Usain Bolt completa la triple corona con un nuevo récord mundial en 4x100

No hay nadie más rápido que Usain Bolt. Nadie lo dudaba, pero por si alguien atisbaba alguna señal de duda, volvió a demostrar que su velocidad no pertenece al género humano. Ayer logró el tercer oro en Londres y lo hizo logrando el récord del mundo con Jamaica en 4x100 metros, parando el cronómetro en 36.85. La plata fue para Estados Unidos con 37.04 y el bronce para Trinidad y Tobago después de la descalificación de Canadá. Ningún equipo había bajado de 37 segundos y Bolt no se podía permitir el lujo de cerrar sus Juegos sin récord del mundo alguno. Se lo propuso y lo consiguió, dejando otra marca para historia, descomunal, de esas que o bien duran mucho tiempo o solo él y sus compañeros serán capaces de batir.

Es el rey de los Juegos, el mejor deportista y el mejor showman, el atleta que es capaz de elevar el deporte a la categoría del mayor espectáculo del mundo. Antes de la prueba a escasos 40 segundos de correr su posta del relevo, la última, no tenía inconveniente alguno en volverse hacia el público para hacer gestos, posar como un forzudo. Busca el flash, pero también pretende que la gente se divierta. No falta al respeto a nadie. Sus carreras empiezan en cuanto pisa el tartán y terminan media hora después. Quiere a la cámara y el objetivo le busca, es el dios de la velocidad., el hombre que más rápido del planea tierra. Seguro que si hay vida más allá. El jamaicano dejaría atrás a cualquiera que se pusiera a correr junto a él.

Bolt acumula seis medallas de oro en sus dos participaciones olímpicas. Pleno. Ha logrado los 100, 200 y el relevo tanto en Pekín como en Londres. El de ayer fue el oro del equipo, el logrado junto Carter, Frater y Blake que fueron los encargados de cerrar el relevo y los que peor cambio de testigo hicieron. Poco importó. Gatlin se puso a la altura de Bolt aprovechando el cambio de mano de la posta, pero en cuanto el jamaicano se puso en marcha, hasta luego Lucas. Nada que hacer. El coloso norteamericano humillado de nuevo. De las nueve medallas de la velocidad masculina, seis han ido a parar a la isla caribeña.

Usain Bolt fue el encargado de lograr el último título del estadio olímpico. No podía ser de otra manera. La escena perfecta, el ídolo de todos. Para la final de 100 metros del pasado domingo hubo un millón de solicitudes para ver al jamaicano, un hombre que figura entre los que más ingresa del mundo y al que todo el mundo admira. "Ahora toca fiesta, pasarlo bien, celebrar mi cumpleaños, disfrutar de la vida y comer algunas alitas de pollo. Espero que el médico me deje", todo felicidad pese a que los estrictos y, todo hay que decirlo, no le permitieran quedarse la posta del relevo. "Ha sido el triunfo del equipo, el récord de todos. Ahora toca pensar en nuevos objetivos, alicientes, pero antes quiero pasármelo bien". Apunten su próximo desafío, destrozar el récord de 200 y ser el primer hombre en dejar atrás la barrera de los 19 segundos. Antes de eso tiene que cumplir con los muchos compromisos que había dejado pendientes hasta la noche del sábado en la Villa.