiós al título

Si la sorpresa estuvo a punto de darse en la primera semifinal, sí se consumó en la segunda. El Regal Barcelona no podrá luchar por su tercera Euroliga tras caer ante el rival, a priori, menos potente de esta edición de la máxima competición continental. Olympiakos dominó durante todo el encuentro y terminó sellando el triunfo, 68-64, por lo que disputará la gran final ante el favorito, CSKA de Moscú, que horas antes se deshizo de Panathinaikos.

Los griegos sorprendieron al equipo de Xavi Pascual con una salida fulgurante que les permitió adquirir ventajas desde el inicio del primer cuarto. Magníficamente dirigido por Spanoulis, Olympiakos empezó el partido con un parcial de 8-0 sin que el Barça se hubiera situado aún en la pista. La diferencia de intensidad y el acierto en el tiro marcaron los primeros compases del encuentro. Mientras el equipo de Dusan Ivkovic mordía en cada acción en defensa y anotaba con regularidad, el Barcelona no era capaz de mostrarse en defensa y no encontraba posiciones cómodas de tiro. El base griego era dueño y señor del partido, con ocho puntos en este primer período, y hacía que su equipo llegara al final del mismo con una inesperada ventaja de seis puntos (17-11).

La regañina de Pascual en el entretiempo surtió el efecto deseado en sus jugadores, que ya por fin empezaron a jugar la semifinal. Aunque más que la charla del técnico azulgrana, lo que se notó es que el capitán apareció en el partido. A pesar de su fascitis en el pie izquierdo, Juan Carlos Navarro se echó una vez más el equipo al hombro y fue el mejor de los suyos. Durante el segundo período, varias canastas suyas mantuvieron vivo al equipo español, que llegaba sólo cuatro abajo al descanso (33-29), a pesar del mal partido que estaban protagonizando. Precisamente ése era el prisma con el que se debía mirar el encuentro; tras un decepcionante primer tiempo, se iban a vestuarios con las opciones intactas de medirse a CSKA el domingo.

Spanoulis ganó el partido

A la vuelta del descanso, ambos equipos salieron con una concentración digna de la competición que estaba en juego. El Barça nada que ver con el del arranque de partido y Olympiakos, en su línea, con una fortaleza defensiva que sabían podía darles la victoria. Estaba claro que Ivkovic tenía en su cabeza un partido de guarismos bajos, y así se dio. Si bien en el primer período sólo la 'Bomba' sostuvo al equipo en ataque, en este tercer cuarto Fran Vázquez emergió con fuerza para, con seis puntos consecutivos, acercar a su equipo a sólo dos puntos (43-41). El otro gran baluarte en ataque de los españoles fue Erazem Lorbek, que finalizó el partido con 11 puntos.

Y si éstas fueron las luces del Barça, las sombras estuvieron en las figuras de Pete Mickeal, nulo en ataque y sin confianza para jugarse tiros fáciles, y Marcelinho Huertas, incapaz de dirigir al equipo, que estuvo algo más cómodo con Víctor Sada de base. Y decimos lo de 'algo más cómodo' porque la verdad es que el conjunto azulgrana no cogió su sitio en la final en casi todo el duelo. El gran trabajo defensivo de los del Pireo ahogó a los de Xavi Pascual, que nunca pudieron demostrar su teórica superioridad técnica.

Y en esas llegó el tramo final del encuentro, esos momentos en los que se encoge la muñeca y tiemblan las piernas. Pero quizá esto no vaya con hombres como Navarro y Spanoulis. A ellos les correspondía ese gran duelo final, el jugarse las bolas decisivas. Sin embargo, a esta fiesta se autoinvitó un sorprendente Printezis, que hizo una recta final de partido espectacular, acabando con 14 puntos, ocho de ellos en el último período.

A falta de menos de dos minutos para la conclusión del encuentro, Navarro dejaba la diferencia de los griegos en dos (63-61), pero el base griego tenía marcado en rojo este partido y respondió con un triple que dejaba muy tocados a los culés. En la locura de la recta final, tres tiros libres consecutivos de Boniface N'Dong volvían a acercarles a sólo dos puntos. Pero aquí llegó la gran oportunidad azulgrana, con una perfecta posición de tiro para anotar un triple que Marcelinho Huertas erró. En la siguiente jugada, Joey Dorsey anotaba de dos para dejar el marcador en 68-64, meter a su equipo en la gran final y dejar al Barça sin la ansiada final europea.