Philippe Gaumont, dopado confeso, en coma con sólo 40 años

Philippe Gaumont, exciclista francés, permanece en coma en un hospital del norte de Francia después de haber sufrido un infarto el pasado martes, tal y como detalla el diario La Voix du Nord en su edición digital. Su mayor logro como profesional fue en 1992, cuando ganó una medalla de bronce en pista en los JJOO de Barcelona 92 y en 1997, cuando se adjudicó la clásica belga Gante-Wevelgem. En 1998, dio positivo por nandrolona, aunque no fue confirmado. Seis años más tarde, en 2004, fue detenido en una operación contra el dopaje en el equipo Cofidis. En los juicios, nunca tuvo problemas en confesar que se dopaba.

Además, el francés no dudó en denunciar el dopaje que se estaba produciendo en este deporte: “En el ciclismo hay una cultura de jeringa y cien pinchazos al año no es mucho para un ciclista”, reconoció en un juicio. En 2005, escribió el libro ‘Prisionero del dopaje’ y confesó que había consumido sustancias tales como hormona del crecimiento, EPO o el explosivo pote belga (heroína, cafeína, cocaína y anfetaminas) que aceleraba el corazón y ayudaba en los entrenamientos.

En las páginas de su libro destaca algunas de las técnicas para doparse: “Entre que surge un producto y puede ser detectado pueden pasar cinco años”. Para Gaumont, el dopaje no desaparecerá nunca: “No digo que no se deba combatir el dopaje, sino que existirá siempre”.   Además, las confesiones del exciclista francés ayudaron a destapar otros casos como el de David Millar.